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Se complica aún más relación de Daniel Ortega con la OEA, según analistas

"Honestamente el pronóstico es muy negativo, dudo mucho que el régimen abra o ceda a las solicitudes del Consejo Permanente", afirma analista tras resolución aprobada ayer en sesión especial

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El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó con 25 votos a favor, uno en contra y ocho abstenciones una resolución en la que afirma que Nicaragua incumple sus compromisos con la Carta Democrática Interamericana y pide al régimen aceptar una misión de alto nivel que ayude a conducir la realización de reformas electorales integrales, una petición que analistas ven difícil que se vaya a cumplir, y creen que el panorama no es alentador para Nicaragua debido a la retirada de la dictadura del organismo, además de su posición cada vez más cerrada.

Esta no es la primera vez que el organismos solicita al régimen el ingreso de una misión de alto nivel para encontrar una solución a la crisis del país, pues en junio de 2019, durante la 49 Asamblea General de la OEA, en Medellín, Colombia, con 20 países a favor, cinco en contra, ocho abstenciones y una delegación ausente, se aprobó una resolución similar.

Para entonces, la Asamblea General orientó al Consejo Permanente crear una comisión al más alto nivel para buscar una solución negociada a la crisis que ya en ese momento vivía el país. Finalmente, la Comisión diplomática de la OEA fue creada y aprobada, en agosto del mismo año, pero Daniel Ortega se negó a trabajar con ellos y negó la entrada al país.

Panoramas distintos

La petición está otra vez sobre la mesa de Ortega. LA PRENSA consultó a dos analistas políticos y expertos en derecho internacional, sobre qué podría hacer cambiar de postura a Ortega para que permita el ingreso de una misión de alto nivel al país y no oponerse a como lo hizo en 2019. Ambos coincidieron que el respaldo de esta resolución es mayor y que a diferencia de 2019, el presidente está a poco de convertirse en un gobierno ilegítimo como resultado de las elecciones “fraudulentas” de noviembre pasado.

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“La diferencia es que está iniciativa está siendo aprobada por un mayor número de Estados miembros de la OEA, en 2019 rondaba los 20 votos, ahora estamos hablando de 25. También Ortega está en una posición diferente en comparación con 2019, porque pues casi entra en una situación de ilegitimidad debido al proceso electoral que se dio”, expresó Tiziano Breda, analista para América Central del International Crisis Group.

Por su parte, un especialista en derecho internacional que prefirió mantenerse en el anonimato, opinó que “la diferencia es que en la Asamblea General de Medellín no parecía haber 24 votos para aplicar la Carta Democrática, y esta vez, como hemos vuelto a ver, hay al menos 25”. “La amenaza es real”, precisó.

La composición de la misión de alto nivel es clave

Por otro lado, Breda señaló que la resolcuión aprobada este miércoles tiene un punto que aún está por verse y que es clave. La composición de dicha comisión, que fue una de las razones del fracaso en 2019.

“Una de las razones de por qué fracasó ese esfuerzo en 2019 fue que la composición de esa misión no fuera bastante balanceada al incluir básicamente solo a países muy vocales, muy críticos al gobierno de Ortega y que por lo tanto le hizo cerrar puertas”, argumentó Breda.

La comisión al más alto nivel, para buscar una salida a la crisis aprobada en 2019 estaba integrada por representantes de Argentina, Canadá, Estados Unidos, Jamaica y Paraguay. 

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La resolución aprobada este miércoles, además que insta al régimen a aceptar una misión de buenos oficios, de alto nivel, para llegar a un acuerdo “sobre un proceso que conduzca a la realización de reformas electorales integrales”, y la liberación de todos los presos políticos, demanda además “la revocación de todas las leyes que restrinjan la participación política y limiten los derechos humanos de una manera contraria a las obligaciones internacionales de Nicaragua en materia de derechos humanos” y “un diálogo de todos los partidos políticos y otros actores en Nicaragua con el objetivo de celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias tempranas que sean libres, imparciales y transparentes, con observación internacional creíble”.

El representante de Ortega en la sesión respondió con descalificaciones a la sesión y dijo, en un mensaje recitado durante el plenario: “Las posiciones de Nicaragua han estado y están claras, no somos colonia, no somos esclavos, no somos sirvientes de nadie; de ningún imperio o de ningún gobierno que se crea potencia”.

Escenario complicado, tras la renuncia del régimen de la OEA

A criterio del politólogo Pedro Fonseca, esta resolución muestra los primeros esfuerzos tangibles de la aplicación de Carta Democrática a Nicaragua, no obstante, hay un trecho muy largo en hacer cumplir al régimen tras su renuncia de la OEA, valoró.

“Por qué digo que son los primeros esfuerzos tangibles, porque se le encomienda a la Secretaria General (Luis Almagro), establecer, implementar, desarrollar un canal de comunicación diplomática oficial entre la OEA y el gobierno de Nicaragua para dar salida (a la crisis)”, dijo Fonseca.

“El Consejo Permanente lo que pretende es garantizar que en Nicaragua haya pluralismo político y que los niveles de violencia cesen para poder entonces exigir todas estas reformas de carácter electoral y normativo para el desarrollo de elecciones democráticas”, agregó.

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A la vez alertó que “entre la propuesta, la aprobación de la resolución y lo que suceda, por supuesto hay un trecho muy largo”, porque “dudo mucho que el gobierno de Nicaragua ceda ante las solicitudes del Consejo Permanente precisamente porque el mismo (Ortega) ha intentado en su política aislarse del sistema interamericano y hacer de cuenta que no existe, por lo tanto, el sistema no puede exigirle nada”.

En este contexto de la renuncia del régimen del órgano hemisférico, Breda también considera que “se complica el escenario y disminuye la probabilidad (que el régimen cumpla con la resolución)”.

El especialista en derecho internacional, también coincidió por separado en que “tras la notificación de salida de Nicaragua, no se sabe qué va a ocurrir”. Aunque advirtió que “si se niega a cooperar con el resto de Estados miembros del hemisferio, Nicaragua se verá más aislada, y el régimen también. Eso puede repercutir directamente en la financiación internacional”, dijo.

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“Honestamente el pronóstico es muy negativo, dudo mucho que el régimen abra o ceda a las solicitudes del Consejo Permanente y más bien lo que probablemente vayamos a estar observando después de que este plazo no se cumpla sean muchas más medidas coercitivas en contra de la dictadura”, añadió Fonseca.

En tanto, Breda destacó que la resolución de este miércoles sobre la crisis del país “reafirma la preocupación compartida por un gran número de países a nivel regional sobre la situación en Nicaragua y la necesidad de actuar de alguna forma intentar mejorar expresión, tanto de derechos humanos como expresión política de manera coordinada y multilateral”.

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