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Más de 10 patrullas ingresaron a LA PRENSA hace un año, el 13 de agosto al efectuarse el allanamiento contra el Diario. LA PRENSA/Archivo

LA PRENSA avanza un año después de la toma de sus instalaciones. «Nuestro compromiso es que Nicaragua vuelva a ser República»

LA PRENSA cumple este sábado un año con sus instalaciones tomadas por la policía del régimen, con tres directivos y dos conductores presos, y una redacción exiliada que sigue informando desde el sitio web

El Diario LA PRENSA cumple hoy un año de que sus instalaciones fueron allanadas y ocupadas por un contingente policial de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) bajo órdenes de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con el objetivo de «acallar y desterrar» al periodismo independiente, pero ha fracaso en sus múltiples intentos, porque LA PRENSA se mantiene viva a través de su plataforma digital.

La confiscación de facto orquestada por el régimen orteguista contra LA PRENSA que inició pasando el mediodía de aquel viernes 13 de agosto de 2021, se extendió hasta la madrugada del sábado 14, deteniendo ilegalmente al gerente general del Diario, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, hasta hoy en la DAJ, cárcel conocida como el nuevo Chipote, acusado de supuesto lavado de dinero y activos, condenado a nueve años de prisión.

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Desde entonces LA PRENSA no ha dejado de informar un solo día, pese a las adversidades para ejercer el trabajo periodístico. La última y más reciente embestida de los Ortega-Murillo, ocurrió el pasado 6 de julio, cuando por la noche la Policía arresto a dos conductores, a quienes el Juez Séptimo Penal de Audiencia de Managua, Abelardo Alvir Ramos, les decretó 90 días de detención para investigación, sin especificar qué tipo de sospechas existe en su contra.

Esa misma madrugada, la casa de periodistas, fotógrafos y otro personal del Diario fueron allanadas, lo que obligó a los directivos del medio a sacar del país de forma irregular al personal de la redacción, que desde el exilio forzado continúa informando.

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Allanamiento de las instalaciones de LA PRENSA, ocurrido el 13 de agosto de 2021. Foto: Archivo

Para el relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (RELE _CIDH), Pedro Vaca, «este aniversario trágico» tiene varias dimensiones, una de las más drásticas desde la perspectiva simbólica, considera que es para la aspiración democrática de Nicaragua.

«Es trágico que durante todo un año se haya tanto cerrado el medio, como detenido a sus directivos y que además se haya expulsado forzadamente a toda una redacción y es algo que desde lo simbólico genera un impacto en todos y cada uno de los periodistas de Nicaragua entre otras cosas, porque la historia, la misma infraestructura, la dimensión de La Prensa es sinónimo de un referente del periodismo en Nicaragua, desde el punto de vista de la simbología que tiene una fecha como este aniversario, es drástico y es triste», opina Vaca.

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Eduardo Enríquez, Editor en Jefe de LA PRENSA, asegura que esta «es la situación más difícil que ha vivido La Prensa en sus 96 años de historia, eso incluye a sus directivos y su personal, principalmente su equipo periodístico».

Sostiene «en el pasado, durante la dictadura de Somoza y la primera dictadura sandinista hubo censura, cierres y exilio, pero se centraba en la dirección del periódico, y una vez que cerraban el diario dejaban a la gente en paz», pero «esta dictadura se ha lanzado contra todos los trabajadores del Diario. Antes, podríamos decir, era una rivalidad política la que existía, lo que existe ahora va más allá, esta dictadura ha criminalizado el ejercicio periodístico, y su afán es totalitario, solo su visión de la vida, la sociedad y el mundo valen, lo demás debe ser eliminado», dijo Enríquez.

El «delito» de Juan Lorenzo fue mantener a LP como un medio independiente

José Ulloa, del la Red Voces del Sur, señala que el allanamiento de LA PRENSA fue el cierre de una etapa que ya había comenzado la Administración Ortega-Murillo en mayo de 2021, en contra de la prensa independiente, en el contexto de una investigación de supuesto lavado de dinero y activos en contra de la exaspirante presidencial Cristiana Chamorro Barrio, en su calidad de exdirectora ejecutiva de la clausurada Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCh), quien se encuentra bajo arresto domiciliar, al igual que su hermano y también directivo de LA PRENSA, Pedro Joaquín Chamorro Barrios.

