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Daniel Ortega y el exembajador de Taiwán, Jaime Chin-Mu Wu. Tomado de medios oficialistas

¿Le sobrevivirá a Ortega el “salvavidas” económico llamado Taiwán? Isla asiática en complicada encrucijada, dicen analistas

El exdirector de Costa Rica ante el BCIE Ottón Solís reconoce que Taiwán se encontraría entre la espada y la pared: Ortega o Biden. "Taiwán está en un dilema terrible", afirma.

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Tras el fraude electoral realizado el pasado 7 de noviembre en Nicaragua, donde el dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo resultaron nuevamente electos, Taiwán ha sido uno de los pocos aliados del régimen que ha preferido guardar silencio y quedar al margen de la situación. No ha rechazado ni aprobado los resultados de los comicios como sí lo han hecho los regímenes de Venezuela, Bolivia, Cuba, Irán, Rusia y hasta Corea del Norte.

Pero a diferencia de los demás países que han felicitado y apoyado al régimen de Ortega, Taiwán se encuentra en una delicada posición ante Nicaragua y Estados Unidos, que va más allá de las sanciones que plantea la Ley Renacer. En su incansable misión de ser reconocido como Estado, la isla está entre el dilema de si seguir apoyando al mandatario nicaragüense y mantener ese reconocimiento, o cerrar filas y asegurar la relación con el gobierno estadounidense, el amigo más importante de Taiwán y su único aliado ante el conflicto con China, explicaron analistas políticos.

Durante todos estos años Taiwán ha inyectado cuantiosos desembolsos a Nicaragua en el sector salud, económico, social y ganadero, entre otros; además de que es un aliado clave del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entidad que ha oxigenado económicamente a la dictadura orteguista, pese al llamado a que cese su financiamiento debido a la brutal represión y violación de los derechos humanos de los nicaragüenses.

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“A Taiwán le queda tres países serios en Centroamérica que lo reconocen —Guatemala, Honduras y Nicaragua—, y ha disimulado la ideología y las prácticas no democráticas y los temas de derechos humanos en Nicaragua porque si pierde a Nicaragua, pierde una tercera parte de los países más o menos serios que aún mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán”, explicó el exdirector de Costa Rica ante el BCIE y ahora profesor de Desarrollo y Crecimiento Económico, Ottón Solís, sobre el apoyo que ha dado la isla a Nicaragua durante todos estos años.

“Taiwán implementa una diplomacia del dólar, que paga o ayuda a países que lo reconocen, que no han hecho relaciones con China Continental, como Costa Rica. Ese reconocimiento de algunos países, Taiwán lo recompensa en cooperación, ayuda, préstamo”, declaró por su parte el mayor en retiro del Ejército Popular Sandinista (EPS), Roberto Samcam.

“Taiwán está en un dilema terrible, si felicita (a Ortega) se aparta de toda la visión de lo que está pasando con el régimen de Ortega y que tienen los países más prestigiosos del mundo como Estados Unidos, Canadá y las democracias más consolidadas del planeta; y si felicita se aparta de ellos y todos son importantísimos en su pelea con China. Y por otra parte, si no felicita pone en riesgo este reconocimiento que le hace Nicaragua, entonces creo que ha optado por el silencio por ese tema”, agregó Solís.

Sin embargo, una fuente especialista en temas de diplomacia declaró, bajo anonimato, que no todos los países tienen que pronunciarse en este momento sobre los resultados electorales del 7 de noviembre. “Algunos lo harán hasta el 10 de enero, día en que Ortega tomará posesión nuevamente de la Presidencia, de manera que habrá que esperar”.

“Es importante tomar en cuenta que una cosa es el no reconocimiento de los resultados electorales del 7 de noviembre y otra diferente es el no reconocimiento del Gobierno y la ruptura de relaciones diplomáticas. Puede haber un reconocimiento tácito, a través del silencio diplomático y la continuación de la cooperación bilateral, como si nada hubiese pasado. La continuidad de la relación podría darse también acompañada de llamados al respeto a los derechos humanos y al diálogo, manteniendo el reconocimiento y la relación diplomática y de cooperación”, señaló la fuente.

Pero a Ortega le urge el reconocimiento internacional venga de donde venga. Especialmente ahora que más de 40 naciones desconocen los resultados electorales del 7 de noviembre y por tanto su nuevo mandato que arrancaría el próximo 10 de enero sería ilegítimo, lo que profundiza su aislamiento internacional y por tanto complica su relación con los históricos aliados económicos de Nicaragua.

Si Taiwán le reconoce su mandato públicamente se convertiría en un aliciente para la dictadura, pero pondría a la isla en la mira de su principal amigo en América: Estados Unidos, tanto así como Argentina, a cuyo país el gigante del norte en un principio le reprochó por no condenar la falta de democracia en Nicaragua.

Al final, Buenos Aires debió sumarse a la condena y declaración de ilegitimidad de las elecciones del pasado 7 de noviembre, lo que significó un vuelco en la política tibia que hasta ahora había mantenido contra los abusos y violaciones de derechos humanos de la dictadura orteguista.

Hasta ahora Taiwán se ha convertido en el principal soporte de la dictadura de Ortega en la captación de recursos no reembolsables, al punto que hasta la mitad de este año ese país asiático ya había superado a la Unión Europea como fuente proveedora de recursos luego que en el transcurso de este año aumentó su compromiso financiero con el Gobierno.

