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Alberto Novoa, ex procurador General de la República. LA PRENSA/ URIEL MOLINA

Exprocurador Alberto Novoa: “Veo a los jueces leales al partido de gobierno”

Unos jueces leales a Daniel Ortega y Rosario Murillo están llevando procesos contra los reos políticos del actual régimen, a los cuales no se les puede llamar juicios siquiera, explica en esta entrevista el exprocurador Novoa, quien también califica de "brutal" la nueva ley antiterrorismo, utilizada contra ciudadanos nicaragüenses que según el jurista realmente no son terroristas

A Alberto Novoa, ex procurador general de la República, le causó una repulsión enorme ver en las redes sociales las imágenes de policías bailando la canción del “comandante se queda”. En esta entrevista, el jurista analiza el actuar de la Policía y el sistema de justicia en el país, principalmente los procesos que los jueces orteguistas están llevando en contra de líderes de las protestas que empezaron en abril pasado, así como otros aspectos de la coyuntura actual, como la corrupción imperante en el gobierno de Daniel Ortega.

Este jurista de 69 años de edad, que ha ostentado cargos públicos como juez y procurador de justicia, es una de las voces académicas que más se escuchan sobre los desmanes de la administración de Ortega y su esposa Rosario Murillo. Y se le conoce mucho por impulsar los juicios que se llevaron en contra del expresidente Arnoldo Alemán.

¿Cómo está viendo el actuar de los jueces?
No podemos ver a los jueces de forma separada. Tenemos que mirarlos como un sistema, sobre todo en la rama penal, que lo contemplan la Policía, el Ministerio Público y el judicial. Los jueces, en otras ramas del Derecho, como lo laboral, familia y lo civil, también se encuentran contaminados por la influencia del poder. Si me pregunta cómo veo a los jueces, respondería que leales. Leales al partido de gobierno, más que al Gobierno a la fórmula del señor Ortega y doña Rosario. No importa la cuestión de los méritos profesionales, etcétera. Y ser leal significa apartar la ética.

Se habla de una persecución contra los líderes de las protestas. ¿Cómo ve la legalidad de los juicios?
No se les puede llamar juicios. En un juicio hay oportunidad de que se tenga otra versión distinta de la que se pretende. Por ejemplo, en el sistema inquisitivo el juez iba en persecución de una sospecha, no de la verdad, no de la certeza, sino se sospechaba que ese era el culpable y lo iba a confirmar si era realmente culpable. Eso sucede ahora. No se debate. No hay ninguna premisa que demostrar más que la que dice el Gobierno a través del Ministerio Público, por lo tanto ni siquiera se puede hablar de la legalidad de un proceso, no estoy hablando de la legitimidad, estoy hablando de la legalidad de los procesos, sobre todo penales, altamente contaminados por la influencia del poder. Y ha venido a tener otra característica, de ser un instrumento del poder que actúa bajo órdenes político partidarias.

¿Cómo explicaría el hecho de que Ortega diga que no hay presos políticos en Nicaragua?
En teoría, en dogmática jurídica penal, la calidad de preso político te la da la intención, la voluntad de cometer un delito para cambiar ya sea un sistema, ya sea un régimen, de una autoridad, un gobierno. Cuando se cometen delitos comunes, entre comillas, con la intención de violentar el poder, estamos en presencia de un delito político. Se puede confundir un delito político con delitos comunes conexos con el político, pero los delitos políticos, por antonomasia, son la rebelión, la sedición, el motín, la asonada. Todo lo que ha pasado aquí, y el señor Ortega lo ha reconocido, es un golpe de Estado. ¿Y qué es un golpe de Estado? Un traspaso político.

¿Hacer un tranque era un delito?
Desde esa perspectiva política, es un delito común conexo con un delito político. Lo que se pretendía era paralizar la circulación en Nicaragua como un método, como un medio de presión política para darle vuelta al gobierno, para socavar las bases del gobierno para que entrara a un diálogo. Por ejemplo, cuando el FSLN asaltaba bancos, esos eran delitos comunes, sin embargo, como la intención era botar a Somoza, se transformaba en un delito político. El que cometía ese delito, asaltar un banco, era un reo político, porque su intención era botar al gobierno.


Si me pregunta cómo veo a los jueces, respondería que leales. Leales al partido de gobierno, más que al Gobierno a la fórmula del señor Ortega y doña Rosario. No importa la cuestión de los méritos profesionales, etcétera. Y ser leal significa apartar la ética”. Alberto Novoa, ex procurador General de la República.


En ese sentido Daniel Ortega fue un reo político.
Sí, aunque la dictadura de Somoza decía que no habían delitos políticos, que todos eran comunes. Sin embargo, la doctrina, la jurisprudencia nicaragüense, no de otras partes, dice que si usted tiene un fin de botar el gobierno, usted es un reo político. Aquí en Nicaragua lo que ha habido son acciones con voluntad política que han tenido actividades meramente de delitos comunes.

