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Paul Reicher. Tomada de Internet

Entrevista| Paul S. Reichler, abogado internacional que le renunció a Ortega: «Es una farsa y es una tragedia», lo de los presos políticos

Reichler habla sobre su labor como asesor legal de Nicaragua en los últimos años, del detonante que lo llevó a renunciar cuatro años después de la crisis, del nombre de su hija Jessica Danielle, entre otros temas

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«Soy abogado, observo la situación, recojo los hechos, en base de los hechos hago conclusiones y para mí, la acumulación de las pruebas era suficiente», reveló el abogado internacional Paul S. Reichler, sobre la crisis sociopolítica y de derechos humanos de Nicaragua, que lo llevó a renunciar a su cargo como asesor legal internacional del Gobierno de Nicaragua.

Reichler no solo fue por varias décadas el abogado internacional del país, en los dos períodos de gobierno del Frente Sandinista, sino que mantenía una estrecha y cercana relación con el mandatario nicaragüense Daniel Ortega, al punto que nombró a su única hija, Jessica Danielle, en honor al presidente Daniel Ortega Saavedra, con quien recientemente rompió su amistad.

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«Mi hija se llama Jessica Danielle Reichler, sí y es nombrado por el primer Daniel Ortega», confirmó este martes durante una entrevista con LA PRENSA, aclarando que fue en honor al viejo revolucionario que derrocó a la dictadura somocista y no al Daniel Ortega que estableció una nueva dictadura en Nicaragua.

En la entrevista con este Diario, Reichler habla sobre su labor como asesor legal en estos últimos años, el detonante que lo llevó a renunciar cuatro años después de la crisis, califica los procesos judiciales contra los presos políticos como una «farsa» y señala a las instituciones estatales de haberse convertido en «títeres» y de servirle únicamente a la «dictadura».

El pasado 2 de marzo envió su carta de renuncia al presidente Daniel Ortega, ¿ya recibió alguna respuesta de parte del Gobierno?

No, sobre la carta no.

Paul S. Reichler, exabogado internacional de Nicaragua. Captura de pantalla.

¿Logró confirmar si la carta fue recibida por el presidente Ortega?

Sí, puedo confirmar que la carta fue recibida. Hemos tenido conversaciones después del recibo de la carta con la Procuraduría General de la República (PGR) sobre la transferencia de algunos casos pendientes a otra firma de abogados. Estas pláticas han sido muy profesionales, muy cordiales y productivas.

Por el hecho de haber tenido esas conversaciones, iniciadas por la Procuraduría refleja el recibo de la carta, pero independientemente de eso, también sé que la carta fue recibida.

Fue el asesor legal internacional del Gobierno de Nicaragua por varias décadas. ¿Cuál fue su labor en estos últimos años?

En los últimos años, yo representaba a Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia (de la Haya) en varios juicios contra Costa Rica y contra Colombia, además, he representado a Nicaragua en arbitrajes internacionales con inversionistas extranjeros, bajo los tratados bilaterales de comercio como el Cafta (Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, América Central y República Dominicana) y finalmente, mis colegas y yo defendemos a Nicaragua ante demandas judiciales ante las cortes de los Estados Unidos, esas son las tres clases de casos que he tenido oportunidad de servir a Nicaragua.

Paul Reichler representando a Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. A su lado, el abogado Carlos Argüello. Foto: AFP

Los argumentos de su renuncia se los atribuye en la carta a la represión estatal contra las manifestaciones ciudadanas en 2018, las constantes violaciones de derechos humanos, el encarcelamiento de opositores. Pero, ¿por qué si estaba claro de la situación renunció hasta este momento y no hace cuatro años que estalló la crisis?