Cuando se aprobó el Presupuesto General de la República de Nicaragua en la Asamblea Nacional en diciembre del año pasado, Taiwán le había prometido al régimen de Ortega para este año 216.45 millones de córdobas en donaciones, sin embargo, el informe de ejecución presupuestaria hasta junio muestra que el compromiso se elevó a 875.86 millones de córdobas.

Seguridad en juego

Pero esa fuerte cooperación que ha tenido Taiwán con el país podría llegar a su fin tras el fraude electoral y la presión del gobierno de Biden. A criterio de los analistas políticos, la isla deberá replantearse muy bien la continuidad de su futuro, sobre todo con Estados Unidos.

“Cada vez es menos probable que Taiwán continúe oxigenando económicamente al régimen de Ortega ya que se encuentra bajo creciente amenaza militar de China y en ese contexto depende hoy más que nunca del respaldo de EE. UU.”, consideró la cientista social y analista política, Haydée Castillo.

Con el conflicto entre China y Taiwán, la isla se ha escudado en el respaldo que le ha dado Estados Unidos, que en octubre de este año confirmó su “compromiso” de defender a Taiwán en caso de que su principal enemigo decidiera atacar.

“Yo creo que Taiwán no tiene alternativa y va a tener que separarse de Nicaragua, por la Ley Renacer y por lo que digo (sobre su apoyo en la disputa con China). Taiwán tiene su propio problema y necesita de esas democracias consolidadas del mundo”, expresó Solís.

¿Y la Ley Renacer?

Solís, quien recientemente denunció los lujos y ostentaciones del BCIE, consideró que aunque Taiwán ha sido una pieza importante para que Nicaragua acceda al financiamiento de esta entidad, ni la isla ni el organismo se arriesgarán a las sanciones de Estados Unidos, por lo que probablemente bajarán perfil.

“El BCIE necesita de la comunidad internacional. Al BCIE le interesa tener buenas relaciones con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), Banco Mundial, Fondo Monetario cuyos consejos directivos hay dominancia total de Estados Unidos y sus aliados occidentales, entonces debe tener mucho cuidado. Pero hay otro dilema porque Dante necesita el voto de Ortega para la reelección del año entrante, y Dante solo en eso piensa”, manifestó Solís.

Sin embargo, el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, expresó a El País de España que el formato “cooperativo” de la institución permite que los países socios otorguen los financiamientos sin mirar condicionamientos políticos.

“Las elecciones eran un hecho decisivo, si Ortega en una elecciones justas, democráticas, abiertas, participativas, equitativas hubiese ganado, nadie le podía reclamar al BCIE que siga financiando a Nicaragua pero en estas circunstancias todo cambió. Me parece que hubo un cambio para muchas entes, países como Taiwán, no solo por lo que hablábamos antes sino por el BCIE mismo”, agregó.

El BCIE ha estado en la mira de la sociedad nicaragüense por su soporte económico hacia la dictadura de Daniel Ortega, aduciendo que es un organismo apolítico y que Nicaragua está al día con el pago de sus obligaciones financieras con el banco. Tal es el soporte que el banco regional ha dado a Ortega, que con los flujos que ha entregado ha desplazado al Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como primeras fuentes de financiamiento del Gobierno.

Tanto el BID como el BM llevaban casi tres años sin entregar recursos frescos a Ortega a raíz de la matanza de más de 328 nicaragüenses desde el estallido social en abril del 2018, lo que derivó de la aprobación de la Nica Act, una legislación de Estados Unidos que obliga al representante de ese país en esos organismos a vetar los préstamos que pida la dictadura orteguista siempre y cuando estos no tengan carácter humanitario, como los que se han aprobado a finales del 2020 en el contexto de los huracanes Iota y Eta, así como la pandemia.

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Pero Samcam difiere de Solís. El analista no cree que Taiwán baje el perfil con Nicaragua porque “es un problema de diplomacia del dólar, no importa con quién se ajunte” y consideró que ante esta situación, Ortega “hábilmente navega en esas aguas tratando de sacar la plata lo más que pueda”.

“Taiwán tiene una alianza con EE. UU. en contra de China Continental y EE. UU. no va a arriesgar esa alianza por 100 millones que le dé Taiwán a Nicaragua, al final de cuentas no son reales de ellos, creo que el estatus quo se va a seguir manteniendo mientras Nicaragua no rompa con Taiwán y se eche a los brazos de China (….) Entonces, creo yo, la situación se va a seguir manteniendo en tanto Ortega le pueda seguir sacando dinero a los taiwaneses, pero si los Estados Unidos le pide a Taiwán que no le siga dando más plata, se arriesga y se expone a que Ortega rompa con ellos y se eche a los brazos de China”, planteó Samcam.

“Si Estados Unidos no aplica la Ley Renacer, que condena a quienes tengan cierto tipo de relación con el régimen no democrático que hay en Nicaragua, parecerá contradictoria que su guerra fría con China se anteponga a la valoración de derechos humanos y democracia en Nicaragua. Yo creo que Estados Unidos no puede darse ese lujo de contradicción”, afirmó por su lado Solís.

Mientras Taiwán se mantiene este dilema, el embajador de ese país en Nicaragua, Jaime Chin-Mu Wu, informó este 12 de noviembre a medios oficialistas que en esta semana finaliza su misión diplomática en Nicaragua. Se desconoce por ahora quién será su sucesor.

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