¿El Estado de Derecho cómo ha quedado?
La sociedad nicaragüense es una sociedad que no ha resuelto sus contradicciones por medio del Derecho. Desde la colonia (española), desde Pedrarias, pasando por toda la historia, la independencia, nuestros problemas los hemos resuelto a balazos. La sociedad nunca ha tenido al Derecho como un instrumento de resolución de conflictos, inclusive, llegamos a la época de los ochenta y fueron las balas las que determinaron el cambio de gobierno. Llegamos a los noventa y siguieron siendo y ahora se enmarca, o sea, la sociedad no sabe jugar con el Derecho o maneja el Derecho para problemas secundarios, para problemas de límites de tierras, de robos, etcétera, pero el Derecho nunca ha sido el instrumento al cual todos obedecen, por lo tanto, desde esa perspectiva antropológica y sociológica, el Estado de Derecho está todavía en un proceso de desarrollo en Nicaragua. Con este retroceso, lo que se había alcanzado en un tiempo, de fortalecer ese Estado de Derecho, que implica el poder y el Derecho, el Derecho respeta al poder y el poder respeta al Derecho, no se ha podido, la balanza siempre ha estado a favor del poder y no del Derecho. Nosotros no hemos aprendido a eso.

Hubo sucesión en la Policía, ¿cambia algo eso?
Absolutamente nada. La política de la Policía estaba aún en tiempos de (Aminta) Granera. El encubrimiento que hacía la superioridad de la Policía de los actos delictivos que se daban en las policías eran aún antes del señor (Francisco) Díaz. Solo me acuerdo del caso de Las Jagüitas. Eso era un asesinato. El que disparó sabía que iba gente ahí (en el carro). Y el que dispara con conocimiento y voluntad de matar a otro es un asesino. Un homicidio en otras palabras, pero que no me digan que es imprudente. Lo ocultaron como ocultaron hace poquito el caso de la brasileña ahí por la UNAN. Nunca más se supo. Esa política de ocultamiento de la Policía no es de ahorita.

Se está desatando una cacería contra los estudiantes…
No solamente contra los estudiantes. Contra todo el mundo. Al señor Alex Vanegas lo echan preso y ese no es estudiante, es un maratonista. Están los exmilitares, está Carlos Brenes y otros exmilitares. ¿Cómo se llama eso? Incremento de la represión. Tiene un efecto intimidatorio, disuasivo y el mensaje es no te metás en esto o sabés a lo que te vas a atener.

Están usando una nueva ley, la del antiterrorismo.
Eso es brutal. Es enormemente brutal. Como son tipos abiertos, ahí alcanza cualquier actividad, hasta pasar una bolsa de agua a uno que estaba en los tranques.

¿A quienes el Gobierno llama terroristas se les puede llamar terroristas realmente?
No. Aquí estamos frente a una rebelión ciudadana, una rebelión social. Esto no es terrorismo. Aquí no ha habido explosiones gigantescas que maten indiscriminadamente a las personas. Esto es un enfrentamiento como cualquier otro.

El exprocurador Alberto Novoa considera que sí hay presos políticos en Nicaragua, a raíz de las protestas que iniciaron en abril pasado. LA PRENSA/ URIEL MOLINA

¿Qué opinión tiene de Daniel Ortega?
Es negativa porque considero que no ha aportado al desarrollo del país.

¿Y la empresa privada?
Aquí se impulsa que la empresa privada sea la que dé el paso al frente. Y hablando de Ortega, la empresa privada siempre estuvo de pipitos con Ortega. El Cosep, la burguesía nacional, estuvo de pipita con Ortega. Sin embargo, esa pipencia le hizo ganar privilegios y riquezas pero no le dio la capacidad de crecer como clase social. Se quedó entumida. Nunca pudo desarrollar sus medios de producción, sino era por la exoneración o la exención fiscal. No pudo. Ahora que hay fractura en esa alianza público-privada, ahora se van a multiplicar los efectos de eso. Ahora se siente como que no tuviera la burguesía otro asiento donde sentarse.

Desde el principio se vio que la Contraloría no funcionaba contra la corrupción, se hablaba de ello pero no se hacía nada.
Porque nunca hubo voluntad política. La sociedad nicaragüense, sobre todo la estructura política, las estructuras de gobierno, normalmente han estado signadas por la corrupción. No solamente la corrupción al latrocinio financiero sino en todo. En los nombramientos por ejemplo. Cualquiera que vaya a pedir un trabajo al Estado tiene que llevar el nombramiento. Y yo estoy bien con la gente que está en puestos si yo soy leal. Se han invertido los valores, no puede haber transparencia, no puede haber combate a la corrupción si tenés invertidos los valores, si robar es bueno, si tener influencia con el poderoso y este te resuelve es bueno.

