La opositora exiliada y defensora de derechos humanos, Ivania Álvarez, confirmó la existencia de un subregistro de presos políticos, debido a que los familiares de estos no denuncian los arrestos por miedo a represalias de la dictadura de Daniel Ortega.
Álvarez, quien también fue presa política, señaló que hay casos que ni siquiera son conocidos por terceros, lo cual los mantiene invisibles ante la opinión pública y oculta la gravedad de la crisis política del país.
El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas registra 45 presos políticos tras la última excarcelación y destierro ocurridos en septiembre, pero se tiene conocimiento de que algunos casos no han sido denunciados por los familiares.
Álvarez explicó que la principal fuente de información sobre estos presos invisibles son los mismos presos políticos excarcelados, quienes, después de ser desterrados, revelan que hay más personas detenidas por oponerse a Ortega de las que se conoce públicamente.
Otra forma en que se ha confirmado la existencia de reos de conciencia no denunciados es a través de los mismos familiares de los presos políticos. A estas familias se les permite visitar a sus parientes detenidos en contadas ocasiones y cuando lo hacen se encuentran con otras familias en visitas diferenciadas. Durante estas visitas enfrentan limitaciones para hablar, la presencia constante de policías y revisiones más exhaustivas y humillantes, típicas para los familiares de opositores encarcelados.
Álvarez agregó que se ha comprobado que algunos excarcelados desterrados no figuraban en las listas de presos políticos, aunque tienen una experiencia creíble de oposición.
Otro elemento que evidencia el subregistro son las denuncias iniciales en redes sociales sobre arrestos políticos, que luego no trascienden y no se obtiene más información.
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Álvarez afirmó que, en los últimos años, la represión de la dictadura ha incrementado la presión sobre los familiares de los presos, quienes prefieren mantenerse en silencio para poder seguir visitando a sus seres queridos o con la esperanza de que estos sean liberados.
“El grado de amenazas al que se enfrentan los familiares de los detenidos, la negativa de la Policía a confirmar dónde están, las advertencias de que si denuncian los detenidos nunca aparecerán, y las restricciones en caso de confirmarse su encarcelamiento, han llevado a que, en los últimos años, se hable de un subregistro. Las familias prefieren que sus seres queridos no aparezcan en las listas, con la esperanza de que eso facilite su liberación”, dijo Álvarez.
“Ortega está llenando las cárceles de presos políticos”
La opositora señaló que estos presos invisibles son en su mayoría indígenas y campesinos. Las declaraciones de Álvarez coinciden con las de Fanor Ramos, exfrancotirador de la Policía y uno de los 135 presos políticos desterrados a Guatemala.
“Hay un montón de personas que no están registradas en la lista de presos políticos. Para darte un ejemplo, en el módulo contiguo nos dimos cuenta de que hay personas que llevan casi un año secuestradas bajo cargos falsos, como el excomandante de la Resistencia Nicaragüense, conocido como ‘el Comandante Invisible’, junto con ocho de sus hombres. No les permiten visitas y los mantienen en condiciones infrahumanas”, relató Ramos.
“Hay otras personas que logramos conocer que los motivos de la encarcelación eran políticos. Ortega está llenando las cárceles de presos políticos”, agregó el exfrancotirador.
El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas ha reconocido que existen detenidos que no están incluidos en la lista de presos políticos porque sus familiares no han denunciado su arresto.
“Como Mecanismo, estamos dispuestos a apoyar a cualquier persona que sea víctima de la dictadura. Sin embargo, es necesario que la familia se acerque y se comunique con nosotros”, dijo una fuente del Mecanismo que prefirió no ser identificada.
El Mecanismo también ofrece la opción de realizar denuncias bajo condición de anonimato, lo cual “es una forma de que entren a la lista y se les acompañe, pero protegemos su identidad y no publicamos sus nombres”.