El opositor desterrado y ex preso político, Félix Maradiaga, llamó a hacer una campaña mundial de oración por la libertad del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, aprovechando una entrevista concedida a ACI Prensa y EWTN Noticias.
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“Quiero aprovechar este medio para hacer un llamado a una campaña mundial por la libertad de monseñor Rolando, una jornada mundial de oración por la libertad de monseñor Rolando Álvarez”, manifestó Maradiaga.
El opositor también pidió dedicarle momentos de oración, misas y pedirle a los párrocos que recuerden al obispo Álvarez, “que las homilías lo incluyan y que el mundo sepa lo que está pasando”. Sin embargo, en Nicaragua los sacerdotes se han sido silenciados por la dictadura de Daniel Ortega, que mantiene bajo vigilancia las iglesias católicas. Se han dado casos en que los sacerdotes que han pedido oración por monseñor Álvarez son amenazados, perseguidos y algunos han tenido que huir del país.
“Ortega y Rosario Murillo odian a la Iglesia Católica porque ha sido una voz profética de esperanza para el pueblo de Nicaragua, algo que atenta directamente contra un modelo totalitario que es contrario a la dignidad humana”, manifestó el opositor.
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Exponer las “fechorías” de Ortega
Maradiaga explicó que a “los dictadores no les gusta que el mundo sepa de sus fechorías y de sus crímenes”, por eso insistió en la importancia de hacer una jornada mundial de oración.
“Cuando los dictadores son colocados en el radar mundial, saben que están perdiendo, porque su ventaja consiste en actuar bajo las sombras”, dijo Maradiaga en referencia a Ortega y a su esposa y cogobernante, Rosario Murillo.
“Hagamos el nombre de monseñor Rolando Álvarez, un nombre conocido a nivel mundial. Y estoy seguro de que Dios va a darnos el milagro (de su liberación), porque recordemos que, como decía San Ignacio de Loyola, Dios actúa a través de la acción de los hombres”, agregó el opositor, quien también estuvo preso más de un año en Nicaragua, por su oposición a la dictadura.
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Siete meses preso
El obispo Álvarez fue detenido en agosto de 2022 junto a otros seis sacerdotes, dos seminaristas y un laico, quienes fueron expulsados del país el pasado 9 de febrero, junto a un grupo que totalizaba 222 presos políticos. Monseñor Álvarez se negó a subir al avión que los llevó a Washington. Tras su negativa, la dictadura de Ortega lo condenó a 26 años de prisión bajo acusación de “los delitos de menoscabo a la integridad nacional, propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación, obstrucción de las funciones, agravada desobediencia o desacato a la autoridad”.