Usted dice que Ortega no ha aportado al desarrollo del país, pero el discurso del Gobierno ha sido que la economía ha crecido.
¿Cómo no va a crecer si entraron cuatro mil millones de dólares al erario nacional y nunca fueron transparentes? Si en esa época hubo un gran auge del precio de la materia prima, de los commodities, ¿cómo no va a crecer? Tiene que crecer necesariamente aunque no hayan entrado al presupuesto, solo por la inyección de cuatro mil millones de dólares.

¿Son los de la ayuda venezolana?
Ayuda no sé si será, pero de la entrada venezolana. Eso, aunque no haya entrado al presupuesto desarrolla la dinámica económica. Pero, ¿acaso hemos salido del segundo lugar de la pobreza en América Latina? Cuidado estamos compitiendo por el último. ¿Se le puede llamar progreso a eso?

¿Qué sintió cuando vio los videos de policías bailando?
Repulsión. Prácticamente era como que celebraran las muertes que habían ejecutado. Siento temor cuando veo a la Policía, porque esta Policía ha dejado la profesionalidad, se ha vuelto una Policía represora, que solo obedece órdenes, me una similitud a veces a la Guardia (de Somoza). Yo viví el tiempo de la Guardia, entonces me da una gran similitud de comportamiento, “aquí mando yo”. Esa situación me molesta, porque de alguna manera o de otra yo ayudé también a construir todo este sistema.

El actual complejo judicial de Managua es como una fortaleza, ¿ha ayudado al sistema de justicia o les ha servido para controlar?
La cooperación europea construyó casas (judiciales) en casi todos los municipios. Casas de justicia bonitas, bien diseñaditas. Por dentro estaba corroído, podrido el sistema. El complejo judicial, ayudado por la cooperación española se ve bonito, diseñado para que bajo el modelo europeo sea una justicia transparente, pública. ¿Y por qué no permiten la publicidad? La publicidad es un elemento esencial para controlar a los jueces, sus actuaciones, para que el pueblo se dé cuenta cómo actúa su juez. Porque ellos, según el mandato legal, imparten justicia en nombre de ese pueblo, que le cercena la entrada a mirar sus actuaciones. Y eso no es de hoy. Inclusive, en el tiempo de Somoza se permitió, cuando llegó el comandante Fonseca, varios compañeros, era público, la gente los miraba. Doris Tijerino. Ahí no hubo restricciones. Somoza pues, con lo que se reputa de él. Era público. Aquí no, aquí es a puertas cerradas. ¿Cómo va a controlar la sociedad la actuación y la labor de los jueces? ¿Bajo qué criterio? A los propios periodistas les niegan cualquier fuente de información.

La ONU recogió denuncias sobre torturas.
(La tortura) es una práctica investigativa del siglo XIV, del siglo XV, en la cual se sacaba la verdad a fuerza de la confesión. Cuando yo estudié se decía que la confesión es la reina de las pruebas. No preguntaban cómo sacaste la confesión. Si vos tenías la confesión, es la reina de las pruebas, por lo tanto, si ya confesó ¿para qué voy a seguir investigando? Y hay todavía un viejo refrán en Derecho que dice a confesión de parte, relevo de pruebas. Aquí lo que quieren es un resultado que agrade al poder. El poder ha dicho que somos minúsculos, que somos asesinos, que somos violadores, que somos terroristas. En sintonía a eso, los jueces actúan. No solo los jueces, sino el poder judicial, el Ministerio Público y todos los demás.

¿Visualiza alguna solución?
Solución no. Visualizo un cambio. Porque la acumulación de contradicciones que hay en la sociedad es muy grande. La desigualdad que hay en la sociedad es muy grande y lo que se va a generar más. Esta crisis política está generando una crisis económica, la crisis económica va a generar una crisis social. Esta crisis social tiene que explotar de una u otra manera. Yo no miro una solución, yo miro el fin del conflicto de esas contradicciones sociales. Cómo y en cuánto tiempo no lo sé.

¿Tiene opciones a nivel internacional este gobierno?
A mi juicio, por el panorama, el gobierno de Ortega tiene cerradas todas las compuertas, porque internacionalmente ha peleado hasta con la ONU, con las Unión Europea, con la OEA. ¿Qué retaguardia le queda? Cuba, Bolivia, Venezuela.

¿Y a lo interno?
Las masas siguen movilizadas. Los desempleos cada día son más alarmantes. Esto va a crear una gran presión a lo interno y algún día tiene que explotar.

Plano personal de Alberto Novoa

A Alberto Novoa Espinoza, nacido en Managua el 27 de junio de 1949, poco le gusta hablar de su vida privada. Está casado y tiene ocho hijos.

Es abogado y fue procurador de la República de Nicaragua durante el gobierno de Enrique Bolaños. También ha sido juez en Masaya.

En sus tiempos libres le gusta conversar con sus amistades.

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