A un día de que el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) discuta un proyecto de resolución en el que disuelven el Grupo de Trabajo sobre Nicaragua y contemplan la creación de un grupo voluntario para dar seguimiento a la situación del país centroamericano, surgen diferentes puntos de vista e interrogantes, algunos de estos expresando que se trata de una derrota al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y otros señalando que abre camino para el seguimiento a la crisis nicaragüense.
Ocho estados miembros de la OEA solicitaron este 26 de marzo la inclusión en el orden del día de la próxima sesión ordinaria del Consejo Permanente de la OEA, programada para el 3 de abril, un proyecto de resolución titulado “Seguimiento de la situación en Nicaragua”.
El proyecto de resolución propone, en primer lugar, la conclusión del mandato que creó el Grupo de Trabajo para Nicaragua, aunque reafirma el compromiso del Consejo Permanente de la OEA de continuar monitoreando la situación en Nicaragua “cuando lo estime necesario”.
Creación de grupo de países voluntarios en la OEA para Nicaragua
El tercer punto del proyecto de resolución establece que el organismo podrá contar con un grupo voluntario, abierto a la participación de todos los Estados miembros, que asista al Consejo Permanente en sus esfuerzos por prestar especial atención a la situación en Nicaragua, sin que genere costos para el presupuesto de la organización.
Leer además: ¿Próxima resolución de la OEA es un paso hacia atrás del organismo frente al régimen?
Un exdiplomático nicaragüense, consultado bajo condición de anonimato por temor a represalias, dijo a LA PRENSA que la conclusión del grupo de trabajo y el paso a un grupo voluntario permitirá que cada país pueda establecer sus propias acciones políticas ante el régimen orteguista.
“Aquí se establece un mandato o una responsabilidad colectiva por el interés de que Nicaragua retome el camino de la democracia y permite que todos los países puedan elaborar sus propias posiciones y acciones políticas para incidir en el objetivo colectivo de la organización”, señaló.
A su consideración, este grupo voluntario podrá desarrollar las mismas tareas y jugar el mismo rol que tuvo el grupo de trabajo.
“Este grupo de voluntarios está para liderar el esfuerzo de los países de la OEA por lo que su actuación tiene que estar dentro de los parámetros y objetivos de la organización y no pueden ir más allá de lo que está establecido”, añadió.
El especialista consideró que la creación de un grupo voluntario de países “fue una alternativa muy creativa”, puesto que el artículo 143 de la Carta de la OEA establece que, transcurridos los dos años de la denuncia de un estado miembro, la Carta cesa en sus efectos respecto del Estado denunciante “y éste quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta”.
Grupo de Trabajo de la OEA no pudo ingresar a Nicaragua por negativa de la dictadura
El 2 de agosto de 2018, el Consejo Permanente de la OEA aprobó con 20 votos a favor la creación del Grupo de Trabajo para Nicaragua cuyo mandato sería contribuir a la búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles a la situación que se registra en Nicaragua, incluso por medio de consultas con el régimen de Nicaragua.
No obstante, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo negó el ingreso al Grupo de Trabajo sobre Nicaragua acusándolo de injerencista, de haber sido conformado por Estados Unidos con el único interés “de seguir interviniendo en los asuntos internos de Nicaragua”, por lo que, sostuvo, “no son bienvenidos a nuestro país”.
Leer además: Estados miembros de la OEA presentan proyecto de resolución de “seguimiento a la situación de Nicaragua”
“Si bien, se disuelve el Grupo de Trabajo, tenemos que entender que la OEA, a pesar de que Nicaragua ya no es miembro de la organización, organiza un grupo voluntario”, dijo el exdiplomático destacando que, a su consideración, se garantizará futuras iniciativas políticas y presión para una salida en favor de la democracia.
Sin embargo, el artículo 12 del reglamento del Consejo Permanente establece que este podrá crear las comisiones permanentes y especiales así como los grupos de trabajo que considere necesarios. Las comisiones especiales y los grupos de trabajo serán transitorios y ejecutarán aquellos mandatos temporales que no hubiesen sido asignados a otros cuerpos.
