En el caso de Centroamérica, la verdad es que si sus países al norte de Costa Rica siguen siendo “repúblicas bananeras” o Estados africanizados, la culpa es de los mismos centroamericanos, en particular de sus astrosos políticos gobernantes.

En el caso de Centroamérica, la verdad es que si sus países al norte de Costa Rica siguen siendo “repúblicas bananeras” o Estados africanizados, la culpa es de los mismos centroamericanos, en particular de sus astrosos políticos gobernantes.
La Corte Suprema de Justicia de Costa Rica ha anulado por ser inconstitucional un decreto del presidente Rodrigo Chaves, que prohibía a las personas extranjeras solicitantes de refugio viajar a otro país por cualquier razón y luego regresar al territorio costarricense.
A la mujer no se le debe lastimar ni con el pétalo de una flor y ni siquiera con el pensamiento. Luis Rubiales lo ha hecho, se ha jactado de eso y debe pagar las consecuencias.
Se trata de una crueldad agregada a la injusticia. Algo que al menos por razones humanitarias elementales no debería seguir ocurriendo en Nicaragua.
La empatía es una cualidad virtuosa de la naturaleza humana, que en nuestro caso se asocia con el mandamiento cristiano de amar al prójimo, pero el que lamentablemente no es compartido por todas las personas.
. La unidad política solo puede tener lugar entre quienes buscan una mayoría. Quienes no tienen vocación de mayoría no solo pueden, tampoco deben formar parte de un bloque unitario.
Las sanciones son aprovechadas hábilmente por los regímenes autoritarios sancionados para victimizarse, como Cuba, que cada año recibe en la ONU el respaldo de casi todos los países del mundo por ser una supuesta víctima del “poderoso y cruel imperialismo yanqui”.
Todas las personas más o menos importantes que se oponían a Stalin, inclusive sus camaradas de partido que lo criticaban o discrepaban de sus opiniones y decisiones, fueron asesinados, enviados a campos de concentración o expulsados del país.
Las peores mentiras son las que sustentan a un régimen antidemocrático. Estas ofenden la moralidad pública y hieren la dignidad de las personas humanas.
La excepcionalidad de EE. UU. radica en que no hubo contradicción entre revolución y religión, las que más bien se unieron para alumbrar el nacimiento de la democracia y la consagración de la libertad.