Es una buena pregunta. En primer lugar, dada mi larga relación con el Gobierno de Nicaragua y con el presidente Ortega, no era muy fácil para mí romper esta relación —explica todo esto en la carta— y para 2018, aunque la represión resultó y disgustó, era algo totalmente inaceptable para mí, todavía hace cuatro años, tenía alguna medida de esperanza de que el Gobierno tomaría medidas para buscar una solución pacífica, democrática, a través de un diálogo nacional con todas las fuerzas políticas y sociales del país. Ese diálogo sí se comenzó, obviamente se frustró, pero tenía la esperanza en las reparaciones para las próximas elecciones que fueron en 2021.

El Gobierno básicamente haría lo que hacía en 1989, cuando entró en diálogo con las fuerzas de la oposición y ellos pactaron en las reglas de las elecciones para asegurar elecciones libres y democráticas, que sí fueron celebradas en 1990.

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Yo tenía esa esperanza, posiblemente e ingenuamente, pero era mi esperanza que a pesar de la represión y la matanza, violaciones de derechos humanos de 2018, el Gobierno iba a encontrar un camino para resolver la crisis interna y promover elecciones libres, esa era mi esperanza. Ahora con la ventaja de la retrospectiva, puedo criticar mi actitud, pero sinceramente esa era mi actitud en ese momento.

¿Cuál fue el detonante para renunciar a su cargo y a la vez romper relaciones con el presidente Daniel Ortega? 

Lo que cambió fue el acercamiento de las elecciones de 2021, el Gobierno lo hizo sumamente claro, que no tenía ningún interés en celebrar elecciones libres, comenzando por la represión de la oposición política, hostigamiento, amenazas a los principales líderes de la oposición, hasta encarcelar cada voz opositora y en condiciones sumamente inhumanas, fue entonces que me di cuenta de que este Gobierno había rechazado el camino democrático en favor de un camino totalitario.

Este es un proceso, no puedo decir que hay un solo momento. Soy abogado, observo la situación, recojo los hechos, en base de los hechos hago conclusiones y para mí la acumulación de las pruebas era suficiente.

En junio del año pasado, cuando el Gobierno realmente en la víspera de la campaña electoral metió preso a todos los potenciales líderes de la oposición, de los partidos de oposición, Arturo Cruz, Cristiana Chamorro (entre otros) y después decenas de gente inocente, gente decente, de la vida política, económica, hombres y mujeres de negocios, académicos, cada voz independiente se consideraba amenaza y lo hicieron presos bajo condiciones inhumanas,. Entonces, no había duda, no existía ninguna duda de que el Gobierno había tomado la decisión de mantenerse en el poder permanentemente sin permitir oposición, sin permitir elecciones libres y desde entonces era inconcebible éticamente para mí quedar asociado con este Gobierno.

¿Cómo asesor legal del Gobierno, durante estos últimos años de crisis se le pidió algún tipo de cabildeo o representación ligada a la crisis sociopolítica?

Yo hacía mucho trabajo de cabildeo en la década de los ochenta, en el siglo pasado, por parte del primer gobierno sandinista. Cuando llegó al poder el presidente Ortega en enero de 2007, desde entonces mi trabajo ha sido exclusivamente legal.

Incluso, no solo exclusivamente trabajo legal para Nicaragua, sino para todos mis clientes. Yo represento varios Estados soberanos en sus litigios y arbitrajes internacionales, pero desde la década de los 90 he dejado de hacer cabildeo, trabajo político, mi trabajo es exclusivamente legal.

Por su experiencia legal internacional, ¿qué apreciación le da a las denuncias sobre la participación de la Policía y el Ejército en la represión contra las manifestaciones de 2018, por un lado, y por el otro, el papel del poder judicial a la persecución actual de opositores?

Desgraciadamente estas instituciones del Estado, las cortes, la Policía, el Ejército no cumplen con sus deberes constitucionales, con sus deberes bajo un sistema constitucional de democracia, se han convertido en títeres y sirven solamente a los intereses del dictador.

En el ámbito legal, ¿qué lectura le da a los juicios de la administración del presidente Ortega contra reconocidos opositores, entre ellos siete exprecandidatos presidenciales?

