A pocos días de haber salido de Nicaragua, el padre Uriel Vallejos, titular de la parroquia Divina Misericordia de Sébaco, Matagalpa, confirmó su llegada a Italia y ante la imagen de San Francisco y Santa Clara de Asís pidió su intercesión para que se restablezca la paz en Nicaragua.
El sacerdote tuvo que huir del país cruzando veredas y montañas, con el temor de ser capturado y terminar en la cárcel si el acoso gubernamental de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la iglesia católica sigue materializándose. Se exilió de forma provisional en Costa Rica y este marte 6 de septiembre desde su cuenta en Twitter anunció que está a salvo en el país europeo.
Aseguró que dejar así la patria es “traumante e inhumano” y que vivió en carne propia lo que están viviendo miles de nicaragüenses para proteger su vida de la represión del régimen Ortega Murillo.
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Primera parada: Costa Rica
En entrevista brindada a la revista informativa Mosaico, el sacerdote aseguró que para “salvaguardar su vida” tuvo que arriesgarse a salir de Nicaragua cruzando veredas y montañas, en medio de la oscuridad de la madrugada.
“No sabés si vas a encontrar a gente de la Policía o del Ejército, entonces es una cuestión muy difícil, pero a Dios gracias pudimos llegar al destino”, dijo el sacerdote tras cruzar la frontera.
Además relató que salió del país solo con dos cambios de ropa y un par de botas, y que durante el trayecto la persona que lo guiaba le dijo: “Póngase en las manos de Dios, porque si está circulado aquí lo pueden apresar y puede ir a parar a la cárcel”.
Según el sacerdote, salió del país a “la buena de Dios”, “como todo nicaragüense, como todo migrante” y experimentó en carne propia lo que muchos nicaragüenses están viviendo para salvaguardar su vida. “No es que me lo estén contando, sino que yo lo he vivido en carne propia”, señaló.
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Persecución de vieja data
El pasado 1 de agosto, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor) le comunicó al padre Vallejos el cierre de la Radio Católica de Sébaco. Posteriormente la policía se presentó a la parroquia Divina Misericordia y lo mantuvo sitiado en la casa cural donde solo tenia pan, yogur y agua para alimentarse.
El 4 de agosto por la tarde la policía, por supuestas ordenes de la vocera oficial y primera dama, Rosario Murillo lo trasladó al Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima en Managua. Ahí lo mantuvó confinado hasta que en días recientes burló la vigilancia policial y salir del país.
Además de mantenerlo encerrado la policía habría expresado que estaba “prohibido” que al padre Vallejos lo trasladaran a otra parroquia de la Diócesis de Matagalpa, cuyo obispo Rolando Álvarez, desde hace un mes también está en “reguardo policial” en casa de unos parientes.
Pero la represión del régimen contra el padre Vallejos no es nueva, data de 2014, cuando en calidad de director nacional de Cáritas Nicaragua, denunció la retención de contenedores llenos de donaciones provenientes de Estados Unidos y reportó pérdidas de hasta 18 millones de dólares en productos. Esa no fue la única vez en que la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA) retuvo contenedores, incluso en 2019 el cardenal Leopoldo Brenes denunció que incluso el vino utilizado en las eucaristías estaba retenido en la aduna desde hacia un año.
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