Los cuerpos de los 15 venezolanos que fallecieron en el accidente de La Cucamonga el 27 de julio, fueron entregados por el Instituto de Medicina Legal (IML) a una delegación integrada por el embajador de Venezuela en Nicaragua, José Francisco Javier Arrué de Pablo y las autoridades de la Cancillería de la República, Alcaldía de Managua y Policía Nacional.
“No me queda más que agradecer al gobierno nicaragüense, al comandante Daniel Ortega y a la compañera Rosario Murillo, a todos ustedes como instituciones de este país, que han estado dispuestos al servicio de una situación trágica, triste pero obligada”, dijo el diplomático venezolano a un medio oficialista.
En el país suramericano los esperan sus familiares para darles el último adiós y sepultarlos.
El director del Instituto de Medicina Legal, doctor Julio Espinoza Castro, explicó brevemente a la delegación, el procedimiento realizado desde el momento que ingresaron los fallecidos al IML y la alta disposición del gobierno desde que se conoció la tragedia.
“Los esfuerzos que su gobierno ha realizado con el nuestro han dado resultados, pues estamos logando terminar el trabajo que desde el primer día hemos hecho en conjunto con la Policía Nacional, Cancillería y el Ministerio de Gobernación”, dijo el doctor Espinoza a los medios oficialistas.
Funcionarios de la Embajada de Venezuela en Managua les han dicho a las personas que han realizado trámites para enviar a sus parientes, que los trasladarán embalsamados, pero en Venezuela empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores les dicen que el proceso de embalsamado es muy complicado y que llegarán cremados, indicaron familiares.
El miércoles 27 de julio un bus que cubría la ruta Managua-Jalapa con unos noventa pasajeros a bordo, se precipitó a un abismo en la cuesta La Cucamonga. Los viajeros en su gran mayoría eran migrantes que se trasladaban a Jalapa, Nueva Segovia, para allí cruzar la frontera para entrar a Honduras y continuar la travesía rumbo a Estados Unidos. En este percance perdieron la vida 16 personas, 15 venezolanos y un nicaragüense.
Primero les ofrecieron embalsamarlos
Uno de los primeros venezolanos que solicitó la repatriación de un ser querido fue Jesús Alberto Cortez. El viernes 29 de julio se trasladó junto con sus dos hijos al Instituto de Medicina Legal en Managua, luego de identificar el cadáver de su esposa, Dalia Elena Soler, de 37 años y de despedirse de ella, solicitó ante la Embajada de Venezuela que la cremaran y enviaran sus cenizas al Estado de Zulia, donde sus hermanas y otros familiares los esperaban.
Sin embargo, los funcionarios de esa sede diplomática le explicaron que ese servicio no estaba a disposición y que la enviarían embalsamada. En ese momento le aseguraron que esperaban tener listo todo en una semana, para enviar a todo el grupo junto. Pero han pasado dos semanas y todavía no hay fecha para el traslado de los cuerpos.
Los familiares de Jorge Luis Vílchez y su hija Kimberli también realizaron las gestiones y esperaban que el traslado se concretara la semana pasada. A ellos también les dijeron que los enviarían embalsamados, y esa repatriación es una de las cosas que esperan para continuar la travesía hacia Estados Unidos.
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Pendientes del traslado
A Marisol Castellanos le confirmaron esta semana que todavía no hay una posible fecha para la repatriación de los cuerpos de sus familiares.
La excusa que le dieron es que de los 15 fallecidos solo han completado los trámites de nueve y que mientras no obtengan las autorizaciones de los familiares de los seis restantes no se puede planear el viaje.
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Castellanos perdió a su hijo Jordan José Castellanos Castillo, de 29 años y a su nuera Cinthia Ninoska Estaba Rojas, de 26 años. A ella también le confirmaron que embalsamar los cuerpos será muy complicado, por lo que le pidieron firmar una autorización para cremarlos y trasladar las cenizas.
Como el resto de las familias, Castellanos está ansiosa por recibir los restos y dadas las circunstancias en que murió su hijo, hubiera preferido que lo enviaran embalsamado para verlo por última vez.