Además, el artículo 13 señala que las comisiones podrán crear subcomisiones y grupos de trabajo, debiendo precisar su mandato en cada caso. Los presidentes de dichas Comisiones, Subcomisiones y Grupos los representarán en los actos y ceremonias a los que hayan sido invitados en tal calidad.
Sin embargo, el especialista considera que el grupo voluntario podrá interactuar con la oposición nicaragüense que debería acercarse y hacerle propuestas para que incidan ante la organización.
Retorno a la OEA, pero sin dictadura
El quinto punto de la resolución llama a los Estados miembros a hacer todo lo posible para alentar al régimen orteguista a emprender un diálogo al más alto nivel e incluso acciones, con apego a la Carta de la OEA, para su reincorporación como miembro del organismo.
Sin embargo, el exdiplomático consideró que esto no será posible mientras Nicaragua continúe gobernada por una dictadura.
“La OEA ha sido un club de democracias y los nicaragüenses tenemos que aspirar que Nicaragua retorne a ese club siendo una democracia donde se respete el Estado de derecho. Ahora no lo veo posible por las mismas normativas de la OEA que establece que debe tener un compromiso con la democracia. Sí debe regresar, pero cuando la democracia esté restaurada”, remarcó.
Es decir, que el exdiplomático señala que el quinto punto establece la condicionalidad de respetar la Carta de la OEA para que Nicaragua retorne al organismo respetando el Estado de derecho.
¿Derrota para la dictadura?
A criterio del exdiplomático, el hecho de que la organización exprese su preocupación sobre la situación de Nicaragua y plantee incidir en una posible salida, pese a que el país ya no es miembro del organismo, es una derrota para el régimen.
Leer además: ¿Qué está pasando con Monteverde? Al menos tres miembros han anunciado su salida
“Es una expresión y compromiso de la OEA con la democracia y los derechos humanos, a pesar de que Ortega se salió de la organización para que ese seguimiento no continuara. Esta resolución es un fracaso del intento de Ortega por evitar el escrutinio sobre sus desmanes y violaciones a los principios democráticos y derechos humanos”, remarcó.
Además, el punto cuatro señala que la CIDH continuará suministrando al Consejo Permanente informes periódicos sobre la situación en Nicaragua con el fin de facilitar, cuando sea necesario, acciones adicionales para el ejercicio de la democracia representativa, el Estado de derecho y la protección de los derechos humanos en el país.
¿Resolución será un paso hacia atrás?
Pese a los comentarios que han surgido alrededor del proyecto de resolución, el exdiplomático asegura que no es un paso hacia atrás ni una rendición del organismo frente al régimen de Daniel Ortega, puesto que mantendrá la supervisión a la crisis a través del grupo voluntario y del Consejo Permanente cuando lo contemple necesario, según el punto dos del documento.
Le puede interesar: Cuatro senadores de EE.UU. solicitan sanciones en contra de la dictadura por violaciones a la libertad religiosa
“Para muchos nicaragüenses no es la resolución ideal, pero también tenemos que estar claros que el cambio de Nicaragua no podemos esperarlo de los organismos internacionales, depende de nosotros mismos. Lo importante es tener en la comunidad internacional un punto de apoyo y esta resolución mantiene un punto de apoyo”, remarcó.
OEA declaró la ilegitimidad de Ortega, considera exdiplomático
El 11 de noviembre 2021, cinco días después de la farsa electoral del 7 de noviembre de ese mismo año, la Asamblea General de la OEA aprobó una resolución que las declaró ilegítimas.
“Para mí, la OEA hizo lo posible y factible porque declaró que el proceso electoral de Ortega en 2021 no tuvo las características de un proceso democrático, que son los que dan legitimidad. En consecuencia, es una declaración de ilegitimidad del régimen de Ortega”, aseguró.
No obstante, consideró que a pesar que el régimen era ilegítimo, “continuaba una relación legal con base en los tratados vigentes entre la organización y el país”.