Dora María Téllez no ahorra palabras para describir la última reelección de Daniel Ortega. “Fue una zanganada, un gran robo, una chanchada”, la llama. En 1979 la exguerrillera sandinista jugó un importante rol en el derrocamiento de una dictadura dinástica autoritaria y ahora, asegura, lucha contra otra: la de su excompañero Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Hace ocho días el caudillo nicaragüense fue reelecto —con su esposa como vicepresidenta— en lo que la oposición catalogó como “farsa” y lo que Estados Unidos llamó un “proceso viciado”. Para 2018, Ortega habrá pasado más tiempo en el poder del ejecutivo criollo que ninguna otra persona en la historia.
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A mediodía, en un café de Managua, Dora María Téllez habla con dureza del proceso electoral y hace un análisis de “la situación gravísima” en la que está Nicaragua. La dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) charla también de la presencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) durante los comicios, de la “Nica Act”, de la relación estratégica entre Nicaragua y Rusia y de la consolidación del matrimonio Ortega-Murillo en el poder.
A comienzos de este año usted decía que Ortega necesitaba institucionalizar la sucesión familiar. ¿Lo logró el domingo pasado?
El pasado domingo no. Desde el nombramiento de la Chayo como candidata a vicepresidenta. La sucesión familiar él la establece sobre la base de su decisión, pero no tiene que ver con lo que pasó el domingo. Es independiente de lo que pasó porque el domingo no pasó absolutamente nada. Fue simplemente un trámite que Ortega quería cumplir.
Y lo vio la OEA. ¿Logró ganar tiempo Ortega, cinco años?
No, a ver. El asunto es así: Ortega llega a mediados de este año a la convicción de que él pierde en una elección limpia, porque ellos tienen encuestas verdaderas que les dicen que nunca han estado por arriba, en los últimos tiempos, del 35 por ciento. Ellos sabían que si la oposición logra juntarse y presentar una candidatura un poquito distinta, iban a tener capacidad de agrupar a ese 65 por ciento restante y derrotarlo de manera absoluta en una elección limpia. Y lograr la oposición una mayoría para reformar la Constitución. Entonces Ortega tiene dos caminos: o hace un fraude escandaloso a la vista de todo el mundo, y esto implica observación, participación de la oposición, o hace un fraude distinto. Él opta por un fraude distinto: elimina a la oposición para que no le haga clavo a la hora de reelegirse. ¿Cuál es el relincho del PLC? Cero. ¿El relincho del PLI? Ceeero. ¿El relincho del Partido Conservador? Ceeero. ¿El relincho del Apre? Cero. Eso es exactamente lo que él buscaba, pero si Ortega ha tenido una oposición en la elección, si ha andado ahí el MRS, el PLI, digamos, de Montealegre, cualquier cosa que hubiera pasado, hubiera habido un relincho. Segundo, decide liquidar a los observadores. Llega a la conclusión de que un fraude con oposición pero sin observación es un problema y un fraude sin oposición sin observadores también es un problema, pero no tenés testigos. Entonces, ¡pam! Se vuela a los observadores.
Aunque no como observador electoral, ¿la OEA no fue testigo?
Sí, ¡pero ya hizo el fraude! Y es un fraude tan enoooorme, que al día de hoy no han podido sacar ni una cifra, porque ellos partieron de decir la cifra de arriba. Necesitás una computadora bien preparada para que me dé el 72 por ciento arriba y me diga cuánto tengo que sacar en la junta 45-26. Ahora, para que yo le pueda regalar cinco diputados a Alemán, cuántos votos tiene que sacar Alemán en qué lugar. Es decir, esa cuenta es complicada. Pero este es el punto al que quería llegar Ortega. Robarse la elección con unos zancudos que no relinchan, sin una observación que venga a decirles “bueno, muéstrenme las cifras”. Y aquí van a llegar al 1 de diciembre que venga Almagro, sin capacidad de cuadrar las cifras junta por junta. Las van a cuadrar por departamento, pero eso puedo hacerlo hasta yo, al aire, pero junta por junta nunca lo van a dar.
Además muchas actas de Juntas Receptoras de Votos sugieren un abstencionismo mucho más elevado que el oficial, de 34.7 por ciento.
