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Según los expertos, además del rol del estado y las leyes, hace falta un trabajo integral que inicia desde las familias para educar desde niños el valor de la igualdad y el respeto.

¿Está usted criando a un agresor? Expertos apuntan cinco pautas para no criar a potenciales maltratadores de mujeres

Dos expertos en temas de violencia y género dan consejos a padres y madres para evitar criar a hijos que puedan convertirse en agresores, y así reducir el impacto de la violencia machista en el país

En Nicaragua se registran más de 45 mujeres asesinadas este año 2022, hasta mediados de este mes de septiembre. Según los organismos de mujeres, a la fecha ya suman más de 830 femicidios los perpetrados desde el año 2010.

La administración de Daniel Ortega ha intentado vender la idea de que con leyes especiales e incrementando las penas el flagelo de la violencia machista y los femicidios, como máxima expresión de misoginia, se reducirían. Pero el aumento de casos de femicidios y peor aún, la brutalidad de los mismos y la variedad de víctimas que van desde niñas hasta adultas mayores, deja en evidencia que esa no es la solución integral que se necesita, sino medidas de castigo que no educan, tampoco evitan ni reforman.

Un experto en masculinidades, Johnny Jiménez, y una especialista en temas de género, quien debido a la persecución del régimen Ortega Murillo prefiere que se omita su identidad, explican a LA PRENSA que la clave para amortiguar el problema podría estar en la crianza de los niños y niñas, así como en la deconstrucción de los modelos machistas implantados entre los hombres.

Los especialistas advierten que es toda la sociedad en su conjunto la que debe tratar el mal, empezando desde el hogar y las instituciones estatales, como las escuelas, pasando por las iglesias, hasta llegar a las empresas privadas, las cuales podrían ayudar promoviendo una paternidad responsable entre sus empleados.

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Sin embargo, explican, se puede empezar forjando una nueva masculinidad “no tóxica” entre los niños desde ya, para que no se conviertan en potenciales maltratadores de mujeres, ya que así empiezan los patrones de los femicidas. Para ello, brindan algunas pautas que pueden ayudar a los padres o tutores.

45 mujeres nicaragüenses han sido asesinadas en este año 2022. LA PRENSA/

El manejo de las emociones

Lo primero que se podría hacer, explica la especialista en temas de género, es enseñarles a gestionar las emociones. Que los niños desde pequeños sean capaces de reconocer y expresar de forma adecuada sus sentimientos, sin reprimirlos o forzarlos, es el inicio del proceso.

Es muy importante, indica, trabajar con niños y adolescentes el enojo y la ira, así como los apegos, es decir, el sentimiento de querer apropiarse de la vida de otras personas. Las emociones es algo que tienen que trabajar en conjunto los padres, añade.

Igualdad entre niños y niñas

El experto en masculinidades, Johnny Jiménez, considera que es muy importante también promover la igualdad entre niñas y niños en el hogar, porque es común que los varones tengan más privilegios en la casa que las mujeres.

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Un ejemplo muy claro que Jiménez ve, principalmente en las áreas rurales, es que los padres mandan a la escuela a los niños, pero no a las niñas.

“A lo interno de la casa se debe de asumir y de promover que las niñas y los niños tienen los mismos derechos”, aconseja Jiménez. La educación, la salud, la protección y el entretenimiento sano son derechos de la niñez sin distingo de género.

La especialista en temas de género explica en este punto que a veces hay mensajes erróneos que se le dan a los niños, en los cuales les dan poder sobre las mujeres. Por ejemplo, se les dice que pueden tener muchas novias, que son los protectores de sus hermanitas, o que serán los proveedores de la casa, con ello a los niños les van creando la imagen de que al tener poder pueden además controlar a las mujeres.

Jiménez manifiesta que eso ocurre también en las iglesias, donde se les enseña a los hombres que ellos son la cabeza del hogar, cuando, aclara el experto, en la actualidad, especialmente en la realidad nicaragüense, está demostrado que las verdaderas cabezas de los hogares son las mujeres. Los conceptos de liderazgo deben transformarse además desde lo positivo; no es imponerse bajo fuerza o poder, sino bajo una guía de valores y cualidades que le hagan líder de un equipo o familia.

