El orteguismo llegó desbocado a la reunión extraordinaria que este miércoles sostuvieron miembros del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos para abordar una vez más la crisis política de Nicaragua. El mensaje de Daniel Ortega cargado de descalificaciones y con frases propias de la esposa del dictador, Rosario Murillo, fue llevado por René Campbell Hooker, representante permanente alterno de Nicaragua en el OEA, quien recitó al pie de la letra el discurso de odio preparado en El Carmen.
En menos de dos minutos de intervención, Campbell lanzó improperios contra la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que estaban de manera virtual los representantes de las delegaciones que integran el organismo, quienes de forma diplomática, como exige el cargo de estos, abogaron por una salida a la crisis política en Nicaragua, la liberación de los presos políticos y el retorno de la democracia a través de reformas electorales reales y el retorno del derecho a elegir de los nicaragüenses, tal como se encuentra consignado en la Carta Democrática Interamericana, de la cual Nicaragua es firmante.
Solo en los primeros segundos, el orteguismo incorporó seis descalificaciones al acusar a la OEA de tener una historia “despreciable, de ignominiosa,deshonrosa, desvergonzada y depravada entrega y sumisión al imperialismo norteamericano”.
Campbell, que en su intervención parecía estar recitando un poema, seguidamente dijo que acudieron a la sesión como un acto de responsabilidad del Estado y de Gobierno de Nicaragua, “conscientes de que este es otro infame, malévolo y diabólico juego, de esta tan denunciada Organización, súbdita y satélite de los Estados Unidos”.
A su vez calificó la sesión como “otro juego criminal como los que en distintos momentos han jugado, negando los derechos de los pueblos, y participando como cómplices, convocantes y protagonistas, de golpes de Estado, invasiones, intervenciones, y otras maniobrasdestructivas y genocidas, promovidas por el imperialismo norteamericano”.
Este último en referencia a Estados Unidos, el principal socio comercial de Nicaragua y desde donde llegan casi el 80 por ciento de los flujos de remesas, que han sido fundamentales en la reducción de pobreza durante la era de Daniel Ortega y que estudios independientes han señalado que estas han sido más eficaces en la reducción de la pobreza más que los programas gubernamentales.
“Estamos aquí para denunciar los crímenes, la abyección, la negación de todos los instrumentos del derecho internacional y de todas las cartas que deberían regir las relaciones entre seres Humanos, entre familias y comunidades, de este mundo y este continente”, dijo el funcionario. Cabe recordar, no obstante, que la Carta Democrática que rige a la OEA establece como principio el respeto a las libertades y la democracia en los países que la suscriben.
Pero Campbell siguió con el discurso furibundo. Tras calificar a la OEA como “esa cosa fea”, aseguró que la sesión realmente era una especie de juicio contra la misma organización por “todas sus tropelías, como enjuiciados están, por crímenes de lesa humanidad ante todos los tribunales de los pueblos, los Estados Unidos, sus jefes”.
“Este es otro momento que subraya la ínfima condición de lacayos y arrodillados de este Organismo que ha perdido toda legitimidad o credibilidad y que no cuenta con ningún respeto entre los pueblos”, agregó.
Y aunque el orteguismo rechazó el pasado histórico de la OEA, lo cierto es que en la década los setenta recurrió a esta misma organización para presionar por la salida del poder de Anastasio Somoza Debayle en 1979, luego que la dictadura somocista gobernara con mano de hierro a los nicaragüenses durante 45 años, donde se cometieron violaciones de derechos humanos similares a los que hoy ocurren en Nicaragua.
“Las posiciones de Nicaragua han estado y están claras, no somos colonia, no somos esclavos, no somos sirvientes de nadie; de ningún imperio o de ningún Gobierno que se crea potencia”, dijo Campbell.
“Acusamos a la OEA, que no tiene autoridad moral para acusar a nadie, porque son, con Estados Unidos, en palabras de Sandino, “el antro donde se fabrican crímenes, tropelías y tropeles” contra todos los derechos humanos, políticos, económicos, climáticos, sociales, y contra las libertades que nuestros pueblos reclamamos y exigimos, cada vez con más fuerza y determinación”, afirmó.
El orteguismo considera que la OEA no debe velar por los asuntos internos de cada país sino que se debería dedicar a abordar temas como “la injusticia climática, la injusticia económica, la injusticia social, y de todas las calamidades, pecados y sacrilegios que el egoísmo, la codicia, la desmesura, la ambición, han generado a tantos seres, convertidos en mendigos por las voracidades coloniales y neocoloniales”.