Por eso, la abstención es brutal y en el campo es brutal, arriba del 75 por ciento. Nosotros vimos juntas en el campo que estaban totalmente vacías. Pero bueno, para Ortega era un trámite. La política de Ortega es la de hechos consumados. “Ya estamos aquí, pues, yo ya soy el presidente, la Chayo ya es la vicepresidenta. Discutamos a partir de ahí”. Eso es lo que Daniel Ortega quiere hacer y lo que alguna gente está dispuesta a concederle. Vos oís a gente en los medios de comunicación decir: “Bueno, démosle esos cinco años al hombre, pero que se componga todo para allá”. Eso es una rotunda equivocación. Daniel Ortega es como los Somoza. Los Somoza ponían la no reelección después de cada elección en la Constitución. “No habrá nunca más reelección en Nicaragua”. ¡Pam, lo ponían en la Constitución! Y seis meses antes de la siguiente elección lo quitaban, porque ellos eran cuidadonzones. Así está Daniel Ortega. Dentro de cinco años vas a tener a los mismos ladrones robándose las elecciones otra vez, porque Daniel no está dispuesto a ir a una elección limpia porque pierde. Si va el año que viene a una elección municipal libre pierde miserablemente. Pierde hasta Managua.
¿Cree que Estados Unidos presionará a Ortega con mecanismos como la “Nica Act” para tener elecciones municipales libres?
Es que Nicaragua no necesita eso. Aquí necesitamos elecciones, aquí no hubo elecciones. Es inaceptable que un fraude electoral gigantesco en el cual el 70 por ciento de la población no participó, haya quienes pretendan aceptarlo como una realidad legal y legítima. Aquí no estamos hablando de llegar a unas elecciones municipales, estamos hablando de unas nuevas elecciones nacionales. Nosotros estamos planteando nuevas elecciones nacionales limpias. Porque no hubo elección, hubo un enorme fraude y hubo una abstención del 70 por ciento donde la gente dijo “no quiero eso”. Las condiciones se van a complicar enormemente para Nicaragua. Y si además hay un gobierno que no es legal ni legítimo, al que ni siquiera han reconocido ni felicitado el 90, 95 por ciento de los países del mundo… Nicaragua está en una situación gravísima.
Teléfono intervenido
El pasado 4 de noviembre, durante una entrevista con Radio Francia Internacional, la línea telefónica de Dora María Téllez fue intervenida y sonó la voz de una mujer diciendo al medio europeo: “Las elecciones van a ser excelentes”.
Al respecto, Téllez explicó a Revista Domingo: “Pues yo estoy clara de que aquí se hace intervención telefónica y espionaje político. Esa es la realidad de este país”.
La exguerrillera asegura que no piensa cambiar de número ni dispositivo.
“Yo hago mis llamadas telefónicas por el mismo teléfono. No lo voy a cambiar, porque yo no voy a aceptar el que me intervengan el teléfono sea normal y que me tenga que esconder”, dice.
El periódico El País, de España, publicó que estas elecciones se celebraron con un pie en el delirio. ¿Es una palabra adecuada para lo que pasó?
Sí, es un delirio de poder de los Ortega-Murillo. Es gravísimo. Estamos hablando de un régimen ilegal, ilegítimo, que persigue a todo el mundo. Ahora la persecución más feroz, en estos últimos días antes del 6 de noviembre fue contra los empleados públicos, los policías, los soldados. Vos sabés que los empleados públicos estaban en padrones especiales, separados. En el Ministerio de Salud, en los hospitales, los directores estaban a cargo de chequear qué médico había votado y cuál no. Los sindicalistas de Fetsalud estaban encargados de chequear quiénes habían votado. Los obligaron a fotografiar el código de barra detrás de la boleta para saber quién votó por quién. Aquí acabó el voto secreto y hay persecución contra los empleados públicos. Trabajadores de la Salud, del Estado, maestros, policías, soldados. Vos te das cuenta que este es un régimen que está completamente aislado. Reducido a su familia, sus amigos, sus allegados, y al núcleo orteguista más duro.
Para 2018 Ortega va a superar a Somoza al frente del poder y usted ayudó a derrocarlo en 1979. ¿Qué le hace sentir eso?
Yo no luchaba contra una persona, sino contra un sistema. Contra el modelo de dictadura dinástica y familiar. Y ahora lucho contra el mismo modelo de dictadura dinástica y familiar. Le cambiás de apellido pero es lo mismo. ¿Qué pasó con Ortega? Pasó de ser un luchador antisomocista a encarnar al dictador a ser el sucesor de la dictadura somocista. Se convirtió en dictador. Esa es una realidad incontestable. ¿Cuándo pasó? Bueno, fue un proceso largo, de descomposición profunda. ¿Y cómo se convirtió Ortega de ser un estudiante pobre a uno de los más grandes capitalistas de Nicaragua? Es una gran pregunta. Pero pues, ¿dónde fue a quedar el dinero de Venezuela? ¿Cómo su familia se apropió para su beneficio de la administración y manejo de los fondos venezolanos?
Estamos hablando de al menos 3,500 millones de dólares.
