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Daniel Ortega, el dictador en Nicaragua y Pedro Sánchez, presidente de España. LA PRENSA

España asumirá la presidencia del Consejo de la UE. ¿De qué manera influiría en la crisis sociopolítica de Nicaragua?

Expertos en relaciones internacionales y analistas políticos comparten su análisis sobre el eventual escenario

España, gobernado por el presidente Pedro Sánchez, tiene previsto asumir en julio próximo la presidencia del Consejo de la Unión Europea (UE) por un período de seis meses, y tal como lo ha mencionado Sánchez, pretende relanzar y fortalecer los vínculos entre Latinoamérica y la UE. Pero más allá ¿de qué manera influiría en la crisis sociopolítica de Nicaragua?

El gobierno español fue el primero en ofrecer la ciudadanía a los 317 nicaragüenses a los que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo despojó de su nacionalidad y declaró apátridas. También, a raíz de la represión de abril de 2018, que se encamina a su quinto año, ha mantenido una posición crítica en contra de las violaciones de derechos humanos que comete el régimen en contra de sus ciudadanos.

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A tal punto que las relaciones diplomáticas entre Managua y Madrid sufrieron fuertes tensiones a mediados del 2021, en el contexto de persecución y detenciones de destacados opositores a Ortega, que implicó el retiro de sus respectivos embajadores en dichos países.

Fue hasta mediados del 2022 que España aprobó el nombramiento de Pilar María Terrén Lalana como embajadora en Nicaragua, y la dictadura en noviembre pasado, tras cancelar el nombramiento de Maurizio Carlo Alberto Gelli como embajador de Nicaragua en Canadá, lo nombró embajador ante España.

Cumbre UE-LAC

Está contemplado que en julio próximo se celebre la Cumbre de Europa con América Latina (UE-LAC), en Bruselas, durante la presidencia europea de España.

Un experto en relaciones internacionales, bajo condición de anonimato, indica que generalmente este tipo de cumbres de jefes de Estado y de Gobierno de los dos bloques suelen tener una agenda bastante amplia en la que se abordan asuntos de interés común, centrados en la convergencia y coordinación de políticas que permitan mayor cercanía e integración.

Por lo que considera que ante la actual coyuntura geopolítica y económica “probablemente se trate el conflicto armado en Ucrania, la economía global, el auge del autoritarismo y las turbulencias democráticas, políticas de desarrollo, cooperación y libre empresa, etcétera”.

Qué y cómo funciona la presidencia del Consejo

Los Estados miembros —27 países— de la UE asumen la presidencia del Consejo por turnos de seis meses, según un sistema de rotación y orden determinado.

La presidencia del Consejo se enmarca en el estado de los debates en curso en la Unión, pero el Estado miembro retiene la capacidad de señalar como prioritarios los ámbitos en los que considera que debería concentrarse mayor atención.

Durante su semestre, corresponde a los representantes del Estado miembro presidir nueve de las diez formaciones del Consejo —la excepción es el Consejo de Asuntos Exteriores— y sus órganos preparatorios: el Comité de Representantes Permanentes (Coreper) y la gran mayoría de los grupos de trabajo.

Entre los deberes de la presidencia se encuentran: el impulso de los trabajos del Consejo elevando propuestas y organizando las reuniones necesarias, la búsqueda de consensos que defiendan los intereses generales y la representación institucional de todos los Estados miembros en ciertas instancias.

Qué implicaciones traería

Lo dicho por Sánchez anima —según expertos en relaciones internacionales y analistas políticos nicaragüenses— a que la crisis sociopolítica que agobia a Nicaragua vuelva a la agenda o al foco del Consejo de la UE.

Cabe mencionar que el Consejo de la UE ha sancionado a 21 funcionarios aliados a la dictadura del caudillo sandinista, entre ellos figura la primera dama y cogobernante, Rosario Murillo, y sus hijos Camila, Juan Carlos y Laureano Ortega Murillo. Asimismo, la UE ha sancionado a tres instituciones estatales: Policía, Consejo Supremo Electoral (CSE) y el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor).

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El experto en relaciones internacionales, quien pidió no revelar su identidad, dijo a LA PRENSA que hay indicios de que la Comisión Europea y el Servicio Exterior “continúan atentos a todo lo que ocurre en Nicaragua, sobre todo tras la salida de sus respectivos representantes diplomáticos”.

Añadió que “es de esperarse que los contactos bilaterales y multilaterales que busquen una solución continúen antes, durante y después de la Cumbre”.

El analista político y despojado de su nacionalidad, Eliseo Núñez, coincide con lo mencionado por el experto y dijo que a pesar de que el Consejo es el “orden más alto” de la Unión Europea, existe un mecanismo complejo en la toma de decisiones en temas económicos y políticos que pasa por la Comisión y el Parlamento Europeo.

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“Todo el proceso de decisión comienza por otro lado, y se refleja en el Consejo cuando aprueba. La presidencia del Consejo lleva la agenda y por eso es posible que el tema de la crisis sociopolítica vuelva a la agenda del Consejo”, indica Núñez.

En esa misma línea, Carlos Cascante Segura, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), refiere que es de esperar que España en la presidencia “ponga alguna atención particular en los asuntos latinoamericanos porque constituye uno de los elementos de fortaleza de España respecto a la UE”.

Por su parte, el exembajador de Nicaragua en Alemania, José Dávila, opina que la presidencia española en coordinación con los demás órganos “insistirá en la grave crisis política de Nicaragua, y la necesidad de encontrar soluciones políticas y pacíficas”, debido a que en los últimos años ha crecido el aislamiento internacional y el repudio al régimen orteguista.

Con menor presión

Cascante Segura sostiene que en el caso de las tensiones políticas entre España y Nicaragua, aunque haya sido acompañada del destierro y el despojo de la nacionalidad por parte del régimen “alivia un poco la tensión en esa materia, hay que tomar en cuenta esa nueva realidad, es un elemento que le resta presión a lo que podría hacer España en la presidencia del Consejo”.

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El experto en relaciones internacionales, bajo anonimato, opina que aunque la noticia de la excarcelación de los opositores “fue bien recibida por todos los Estados miembros de la UE y sus representantes institucionales. No obstante la crisis nicaragüense también abarca otros asuntos que siguen pendientes de resolver”.

En cuanto al tema de las sanciones individuales y económicas, Cascante Segura asevera que Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y quien forma parte del Partido Obrero Español, ha sido claro en este aspecto.

“Ellos entienden que hay un límite en las sanciones y que si van más allá a la presión al régimen mediante la imposición de sanciones más pesadas lo que podrían causar es un daño irreparable a la economía nicaragüense con efectos que causarían problemas al resto de los países centroamericanos: un aumento de la migración, inestabilidad más pronunciada en la región, y ese es el límite”, concluye el experto costarricense.

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