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Omar Halleslevens, general en retiro del Ejército de Nicaragua, junto a Daniel Ortega. LA PRENSA/Óscar Navarrete.

Omar Halleslevens, el general que entregó el Ejército a Daniel Ortega

Puso al Ejército a los pies del dictador y fue clave para la reelección de Ortega en 2012. Lo definen como un tipo peligroso y de mano dura que trataba con rudeza a sus subordinados en la guerrilla. Ahora, se presume desechado por el hombre al que rescató de prisión en 1974.

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Quienes conocen a Omar Halleslevens lo califican como un tipo peligroso, del cual hay que tener cuidado porque es una persona conspirativa y que siempre anda calculando cómo sacar provecho de una situación. “Puede encontrar la manera de joderte con un simple saludo que le hagas”, advierte un comandante de la Revolución que lo conoció y que solicita anonimato.

También lo definen como una persona de pocos amigos, con carácter fuerte, mano dura y que no le tiembla el pulso para actuar. Marlon Gerardo Sáenz, mejor conocido como “Chino Enoc”, fue su amigo por varios años, y además de su faceta de militar con experiencia en contrainteligencia, lo conoce como empresario y lo vincula con grandes negocios de carne, madera y lácteos.

Aunque no es un personaje que aparezca en público muy seguido, Halleslevens fue un verdadero pez gordo en la dictadura de Daniel Ortega. Fue jefe del Ejército entre 2005 y 2010, siendo quien garantizó la sumisión de las fuerzas armadas al dictador, de quien posteriormente se hizo su vicepresidente y dio la cara por él en eventos internacionales.

Ortega junto a Halleslevens durante la campaña electoral de 2011. LA PRENSA/Óscar Navarrete

Halleslevens fue uno de los que integró el comando “Juan José Quezada”, que asaltó la casa de José María “Chema” Castillo en 1974 y consiguió la liberación de varios guerrilleros detenidos por Somoza. Entre ellos se encontraba Daniel Ortega.

El pasado 31 de mayo, Halleslevens habría sido “purgado” de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) y desde hace meses lo habían dejado sin funciones, según revelaron fuentes a LA PRENSA. “Se estaba moviendo con intereses personales, no estaba alineado”, dijeron.

Las razones de su “purga” no están del todo claras. Algunos medios reportan que incluso estuvo detenido en El Chipote y ahora permanece en casa por cárcel después de sostener discusiones con Rosario Murillo. “Halleslevens es uno de los potenciales presidenciables y la señora no se imagina a nadie más que no sea ella en el poder después de Ortega. Por eso se va en su contra”, considera uno de los comandantes sandinistas que también habla bajo anonimato.

Pero Sáenz cree que todo se trata de un show mediático, pues considera que Halleslevens más bien ha sido el que ha trabajado con Murillo para aislar a los combatientes históricos, sin embargo, él mantiene cercanía con Humberto Ortega y Lenín Cerna, dos viejos cuadros con los que Murillo no se lleva nada bien.

Daniel Ortega junto a Halleslevens durante la toma de posesión en 2012. Óscar Navarrete/LA PRENSA

El liberteño

Moisés Omar Halleslevens Acevedo nació el 4 de septiembre de 1949 en medio de una familia ganadera en La Libertad, municipio de Chontales, el mismo lugar donde nació Daniel Ortega y el cardenal Miguel Obando y Bravo.

Su abuelo, Enrique Halleslevens, era un alemán que llegó a Nicaragua en 1884 y se estableció en La Libertad, según cuenta Eddy Khül en su libro Nicaragua, Historia de Inmigrantes. Luego nacería su hijo Eduardo y se casaría con Rita Acevedo. Ambos procrearon a Moisés Omar.

Estudió la primaria en La Libertad y la secundaria la estudió hasta el tercer año en Juigalpa, en el Instituto Nacional Josefa Toledo de Aguerri. Para 1968, se trasladó a Managua para terminar la secundaria en el Instituto Miguel Ramírez Goyena.

Para estos años, Halleslevens ya sentía rechazo por la dictadura somocista y por los militares debido a los vejámenes que cometía la Guardia Nacional de Somoza. Según relató él mismo en una entrevista publicada en el portal Visión Sandinista, su madre era seguidora de Fernando Agüero y él se iba con ella a manifestaciones antisomocistas.

En el Ramírez Goyena, Halleslevens tuvo contacto con el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), y una vez que se bachilleró, se trasladó a León para estudiar medicina, pero como no clasificó, optó por estudiar Química y Farmacia.

Es su primer año de universidad, 1970, ganó unas elecciones estudiantiles que lo convirtieron en representante de su facultad ante el Centro Universitario de la Universidad Nacional (CUUN). Para entonces, él ya hacía trabajos como mensajero, apoyando en logística y demás actividades para el Frente Sandinista en la ciudad, pero en 1974, le orientaron que pasara al clandestinaje en la montaña.