El allanamiento contra LA PRENSA se dio un día después de que la Junta Directiva anunció un embargo aduanero. El 12 de agosto de 2021, el diario más antiguo de Nicaragua y el único en ese momento, circuló en versión impresa por última vez en todo el país.

Al día siguiente, durante el allanamiento, la Policía emitió un comunicado indicando que se había iniciado una investigación en contra de LA PRENSA por supuestos delitos de defraudación aduanera y lavado de dinero. Sin embargo, semanas más tarde la acusación contra el Diario cambió y solo Juan Lorenzo Holmann fue acusado por supuestamente haber lavado dinero. Aunque el delito no fue probado en el juicio, el gerente general fue condenado, en marzo de 2022, a 9 años de prisión, más la inhabilitación de ejercer su profesión, oficio o cargo durante nueve años, asimismo, se le impuso una multa millonaria.  

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El gerente general de LA PRENSA, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, cuando recorría las instalaciones del periódico con los policías, el pasado 13 de agosto de 2021. Horas después fue detenido. LA PRENSA/ ARCHIVO

Enríquez destaca que Juan Lorenzo tomó las riendas de LA PRENSA en situaciones extremadamente difíciles. «En realidad, cualquier otra persona hubiera optado por no asumir la gran responsabilidad que significaba tratar de reorganizar una empresa que había salido muy golpeada económicamente, no solo por la crisis sociopolítica de abril 2018, sino porque enfrentaba un embargo de papel y tinta que duró 18 meses. Eso drenó fuertemente las finanzas, eso en sí era un reto, pero hacerlo enfrentando una dictadura al menos triplicó el grado de dificultad, pero Juan Lorenzo es una persona muy católica, con un gran sentido del deber y asumió el reto no solo empresarial sino periodístico de mantener a LA PRENSA como un medio independiente», explica el Editor en Jefe.

«Ese fue su “delito” y no por lo que faltamente lo acusan obviamente, él y su familia son los que lleva el mayor sufrimiento por ese encarcelamiento injusto; a nosotros nos obliga a continuar con ese compromiso y seguir fortaleciendo lo que él inició para cuando él salga de esa celda, que esperamos sea pronto», expresa Enríquez.

Relator de la CIDH destaca «resiliencia» de los periodistas de LP

A un año de la ocupación del Diario, Vaca señala que desde la perspectiva de las obligaciones internacionales, el Estado de Nicaragua es una muestra “muy especial del desprecio” por las libertades civiles, la institucionalidad democrática y la libertad de prensa, que además se suma aun despliegue deliberado por acallar toda voz que no sea la voz de la autoridad.

Desde el punto de vista de la ciudadanía nicaragüense, el relator lo califica «como un golpe durísimo al derecho a estar informada desde fuentes diversas y plurales, es una bota militar que impone el relato oficial».

El 13 de agosto de 2021 la Policía se tomó las instalaciones del Diario LA PRENSA, en Carretera Norte, y continúan tomadas. LA PRENSA/ ARCHIVO

Desde el punto de vista humano «yo creo que hay una gran dosis de dignidad, y aquí me refiero directamente a los periodistas de LA PRENSA, es decir, esto es un momento en donde el miedo está presente, la detención de sus directivos, el cierre del mismo periódico, el cese de su impresión, todo eso son golpes durísimos para la redacción, para los periodistas y yo admiro mucho ver la resiliencia de una redacción que en esa tormenta adversa continua haciendo periodismo, que nunca previeron que debían contar historias donde las víctimas fueran ellos», manifiesta Vaca.

«Y creo que tener el temple para sentarse a un computador y teclear las historias y al mismo tiempo ver cómo se apoya al equipo exiliado, y al mismo tiempo estar pendiente de Juan Lorenzo, el sello de LA PRENSA sale a flote a pesar de la adversidad, es algo profundamente valiente y admirable. De ahí hay mucha esperanza, hay mucha fuerza, mucho futuro del periodismo», reitera el relator.

