Para algunos críticos, los acercamientos entre el Partido Comunista de China y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido en el poder en Nicaragua, tienen que ver con el interés del dictador Daniel Ortega de construir su régimen basado en el modelo político chino.
En China solo existe un partido, el Partido Comunista de China (PCCh) y quien lo encabeza ostenta todo el poder, debido a que el secretario general del partido, que es el mayor cargo, se convierte también en presidente de China. El sistema de partido único se estableció en 1949 cuando tomó el poder el PCCh, fundado hace más de 100 años.
En Nicaragua, desde que Ortega regresó al poder en 2007 expresó su ambición de un sistema de partido único. En abril de 2009, en Cuba, Ortega dijo en una entrevista que “el pluripartidismo no es más que una manera de desintegrar a la nación. Ese es el pluripartidismo, desintegrar a la nación, confrontar a la nación, dividir a la nación, dividir a nuestros pueblos”. Para él “la democracia” es la de Cuba, dijo en aquel entonces.
Todos los funcionarios “electos” en las votaciones ya son del Frente Sandinista
Aunque la dictadura orteguista aún no concreta oficialmente este sistema, en la realidad los partidos políticos opositores han quedado sin personalidad jurídica. Desde 2018 solo participan en las votaciones partidos satélite del Frente Sandinista, sin protagonismo alguno, que no hacen cuestionamientos ni campaña en las votaciones. A partir de 2021, al igual que en China, todos los funcionarios “electos” en las votaciones pertenecen al Frente Sandinista.
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El FSLN también funciona bajo la máxima autoridad de un secretario general. Desde la primera dictadura sandinista de los 80, Daniel Ortega ha sido el secretario general del FSLN y desde el año pasado se supo que su esposa, Rosario Murillo, es la vicesecretaria del partido. Murillo, quien ejerce el poder a la par de Ortega, también es vicepresidenta de Nicaragua desde 2016 y el régimen la llama “copresidenta”.
Secretario general del Partido Comunista de China y un pequeño círculo tienen todo el poder
En sus inicios, el PCCh funcionó bajo el liderazgo indiscutible de su fundador Mao Zedong, quien fue el líder de China desde 1949 hasta su muerte en 1976. Después de su muerte se fueron haciendo reformas hasta que a finales de los años ochenta se instauró la tradición de los secretarios generales. La presidencia del PCCh fue abolida supuestamente para evitar la concentración de poder de quien ocupara ese cargo, como ocurrió con Mao Zedong.
A partir de la década de 1990 también se estableció que los secretarios generales del PCCh ocuparan ese cargo solo durante dos mandatos de cinco años y luego fueran sucedidos por quien resultara electo en el Congreso Nacional.
Sin embargo, en 2018, el PCCh abolió de su Constitución el límite de dos mandatos para ejercer la Presidencia del país, lo que confirmó que Xi Jinping seguiría como presidente posiblemente hasta su muerte, como hasta ahora solo lo ha hecho Mao Zedong.
Durante el último Congreso Nacional en octubre de 2022, el actual secretario general, Xi Jinping, obtuvo un tercer mandato consecutivo en ese cargo y en consecuencia como presidente de China.
Al igual que en Nicaragua, el régimen chino encabezado por Xi Jinping también es acusado por organizaciones internacionales de violaciones a los derechos humanos, censura a la prensa independiente, persecución a opositores, periodistas, abogados, defensores de DD.HH. y también hay censura a la libertad religiosa.
Además, el régimen chino usa métodos sofisticados para censurar el internet en el país, principalmente para silenciar las críticas al Gobierno.
El capitalismo de Estado chino, un modelo desarrollado en los últimos 50 años
La historia del Partido Comunista de China es a la vez la historia de la fundación de la República Popular China, hoy uno de los países más poderosos del mundo, una potencia económica consolidada en los últimos 50 años en los que poco a poco se fue implementando un sistema conocido como Capitalismo de Estado del que China ha creado su propio modelo, aunque a simple vista esto parezca una abierta contradicción con los cimientos del sistema comunista.
Como todos los grupos comunistas reconocidos del mundo, el PCCh tiene su origen en la clase obrera, sus primeros seguidores fueron trabajadores de las grandes ciudades, que luchaban por sus derechos, por la distribución equitativa de la riqueza y contra los grupos económicos.
Según la historia, un pequeño grupo de rebeldes chinos, inspirados en la revolución rusa que derrocó a la monarquía, formaron en secreto el Partido Comunista de China (PCCh). Cien años más tarde, China es el segundo país del mundo con más multimillonarios, según diferentes revistas de finanzas.
Actualmente, 626 chinos tienen fortunas por encima de los US$1,000 millones, según la última lista compilada en abril de 2021 por la revista Forbes, según publicó la BBC. Y 239 de esos multimillonarios accedieron al club de los más ricos en el último año.
Estados Unidos tiene una cantidad mayor de súper ricos: 724, pero el gigante asiático le gana en el ranking de empresas: 124 compañías chinas integran el listado de las 500 corporaciones más grandes del mundo, publicado en 2020 por la revista Fortune.
El partido es el Estado en China; en Nicaragua la familia es el Estado
Aunque Ortega pareciera querer tomar el ejemplo chino para modelar una dictadura que le garantice perdurar en el tiempo, el experimento difícilmente será una copia al carbón, y no solo por las obvias diferencias entre los dos países, sino por la idiosincrasia de la pareja de dictadores nicaragüenses, más interesados en implantar una dictadura dinástica que una dictadura institucionalizada como la China.
Por ejemplo, mientras el PCCh tiene un órgano directivo denominado Comité Permanente del Politburó, integrado por siete personas que se encargan de fijar las políticas y nombrar a los funcionarios del gobierno chino; en el Frente Sandinista desapareció la Dirección Nacional que la conformaban nueve comandantes y que gobernó en los 80. Ahora solo figuran Ortega como secretario general y Murillo como vicesecretaria General.
Además, cada vez más son los hijos de la pareja los que figuran como sus “asesores.” En esto destaca Laureano, considerado el “delfín”, quien es el encargado de las relaciones con China y Rusia, de lejos las más importantes del régimen.
En China por otro lado, se puede observar una estrutura de gobernanza. El Politburó es un órgano como tal, conformado por 25 personas, incluyendo los siete del Comité Permanente. Los miembros del Politburó, entre ellos el secretario general, son elegidos a su vez por 204 miembros del Comité Central del PCCh.
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Estos órganos son votados cada cinco años en el Congreso Nacional, que en teoría es el máximo órgano del PCCh. El último Congreso Nacional se realizó en 2022, con más de 2,000 delegados, quienes a la vez representan a los casi 97 millones de miembros del PCCh.
Los organismos de gobernanza no gobiernan, pero sirven como canal de comunicación con las bases
Aunque los estudiosos del régimen chino aseguran que los organismos de gobernanza son una formalidad, no un verdadero proceso electoral real y que las decisiones importantes son tomadas por grupos de poder, esos organismos al menos pueden servir como un canal de comunicación entre el liderazgo del PCCh y sus bases.
Por el contrario, en el Frente Sandinista actual, han desaparecido los órganos de gobernanza que funcionaban en los 80, como el Congreso o la Asamblea sandinista. Y si bien esos órganos nunca fueron democráticos en el sentido de canalizar el poder de abajo hacia arriba, de alguna manera el partido estaba conectado con sus bases.