Y nadie le puede tomar una foto a los fondos venezolanos de asistencia pública. Si vos preguntás ¿en qué han metido dinero los japoneses? Vos le tomás foto a los puentes. ¿A ver, el BID (Banco Interamericano de Desarrollo)? Le tomás fotos a unos hospitales, está perfecto. ¿A ver, los suecos? Le tomás fotos a unas escuelas. ¿A ver los finlandeses? Le tomás fotos a unos procesos industriales en cooperativas. Ahora andá tomale fotos a los fondos venezolanos… ¿Dónde están esos tres mil millones de dólares? ¿Hay una escuela construida con esos fondos? Ni una. ¿Un hospital? Ni uno. ¿Un bus comprado con fondos venezolanos, un puente construido, una carretera? Ni una. Entonces yo sigo planteando mi reto: tráiganme una foto de lo que se ha hecho con los fondos venezolanos. Esa foto no existe. ¿Qué se ha hecho con los fondos gringos? Yo le tomo una foto a la carretera de Poneloya, digamos, a la carretera León-Izapa o una de esas cosas de la Cuenta Reto del Milenio.
Los simpatizantes del Frente Sandinista recuerdan que el Fondo Monetario Internacional ha felicitado al país por su economía.
El Fondo Monetario no es mi referente. Mi referente es la vida de los nicaragüenses. Yo no puedo ver con los ojos del Fondo Monetario porque tiene otros intereses, indudablemente. Los intereses de la política económica neoliberal mundial. Esos son sus ojos. A mí lo que me interesa son los ojos de los nicaragüenses. A los campesinos los atacó la roya y no tuvieron apoyo de nadie. Los precios se bajaron y han mordido el cable. Se han quedado sin financiamiento. Y no solo eso. Los han perseguido. La situación de seguridad en el campo es desastrosa. Ahorita está la denuncia de los asesinatos en Ciudad Antigua y no son los primeros asesinatos con los que se conecta al Ejército de Nicaragua. Cada mes, cada dos meses tenemos uno. Además los campesinos están siendo amenazados de ser expropiados por una empresa china que ni siquiera va a construir un canal. No pueden invertir en su cerco porque les van a quitar su tierra. Los han dejado paralizados. Ahora vámonos a la ciudad: no hay empleo. Si hubiera empleo no saldrían fuera del país. No hay oportunidades para los jóvenes. Los empleados públicos están en condición de esclavos del Gobierno. Los hacen trabajar jornadas dobles y triples sin pagarles. Los hacen hacer lo que les da su gana los que manejan el Gobierno. Los maltratan, los someten a tratos indignantes y repugnantes. El salario mínimo está estancado. Los derechos sociales están liquidados. Vos te vas a las unidades de salud y te cortás los pulsos. ¡No pagás para entrar pero mejor no entrés! Los médicos no tienen medicamentos, instrumentos, no tienen condiciones para ayudar a la salud de la gente. La educación tiene una calidad pésima. Y si nos vamos a los indicadores de pobreza, no los críticos del Gobierno, ¡los amigos! Como el Fideg (Fundación Internacional para el Desafío Económico Global), dicen que la reducción del nivel de pobreza en Nicaragua es debido a las remesas familiares y no a las políticas gubernamentales contra la pobreza, que nadie sabe cuáles son. Ahora, ¿que el Fondo Monetario diga que todo esto está bien? Pues me parece magnífico, ese es su problema, pero no es el problema de los nicaragüenses. Los nicaragüenses no estamos bien con este Gobierno.
Pasando a otro tema, los senadores en Estados Unidos pronto retomarán labores y podrían aprobar la “Nica Act”, que ya pasó el Congreso. ¿Qué ha valorado el MRS en cuanto a eso?
Bueno nosotros estamos igual, a la expectativa. Ha sido un trámite sumamente rápido, expedito. Obviamente que en el Congreso de los Estados Unidos hay una preocupación muy seria. Tiene que ver por un lado con el proceso electoral, que como dijo el Departamento de Estado, fue viciado, para decirlo en una palabra elegante de ellos. Pero los congresistas tienen otra preocupación adicional, que son las relaciones estratégicas de Ortega con Rusia. Y nos referimos a relaciones militares y de seguridad. Rusia está entregándole a Nicaragua unos 300 millones de dólares en armamento entre los cuales están los famosos tanques. Y para que te des cuenta, el presupuesto del Ministerio de Defensa de este año, incluyendo el Ejército, no va más allá de los 80 millones de dólares. O sea, Rusia le entrega a Nicaragua tres años y medio del presupuesto del Estado nicaragüense al Ejército. Y si el jefe del Ejército dice que Nicaragua no está pagando eso, Putin no es la Madre Teresa de Calcuta. Rusia está cobrando de alguna manera a Nicaragua ese armamento que le están entregando. ¿Y la pregunta es cómo Nicaragua va a pagar eso?