Omar Halleslevens en su tiempo en la guerrilla. ARCHIVO

Primero fue ubicado en la zona de La Rica, en Jinotega y en diciembre de 1974, lo mandaron para Las Nubes, en El Crucero, para formar parte del comando Juan José Quezada. La noche del 27 de diciembre de ese año, este comando asaltó la casa de José María “Chema” Castillo, en Los Robles, donde se efectuaba una fiesta de connotados ministros y funcionarios somocistas que quedaron secuestrados por los guerrilleros.

El secuestro permitió que los sandinistas consiguieran la liberación de 14 guerrilleros detenidos, entre quienes estaban Daniel Ortega, Jacinto Suárez y Lenín Cerna. Halleslevens, junto a los demás miembros del comando y los presos liberados fueron llevados a Cuba en un avión como resultado de las negociaciones.

En la isla, Halleslevens estuvo recibiendo entrenamiento militar y para 1978 ya estaba de regreso en Nicaragua y fue ubicado como segundo jefe en la columna César Augusto Salinas Pinell, en  Estelí. Para ese tiempo fue que Marlon Gerardo Sáenz lo conoció, porque era uno de sus subordinados.

“En la práctica como que era una especie de asesor porque él había llegado de Cuba con José Benito Escobar. Se miraba que tenía más incidencia en las decisiones, aunque oficialmente el jefe era (Cristhian) Pichardo”, relata Sáenz.

Para entonces, Halleslevens ya era un hombre de mano dura que trataba con rudeza a sus subordinados. Usaba una boina y le crecía una barba peliroja, que según él mismo contó, lo hacía verse como Ernesto el “Che” Guevara y varios guerrilleros le decían Che Guevara por su parecido. Sin embargo, Sáenz comenta que Halleslevens sí usó boina por un buen tiempo, “pero nadie le decía que se parecía al Che Guevara. Yo nunca oí eso”.

El guerrillero de boina y barba a la derecha es Omar Halleslevens. ARCHIVO

Contrainteligencia

Para el triunfo de la Revolución Sandinista, Halleslevens había sido nombrado jefe de una columna guerrillera en Estelí y en los primeros días fue enviado a Rivas como jefe de una base militar. En 1980 pasó a integrar la Dirección Política del Ejército. Para entonces, Halleslevens mantenía cercanía y buenas relaciones con los exguerrilleros de su columna.

Luego Halleslevens recibió la distinción de comandante guerrillero y fue enviado a Cuba para recibir entrenamiento en inteligencia, y al regresar fue nombrado jefe de la Contrainteligencia Militar. Una vez que ya estaba en el Ejército, se volvió inaccesible para sus excompañeros de la guerrilla.

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“Yo tuve un pleito con él porque lo llegué a buscar y me puso a la asistente. Después me invitó a una actividad en Cantagallo, a un aniversario de la guerrilla y yo me fui con él y cuando veníamos al regreso, venía el chofer y el escolta atrás y nos peleamos en el jeep”, relata Sáenz.

–Ahora que no necesitás guerrilleros y sos comandante, no me recibís

–No me jodas. Yo atiendo problemas nacionales y querés que te de un tiempo a vos

En la Contrainteligencia Militar estuvo hasta mediados de los noventa, y luego pasó a ser jefe del Estado Mayor. En 2005, Enrique Bolaños lo nombró como general de Ejército y en 2010 pasó a retiro, no sin antes garantizar la sumisión del Ejército a Daniel Ortega.

Daniel Ortega junto a Halleslevens cuando era el jefe del Ejército. LA PRENSA/Óscar Navarrete

Cuando Ortega regresó al poder en 2007, le recordó a la cúpula militar, entre la que se encontraba Halleslevens, su origen sandinista. Meses más tarde declaró ante el alto mando militar que solamente los animales eran “apolíticos”.

Pero tiempo más atrás, en los ochenta, cuando Halleslevens estaba en la contrainteligencia, su brazo derecho era Julio César Avilés, y cuando Halleslevens asumió la jefatura del Ejército, puso a gente de su confianza en la línea de sucesión, de manera que, Avilés fue nombrado jefe del Estado Mayor, lo cual le permitió convertirse en jefe del Ejército.

El comandante de la Revolución que habla bajo anonimato, comenta que esta fue una “artimaña política” entre Daniel Ortega y Halleslevens, lo cual lo convierte a este último en un cómplice de la construcción de la dictadura orteguista, pero también de la sumisión del Ejército a los pies del caudillo. “Él le entregó a Ortega el Ejército y todo el avance institucional se vino abajo”, resalta.

En un inicio, la lealtad de Julio César Avilés era hacia Halleslevens por los años que trabajaron juntos en la contrainteligencia, y no necesariamente hacia Ortega, por lo cual, el general en retiro se convirtió en una ficha tan importante como para convertirlo en vicepresidente.

