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El régimen Ortega Murillo mantiene en “casa por cárcel” al obispo Rolando Álvarez. Aquí el 4 de agosto en la curia episcopal de Matagalpa. LA PRENSA/ARCHIVO

Policía mantiene rodeada la casa donde está monseñor Álvarez. Cardenal Brenes sigue sin brindar declaraciones

Fuentes de la iglesia confirman que continúa el asedio policial. Jerarquía sigue en silencio

A 21 días del arresto domiciliario de monseñor Rolando Álvarez, en casa de sus familiares en Managua —medida que el régimen pretende disfrazar como “resguardo domiciliar”—, el obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí “está bien física y espiritualmente, desde la fe vive (este proceso) como un momento de gracia, pero tiene ahí a los policías que lo están acosando”, confirmaron a LA PRENSA fuentes ligadas a la Iglesia católica.

“Si él quiere comunicarse tiene que haber un policía ahí cerca, es una situación bien fea, difícil. Está casa por cárcel, así se le podría llamar, está limitado totalmente”, refirió la fuente que demandó el anonimato por temor a represalias del régimen, debido al contexto de represión contra la Iglesia católica.

La fuente agregó que el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, ha visitado a monseñor Álvarez en dos ocasiones desde su detención en la capital. LA PRENSA ha tratado de comunicarse por distintas vías con el jerarca de la Iglesia católica desde este lunes, para conocer su versión sobre la situación del obispo de Matagalpa, pero hasta el cierre de esta nota no ha respondido a las consultas hechas por este Diario, tras pocos días de su reclamo público de “verificar” todas la información antes de publicarlas.

Al respecto, la abogada Martha Patricia Molina, integrante del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción, opinó que la jerarquía católica actual es poco comunicativa. “En principio, ellos deberían de comunicarse a través de los medios de comunicación o por donde estimen pertinente, porque cuando hay falta de información, la especulación es válida”, señaló.

“Ellos tienen que comunicar lo que sucede, sea bueno o malo y sobre todo llamar a las cosas por su nombre. La jerarquía solo ha informado de los casos más visibles o cuando ya están en la sin remedio, o sea por la presión pública”, insistió la abogada.

Molina sugirió que si “el cardenal pide a los medios verificar la información, los medios también deberían recomendar a la CEN (Conferencia Episcopal de Nicaragua) que sea más comunicativa y transparente”.

Sin conocer mayores detalles sobre la condición de Álvarez

El pasado 19 de agosto, oficiales de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (DOEP) sacaron en horas de la madrugada a monseñor Álvarez de la Curia Episcopal de Matagalpa, donde permaneció durante 16 días bajo retención policial junto con otras personas.

La Policía, horas después de haberlo sacado de su jurisdicción, informó que el obispo fue llevado al domicilio de su familia en Managua, mientras sus acompañantes, cinco sacerdotes, dos seminaristas y un laico, fueron trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), donde el pasado 31 de agosto recibieron la visita de sus familiares, quienes no brindaron detalles de la condición física y de salud en que los encontraron.

Más tarde, el cardenal informó en un comunicado que la condición física del obispo estaba “desmejorada”, sin dar más detalles. Esa fue la última vez que se tuvo información de monseñor, hasta este domingo 4 de septiembre, cuando nuevamente el cardenal le dijo a la Agencia EFE que ha estado en comunicación con monseñor y que “está muy bien”.

Lea también: Destierro o cárcel. El difícil futuro que se avecina para monseñor Álvarez ante el silencio del papa Francisco, vaticinan

El prelado no dio mayores detalles de dónde se encuentra monseñor Álvarez. El régimen tampoco se ha pronunciado al respecto sobre su condición ni de los demás religiosos.

“El señor cardenal Leopoldo Brenes dice que monseñor Rolando José ‘está bien’, pero considero que ninguna persona que está secuestrada y que se le vulneran todos sus derechos humanos puede estar bien. Es costumbre de su eminencia que siempre ve con ojos distintos la realidad que se vive”, indicó Molina.

Este miércoles, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) demandó nuevamente al régimen información sobre las condiciones tanto psicológicas como físicas en que se encuentra el obispo Álvarez.

Asedio policial en el Seminario La Purísima

La fuente denunció también que en el Seminario Arquidiocesano La Purísima en Managua hay presencia policial.

“La Policía detiene a los que entran y salen del Seminario, los interrogan, les piden sus documentos personales. Otros sacerdotes también han recibido visitas de oficiales en sus casas”, denunció la fuente.

Más de 250 ataques contra la Iglesia en los últimos cuatro años

En los últimos cuatro años —hasta agosto 2022— se han registrado más de 250 casos de agresiones contra la Iglesia católica en Nicaragua, según la abogada Martha Patricia Molina. En las próximas semanas presentará una segunda entrega del estudio Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?, que sistematiza los diferentes tipos de ataques que ha padecido la institución religiosa desde 2018, cuando abrieron sus templos para proteger a la ciudadanía de la represión gubernamental y denunciaron la masacre que dejó 355 asesinados en el contexto de las protestas cívicas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Han habido más de 250 ataques a la Iglesia católica y nos hemos enterado de los mismos, no porque la CEN los haya expuesto sino porque el pueblo, grupos católicos o páginas parroquiales los han documentado y denunciado en los medios de comunicación independientes”, señaló.

Sobre la persecución y exilio de religiosos, la fuente refirió que “hay sacerdotes que han hablado de manera más directa y crítica, por lo que fueron perseguidos, asediados y no les quedó más remedio que huir”.

El caso reciente fue del padre Uriel Vallejos, titular de la parroquia Divina Misericordia de Sébaco, Matagalpa, quien tuvo que huir del país con el temor de ser capturado. Se exilió de forma provisional en Costa Rica y este marte 6 de septiembre desde su cuenta en Twitter anunció que está a salvo en un país europeo.

“El padre Uriel solo agarró dos mudadas y con eso se fue. No quiso ni volver a su casa para despedirse”, dijo la fuente.

“Es cierto que sacerdotes han salido al exilio, pero hasta después nos hemos enterado generalmente porque una fuente de la Iglesia lo filtró bajo el anonimato, no porque la CEN lo informe. Ejemplo, el padre Uriel Vallejos y el padre Rafael Bermúdez, se fueron al exilio y la jerarquía católica hizo silencio. No comunicó, sino que nos enteramos por otros medios y de igual manera aparecerá el nombre del resto que está en el exilio“, dijo por su parte Molina.

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