El nacionalismo y el patriotismo solo viven en el discurso del dictador Daniel Ortega y su esposa y cogobernante, Rosario Murillo. Para los críticos, en la práctica el régimen Ortega Murillo valora más a sus aliados extranjeros que a los nacionales, prueba de eso son los extranjeros que han ocupado altos rangos diplomáticos en el servicio exterior.
El sociólogo y ex diplomático, Oscar René Vargas, manifestó que esta práctica del régimen Ortega Murillo es “excepcional”, porque no es normal que un gobierno nombre a un extranjero en cargos de embajadores. Pero para Vargas nada de lo que haga Ortega le sorprende.
“Ortega no tiene líneas rojas, su nacionalismo es de acuerdo a su visión y voluntad”, manifestó Vargas, quien estuvo preso en Nicaragua por expresar su opinión en contra del régimen orteguista y el pasado 9 de febrero fue desterrado y enviado sin nacionalidad a Estados Unidos junto a más de 200 presos políticos.
Lo mismo hacía Fidel Castro
Por su parte, el ex embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, manifestó que integrar a extranjeros en cargos públicos también es una práctica del régimen castrista en Cuba.
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“Lo vimos con Fidel Castro (de Cuba) que tuvo al Che Guevera en posiciones como de ministro de economía, pero muchas veces cuando se trataba de organismos como la OEA, lo enviaban como delegado en calidad casi de canciller a un hombre que no tuvo experiencia ni como diplomático, ni como economista y que todavía no se sabe si terminó la carrera de medicina”, dijo McFields.
El ex embajador manifestó que los extranjeros solo tenían que ganarse la simpatía de Castro, para alcanzar un cargo diplomático de Cuba.
Subestima a los nacionales
MacFields, quien sorprendió con su renuncia al cargo de embajador de Nicaragua ante la OEA en una sesión plenaria del Consejo Permanente, es testigo de cómo la dictadura de Ortega subestima a los funcionarios nacionales y también reconoce más a quienes estudiaron en el extranjero.
“Hay una sobrevaloración de las personas que estudian en Estados Unidos a las que estudian en universidades nicaragüenses. Si estudian en Estados Unidos se te abren las puertas de par en par, pero si no, te ven como un servil peón y no te dan tu lugar como embajador a veces, aunque depende de cada persona, pero en lo general hay una visión de que el extranjero sabe más que el nicaragüense”, dijo el ex embajador.
También recordó que durante el proceso de paz en la región en los años ochenta, Ortega propuso a seis funcionarios estadounidenses para esa función.
Miguel D’Escoto
Uno de los casos más conocidos de un extranjero en altos cargos del servicio exterior es el padre Miguel D’Escoto Brockmann, nacido en Los Ángeles, California de Estados Unidos. No obstante, Oscar René Vargas aclaró que D´Escoto era hijo de padre y madre nicaragüenses.
D’Escoto fue ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua durante el primer gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que también estuvo encabezado por Daniel Ortega.
McFields aseguró que D’Escoto Brookman gozaba de una confianza absoluta que no se le brindó a los funcionarios nicaragüenses.
“Miguel D’Escoto Brookman era un canciller de verdad, no era canciller de nombre. Era una canciller que dictaba la política exterior y que incluso asesoraba al presidente en política exterior, no era alguien que recibía órdenes, sino era alguien que daba orientación y consejo al dictador durante los ochenta y en los siguientes períodos de la dictadura”, recordó el ex embajador.
Paul Oquist
Paul Oquist, también de origen estadounidense, fue Ministro Secretario Privado para Políticas Nacionales de la Presidencia, a quien Ortega encargó importantes tareas. Los medios extranjeros lo calificaban como la mano derecha del dictador. Fue la voz de Ortega en el exterior, dando entrevista a medios internacionales.
Argentino era embajador de Nicaragua en Cuba
Por más de 14 años, Luis Cabrera González, un argentino nacionalizado nicaragüense, fue embajador de Nicaragua en Cuba. En noviembre de 2021 se conoció que Cabrera renunció al cargo de embajador de Nicaragua ante Cuba, pero desde que éste dejó el cargo han habido al menos cuatro embajadores depuestos.
Sobrino de Gadafi
Mohamed Farrara Lashtar, de origen libio, es también el sobrino del dictador libio asesinado Muamar Gadafi. Actualmente tiene al menos ocho nombramientos de embajador en diferentes países.
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Farrara Lashtar es embajador ante Kuwait y concurrente ante Egipto, Turquía, Jordania, Túnez, República Argelina Democrática y Popular, Arabia Saudita y el Reino de Bahréin (Micro-Estado ubicado en el Golfo Pérsico), que fue el último nombramiento.
Además se ha desempeñado como secretario privado para asuntos internacionales de la Presidencia y embajador especial para asuntos en el exterior y representante para África, Medio Oriente y países árabes.
Farrara Lashtar ha ocupado antes otros cargos en el servicio diplomático del régimen orteguista y también fue diputado suplente en el Parlamento Centroamericano (Parlacen). La primera vez que se supo del parentesco de Farrara Lasthar con Gadafi fue en 2011, cuando el diario La Nación de Costa Rica publicó los antecedentes de este personaje, basándose en los documentos de Wikileaks.
Hijo de un italiano mafioso
Maurizio Carlo Alberto Gelli es italiano, nacionalizado nicaragüense en 2009, pero figura en la lista de diplomáticos de Nicaragua desde 2005. Es hijo del italiano Licio Gelli, un fascista confeso, líder de una poderosa logia masónica, que se vio envuelto en los mayores escándalos de la historia reciente de su país.
Gelli es embajador de Nicaragua en España y ante el Gobierno del Principado de Andorra, ambos ubicados en Europa. En el pasado, Gelli fue embajador ante Canadá de 2017 a 2022 y embajador ante Uruguay de 2013 a 2017.
El primer cargo de Maurizio Gelli en el servicio exterior de Nicaragua fue de cónsul honorario en la ciudad de Arezzo, con cobertura en Umbría, Italia, a través del Acuerdo Presidencial No. 305-2005, emitido por el entonces presidente Enrique Bolaños.