Los críticos no dudan que el retiro de los embajadores de Nicaragua en Panamá y Brasil sea la reacción del régimen de Daniel Ortega al ofrecimiento de nacionalidad que hicieron estos países a los desterrados nicaragüenses. Pero la pregunta es si hará lo mismo con España, México, Argentina y otros países que se han solidarizado de alguna manera con los apátridas, incluyendo Estados Unidos.
La politóloga Carmen Chamorro manifestó que es muy difícil saber los próximos movimientos de la dictadura orteguista, pero aseguró que es muy probable que haya conversaciones a puertas cerradas.
“En última instancia la dictadura decide si esa relación responde a su estrategia de seguir intentando solidificar su estructura totalitaria. Parte de esto ha sido esa estrategia de aislamiento internacional, no quieren relaciones con nadie que pueda demandarles responsabilidad y soluciones a la crisis, quieren apoyo ciego de sus aliados”, expresó Chamorro.
Tampoco hay embajador en Chile ni en el Vaticano
Ortega también retiró en enero pasado a su embajador en Chile, en reciprocidad a la misma decisión tomada por el presidente Gabriel Boric, en un contexto en que el mandatario chileno abogaba insistentemente por la libertad de los presos políticos de Nicaragua. Chile es otro país que ofreció nacionalidad a los despatriados nicaragüenses.
En el caso de Estados Unidos, que encabeza las presiones contra el régimen de Ortega, ha tenido que mantener en funciones al embajador Kevin Sullivan, debido a la negativa de Ortega de aceptar al nuevo embajador designado por la administración de Joe Biden, Hugo Rodríguez.
Ortega también, en octubre de 2022, declaró non grata a la embajadora de la Unión Europea, Bettina Muscheidt.
Otro golpe a la diplomacia fue la reciente “suspensión” de relaciones con el Vaticano, tras las declaraciones del papa Francisco, que comparó al régimen de Ortega con la “dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35” y “con mucho respeto” expresó que las acciones de Ortega revelan que tiene “un desequilibrio”.
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La complicada relación con el Vaticano es de vieja data. En cinco años (2017-2021), Ortega cambió cinco veces de embajador en la Santa Sede, dos de ellos en 2021: el ex subdirector de la Policía, Francisco Javier Bautista Lara, quien fue embajador por cinco meses, y Eliette Ortega Sotomayor, que duró seis meses. Después de ella, Ortega no volvió a nombrar embajador en el Vaticano.
La mala relación de Ortega con los jerarcas de la Iglesia católica en Nicaragua ha implicado sacerdotes atacados físicamente por los simpatizantes del gobierno, judicializados y presos, iglesias saqueadas y quemadas. Actualmente se mantiene preso el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, una de las voces más críticas contra la dictadura de Ortega, que ha resistido hasta las últimas consecuencias en el país.
Un experto en relaciones internacionales, que habló con LA PRENSA bajo condición de anonimato, valoró que estas acciones de Ortega ya son parte de su “patrón de conducta” que conlleva a la marginación y más aislamiento del país.
“La cuenta de embajadores declarados non gratos o a los que se les retira la aceptación es cada vez más larga. Todo eso lo único que hace es poner de relieve que Nicaragua es cada vez más un Estado marginal y fuera de la ley”, manifestó la fuente.
Ortega sin un norte
El sociólogo Oscar René Vargas manifestó que Ortega sigue demostrando que ha perdido el norte de sus decisiones políticas y ahora solo queda esperar qué más acciones erráticas va a tomar.
“El régimen está cometiendo errores tras errores. Es como un pítcher que solo tira bolas malas. La pregunta es si va a retirar el embajador de España, Argentina, México, etc.”, manifestó el sociólogo.
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Vargas, disidente del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es uno de los opositores que estuvo preso por criticar al régimen de Ortega. Fue uno de los 222 presos políticos enviados a Estados Unidos sin nacionalidad nicaragüense, el pasado 9 de febrero.
Ante esto, España, Argentina, Chile, México, Panamá y Brasil le ofrecieron nacionalidad a los desterrados, como una muestra de solidaridad.
El opositor y también desnacionalizado, Héctor Mairena, valoró que la dictadura de Ortega no se esperaba esta respuesta de solidaridad, por eso actúa a la defensiva, quitando a sus embajadores de esos países.
“Ellos siempre han optado hace tiempo por el camino suicida, por el camino del autoaislamiento a nivel internacional, y creo que estas acciones, como la destitución de estos dos embajadores en Panamá y en Brasil, responden a eso, están cavando hacia abajo”, dijo Mairena.