¿Me está hablando de los tanques, las lanchas coheteras, las patrulleras y los aviones de combate que publicó Sputnik News que Rusia entregaría a Nicaragua?
Si lo dice Sputnik News, vos sabés que son versiones oficiales (es una agencia de noticias de Rusia controlada por ese gobierno, previamente llamada Ria Novosti). Pero bueno, ¿cómo lo va a pagar Nicaragua? Avilés dice que no lo va a pagar. Bueno, si no es con dinero, ¿entonces cómo lo paga? Lo que los congresistas de Estados Unidos dicen en la audiencia del Congreso previa a la “Nica Act”, es ¿por qué si Estados Unidos tiene una relación tan buena con Nicaragua, Nicaragua tiene una relación privilegiada militar y de seguridad con Rusia? En parte la “Nica Act” se debe a eso. Yo francamente no veo ninguna razón para que haya relaciones estratégicas y militares con ninguna potencia extranjera al grado de lo que se está comprometiendo con Rusia. Nicaragua no debería tener un compromiso militar con ninguna potencia.
Simpatizantes sandinistas y algún medio han dicho que parte de la oposición, el MRS incluido, cabildeó en Washington para lograr la “Nica Act”. ¿Qué de cierto hay en eso?
Bueno, lo que yo te puedo decir por nosotros, por el MRS, es que hemos hablado con demócratas, con republicanos, en las instituciones gubernamentales en los Estados Unidos, en instituciones no gubernamentales, en asociaciones civiles, en medios de comunicación, con partidos políticos europeos y latinoamericanos, con instituciones políticas europeas y latinoamericanas, de lo que está pasando en Nicaragua. Eso se lo hemos dicho a todo el mundo. Fraudes electorales, una dictadura, restricción de derechos políticos, violación a las libertades de los nicaragüenses. Eso se lo hemos dicho a todos clarito y pelado. Y lo vamos a seguir diciendo. Si hay gente que cree eso es cabildear para sacar algo, está en su derecho de creerlo, eso no es una cosa que me preocupe a mí. Si ellos dicen que nosotros solitos logramos unanimidad en el Congreso de los Estados Unidos, tenemos un poder salvaje. ¿Qué partido político va a negar tener poder? Ahora, tiene que ser alguien que se dedique a leer dibujos animados el que se vaya a creer eso. No sé si me explico. Es decir, sos un bebé vos si llegás a creer que un partido político extranjero controla la unanimidad de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. La sacás del estadio.
Me decía antes que llamar a las elecciones del domingo pasado “viciadas” era elegante de parte del Departamento de Estado de Estados Unidos. ¿Cómo las llamaría usted?
El gran robo. La robadera electoral nicaragüense. Eso es una robadera, una zanganada. ¡Lo del domingo fue una chanchada! Decirle que tiene vicio es darle cariño. Los gringos lo hacen con diplomacia porque es lo que les toca.
Plano personal
Dora María Téllez Argüello nació en Matagalpa en 1955.
Fue miembro del comando del Frente Sandinista que se tomó el Palacio Nacional el 22 de agosto de 1978. Ella era la jefa política del mismo.
Fue la jefa militar del Frente Occidental (León y Chinandega) durante la insurrección que condujo al derrocamiento de la dictadura somocista, en 1979.
En los años ochenta fue ministra de Salud de Nicaragua.
Tiene una maestría en Historia y se desempeña como consultora.
Es miembro de la comisión ejecutiva del Movimiento Renovador Sandinista.
Disfruta de la lectura, la escritura y el trabajo en el campo.
Vive en Ticuantepe, en las afueras de la capital, y es muy activa en las redes sociales.
Deuda MRS
El pasado viernes apareció una noticia sobre una deuda millonaria del MRS por la campaña de las elecciones presidenciales de 2006. Se le preguntó a Téllez al respecto y explicó:
“Se sacaron dos préstamos a nombre de la Alianza MRS, en la cual también participaba el PAC (Partido Acción Ciudadana). Uno con el BDF y otro con el Banpro, por 500 mil dólares cada uno. BDF tenía la primera opción sobre los fondos del reembolso del Consejos Supremo Electoral y Banpro la segunda. Después de las elecciones nos reembolsaron un poco más de 600 mil dólares porque usaron para el cálculo los votos para presidente y no los de diputados, que eran más. Al final pagamos el ciento por ciento al BDF y cerca de 150 mil al Banpro. El total del reembolso fue para pagar la deuda a los bancos. La Alianza MRS desapareció después de las elecciones”.