Respetar a las niñas como sus iguales

Jiménez también expone que es sumamente importante enseñar a los niños varones, desde muy pequeños, que las niñas se respetan, como le deben respeto a ellos mismos.

Por ejemplo, Jiménez indica que se le puede inculcar a los varones que a las niñas no se les besa a la fuerza, no se les toca y no se les abraza en contra su voluntad. El consentimiento se aprende y se respeta desde las edades tempranas. “No estoy hablando que a los chavalos se les deje de promover el cariño y el afecto, eso es diferente. Me refiero al abrazo morboso que se le enseña al niño desde chiquito, andá abrazala. Dale un besito”, aclara Jiménez.

El experto señala que también es importante decirles que el acoso es malo, incorrecto y que es un delito. “Que se den cuenta de que eso (acoso) hace daño a la niña y que debe de respetar cuando una niña dice no, o no quiero, o sea, cuando una niña dice no quiero hacer esto, se respeta”, advierte Jiménez.

Es bueno que los hombres aprendan labores domésticas, indica el experto en masculinidades, Johnny Jiménez. LA PRENSA/ SHUTTERSTOCK

Criar hombres útiles

Este punto es sumamente vital para Jiménez, “no criar a hombres inútiles”.

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“¿Qué significa hombres inútiles? Es un adolescente o un hombre adulto que no sabe lavar su ropa, no sabe limpiar su casa, no sabe cocinar, no sabe lavar trastes. Lo hicieron inútil su mamá, su papá, su abuela, su abuelo, en la casa, porque tuvo el privilegio de tener hermana o de tener mujeres que hacían el trabajo doméstico en la casa y que le servían a él, porque todo el tiempo les sirvieron”, explica.

Desde la niñez se debe inculcar, según las capacidades y destrezas de cada edad, el aprendizaje de habilidades, labores y tareas que los conviertan en adultos funcionales, independientes y respetuosos.

No complicidad masculina

Jiménez cree que a los niños se les debe de enseñar que la complicidad en casos de acoso, abuso o violencia es un delito.

“A los niños se les debe de decir que cuando una niña, cuando una chavala, cuando una mujer te pide ayuda por sufrir violencia, en principio, hay que creerle y apoyarla, aunque sea la novia de tu mejor amigo, de tu broder, si esa chavala te pide ayuda porque tu amigo la está violentando, espera que le ayudés, está confiando en vos”, señala.

Al niño se le debe de decir que al no ayudar a una víctima que pide ayuda en caso de violencia, se convierte en un cómplice de quien agrede, y que tampoco puede aplaudir el acoso.

Más educación, menos negociación y leyes integrales

La Ley 779, Ley integral contra la violencia hacia las mujeres, aprobada en pleno por la Asamblea Nacional el 22 de junio de 2012, fue reformada al año siguiente para incluir —entre otras cosas— la figura de la mediación, que permite a los agresores “negociar” con las víctimas para evitar la cárcel, algo que las defensoras de derechos denunciaron por poner en peligro a las mujeres.

Otro de los aspectos que organizaciones feministas han señalado durante años es la importancia de tipificar adecuadamente los delitos contra las mujeres, ampliando el concepto de femicidio a toda acción y agresión cometida por un hombre que provoque la muerte de una mujer por su género. De acuerdo con la ley vigente la pena máxima se aplica solo cuando el delito ocurre en el ámbito privado y en casos donde la víctima tenía una relación de pareja con el agresor.

La pena para femicidio era de 30 años de prisión, hasta que en 2021 se aprobó la ley de cadena perpetua para “crímenes de odio”, que los incluye. Pero incrementar las penas para castigar a los hombres que maltratan, abusan, violan y asesinan a las mujeres, puede verse como una forma de castigo “ejemplar”, pero no la solución, insisten las defensoras, ya que las vidas de mujeres no pueden ser recuperadas de ninguna forma. Lo que sí han exigido es el cumplimiento completo de las condenas a los femicidas.

Nacionales Femicidios violencia de género archivo

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