Julio César Avilés empezó siendo leal a Halleslevens. LA PRENSA/Óscar Navarrete.

La cara de Ortega

Omar Halleslevens empezó su campaña para la vicepresidencia en Condega, en una reunión con varios excombatientes que habían luchado con él. Hubo una pequeña marcha en el pueblo y él llegó a caballo. Varios de los excombatientes creyeron que Halleslevens era la mejor opción para sustituir a Ortega en el poder porque veían al dictador enfermo y pensaron que lo estaba preparando para la sucesión.

Halleslevens también hizo campaña en Miami. En junio de 2011, cuando ya estaba confirmado como compañero de fórmula de Ortega, el consulado nica en Miami le organizó un desfile hípico en Sweetwater. Esto provocó que los nicas exiliados por la guerra de los ochenta protestaran en su contra.

Hasta antes ser vicepresidente, Halleslevens no había tenido una trayectoria partidaria, más que su participación en la guerrilla. El comandante de la Revolución cree que Ortega escogió a Halleslevens como vicepresidente por dos razones: “primero el Ejército, que era clave para que Ortega se reeligiera al margen de la Constitución, y segundo, porque Halleslevens tenía buenas relaciones con grandes empresarios del país”.

Sáenz, por su parte, considera que Halleslevens fue parte del plan de Rosario Murillo para aislar a la vieja guardia del Frente Sandinista. “Es cómplice”, acusa Sáenz.

Omar Halleslevens fue el vicepresidente de Daniel Ortega entre 2012 y 2017. LA PRENSA/Óscar Navarrete

El 10 de enero de 2012, Halleslevens asumió la vicepresidencia y desde entonces, varios exguerrilleros que estaban en las malas empezaron a contactarlo para que les ayudara, pero al igual que cuando se convirtió en jefe de Contrainteligencia en los ochenta, contactarlo se les volvió difícil.

Como vicepresidente, Halleslevens prácticamente era quien daba la cara por Ortega en eventos públicos y diplomáticos. Estuvo en la toma de posesión de todos los presidentes de Centroamérica que asumieron en ese periodo, también fue a la Asamblea General de Naciones Unidas y hasta estuvo en El Vaticano en representación del gobierno de Nicaragua en la misa de pontificado del Papa Francisco.

Halleslevens también fue de los funcionarios que distorsionaban la historia para darle créditos a Daniel Ortega. En diciembre de 2015, para el aniversario de la toma de la casa del Chema Castillo, dijo a medios oficialistas que Ortega “siempre mantuvo la correspondencia y el contacto con la parte externa del Frente. Daniel fue capaz desde la cárcel de manejar esa cohesión y desde ahí también manejar una capacidad de poder comunicarse para afuera con el resto de compañeros que estaban afuera”.

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Para esa ocasión, el comandante de la Revolución, Henry Ruiz calificó esas declaraciones como “culto a la personalidad” y resaltó que para entonces no había teléfonos celulares como para que Halleslevens diga que Ortega mantuvo la “cohesión y comunicación” con los miembros del Frente desde la cárcel.

El  mismo Ortega dijo en una entrevista a la revista Playboy, que no se daba cuenta de lo que hacían los guerrilleros. “Sabíamos que había gente fuera de la prisión que estaba trabajando en algo para ponernos en libertad. Pero la primera vez que oí del asunto fue en la madrugada después de la acción”, dijo Ortega.

De igual manera, Halleslevens le ayudó a Ortega para la reforma del Código Militar, en enero de 2014, que eliminó la prohibición de reelegir al general del Ejército. Poco antes de eso, en diciembre de 2013, Julio César Avilés mandó a retiro al general Óscar Balladares, quien era el siguiente en la línea de sucesión. Desde entonces, Avilés ha sido reelegido en el cargo de manera ininterrumpida.

Una vez que Halleslevens terminó su periodo en 2017, Ortega le creó el cargo de Ministro Delegado de Asuntos Específicos y se encargó de dirigir el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicyt), una dependencia de la vicepresidencia, la cual desde ese año estaba a cargo de Rosario Murillo y hasta antes de su supuesta “purga”, Halleslevens estaba al frente de esa institución.

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COMENTARIOS

  1. Hace 1 año

    Este viejo cacheton de Hallesleven – descendiente de inmigrantes alemanes – es un terrorista avariento de poder y dinero participó en la invasión de la vivienda del Dr.Jose Maria Castillo. Ahora bien, si este acción hubiera ocurrido actualmente todas las naciones lo hubieran calificado como una acto terrorista. Pero en esa epoca no existia el internet y era muy fácil manipular la información porque desde la década de los 60’s los medios de comunicación son izquierdistas. La gente normal y tradicional no tenía un medio para defenderse y aclarar la situación. El internet equilibró la comunicación para ambas corrientes ideológicas. Una corriente ideológica normal y la izquierdista una corriente ideológica abnormal. Siempre existe un polo positivo y un polo negativo.

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