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Por su parte, Enríquez relata que «con Juan Lorenzo nos preparamos para esa toma. Era algo que se veía venir. Que tarde o temprano iba a suceder y se tomaron las medidas para que el sitio (web) quedara fuera del alcance de la dictadura. Claro que era difícil imaginar el grado de maldad de esta gente, ni cuando queremos pensar mal llegamos al nivel de maldad de esta dictadura, pero hemos logrado estar fuera de su alcance y hemos logrado seguir informando».

A la vez indica que «esto no es solo posible por el compromiso de los reporteros, editores y de todos el personal, sino que juega una parte importante el apoyo que recibimos de los lectores que pagan la suscripción digital. Todo al final, llega a pesos y centavos, y sin el apoyo de los lectores, LA PRENSA ya no existiría. Informar es una acto de resistencia, pero también es un gran acto de resistencia el de cada nicaragüense que paga una suscripción para ayudarnos a seguir aquí».

Un exilio «nunca antes visto»

Sobre el exilio masivo de los periodistas del Diario, el relator especial para la de la Libertad de Expresión de la CIDH, asegura que «en la documentación de la Relatoría no hay registros de situaciones parecidas, si hay registros de periodistas y grupos de periodistas que por determinada cobertura que les llevó a una situación de riesgo y vulnerabilidad, la mayoría de los casos salieron temporalmente al exilio, pero un nivel de desmantelamiento forzado con una operación policial en curso, es la primera vez».

LA PRENSA continúa creando más canales de distribución para satisfacer las necesidades de sus audiencias. LA PRENSA

Ulloa, de la Red Voces del Sur, ha coincidido por separado con Vaca y Enríquez, «en que el éxodo forzado de casi una sala de redacción ha sido algo nunca antes visto, ni siquiera en la primera dictadura sandinista mucho menos en la de los Somoza».

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A la vez advierte «que la maldad y la perversidad del régimen no ha cesado porque no ha logrado su objetivo, y LA PRENSA a pesar de este ambiente no ha dejado un solo día de informar y eso ha sido lo que ha molestado al régimen».

A nivel regional, Vaca sostiene que «sin duda Nicaragua es un Estado donde todos los mecanismos de censura han sido activados y donde si se requieren más mecanismos de censura, las autoridades están dispuestas a crear, desde el asesinato de periodistas hasta el cierre y confiscación de cierre de medios de comunicación, acoso judicial a periodistas, reformas legales para adoptarse de más herramientas para censurar a periodistas, obstrucciones a exceso a determinados contenidos en internet y altísimas dosis de propaganda, digamos que todos estos ingredientes uno puede identificarlos individualmente en otros países también, pero en Nicaragua hay una autoridad que los usa todos en un nivel de intensidad y repetición que difícilmente son advertibles en otros estados», lamentó el relator.

El compromiso de LA PRENSA con Nicaragua

El más reciente informe del organismo regional Voces del Sur titulado «Prensa nicaragüense exiliada, pero no silenciada» destaca «la resiliencia, la valentía, el trabajo, el compromiso y el coraje que ha tenido la prensa para seguir informado a pesar del tiempo».

Al respecto Ulloa destaca que el Diario LA PRENSA ha pasado de ser «la República de papel a la República Digital, gracias a la tecnología de la comunicación y a la credibilidad y prestigio del medio que esta muy cerca de cumplir un centenario de que las audiencias sigan consumiendo su información».

«El compromiso de LA PRENSA, de la familia dueña, que tiene varios miembros presos, y de su personal, es seguir informando y denunciando los abusos de esta dictadura. Queremos seguir alumbrando lo que ellos quieren hacer en la oscuridad, como escribió Fabián Medina en su columna. El mundo debe conocer el grado de represión, el grado de terror que han impuesto a los nicaragüenses. Nuestro compromiso es ese, poner nuestro grano de arena para que Nicaragua vuelva a ser República», declara Enríquez.

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