Estos procesos son una farsa, no se puede hablar de justicia, esto es el contrario absoluto de la justicia. Estos son como los procesos de (Iósif) Stalin (dictador soviético) en los años 1930. Esto es persecución de gente inocente, sin la menor indicación de justicia o el debido proceso, básicamente el resultado, la sentencia, ha sido predeterminado y estos procesos son solamente actos administrativos para producir la sentencia predeterminada.

Es una farsa y es una tragedia, porque estos decentes e inocentes seres humanos se encuentran condenados a largas sentencias de encarcelamiento, esto es una violación de los principios más fundamentales en la justicia y de los derechos humanos.

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Hace una semana, el exembajador de Nicaragua ante la OEA, Arturo McFields, denunció a la administración del presidente Ortega y sostuvo que en Nicaragua había una dictadura, al igual que lo hizo usted en su carta, ¿qué opina al respecto?

Francamente no conozco personalmente al (ex) embajador McFields, me enteré de su denuncia a través de los medios de comunicación, escuchaba la grabación y sus comentarios, y es un hombre de ética, un hombre de principios morales, un hombre de mucho coraje para hablar la verdad en esa situación y, puede servir como un incentivo a otros hombres y mujeres decentes, éticos morales sirviendo en la administración pública para manifestar el mismo compromiso a la democracia, a la ley y los principios éticos.

¿Cree que hay más funcionarios estatales tratando de desligarse de la administración del presidente Ortega?

Yo no sé, y yo no creo que sea prudente especular, pero hay miles de ciudadanos que sirven en la administración pública, estos son sus trabajos y sirven honradamente. Me imagino que hay muchos de ellos que calladamente reconocen la tiranía, pero es muy difícil para ellos pronunciarse, por varias razones. Pero, tarde o temprano llegará una masa crítica de la gente decente que va a denunciar la dictadura.

¿Cómo ha sido su relación con la vicepresidenta Rosario Murillo, esposa del presidente Ortega, de quien no hace mayores referencias en su carta de renuncia?

Mi relación con la vicepresidenta ha sido muy cordial y muy respetuosa, siempre me ha tratado de manera decente y con respeto.

Sí, mi carta es dirigida al presidente por varias razones, primero que todo es el presidente, y él es responsable por todo lo que hace el Gobierno, él es responsable por cosas buenas, por cosas malas, él como presidente es el responsable.

Segundo, mi carta habla no solamente del presente, sino del pasado. La primera parte de mi carta es mi expresión de agradecimiento por el honor que él me dio de poder servir a la República de Nicaragua, por casi 40 años, y relato en la primera parte de la carta, algunos de los eventos, momentos compartidos, la decisión de demandar a Estados Unidos ante la Corte Internacional de Justicia, la negociación del Acuerdo de Paz en Sapoá con la Resistencia Nicaragüense, la negociación con la oposición política, de las reglas para celebrar elecciones libres, la aceptación por parte del presidente y su gobierno de los resultados de las elecciones de 1990, y la salida del poder dramáticamente.

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Esos fueron logros históricos, no solamente para Nicaragua, para Centroamérica, toda América Latina, las contribuciones que el Frente Sandinista, encabezado por el comandante Ortega, hizo a la destrucción de una dictadura familiar y el establecimiento de una verdadera democracia en Nicaragua con justicia social, esto es contribución enorme, y admiro y siempre voy a admirar con todo mi corazón a ese Daniel Ortega, el Daniel Ortega que fue responsable primero por la construcción de un sistema democrático en Nicaragua.

Paul Reichler aparece al extremo izquierdo de la foto, de traje gris. Tomada de la Biblioteca Enrique Bolaños.

Sin embargo, como digo en la carta, ese Daniel Ortega ahora no existe, ha sido sustituido por otro Daniel Daniel Ortega y este segundo Daniel Ortega ha destruido todo lo que el primer Daniel Ortega ayudo a construir, este es trágico.

Una pregunta algo personal, ¿el nombre de su hija es debido a su cercana relación con el presidente Ortega, según lo señaló en 1988 la revista Time?

Mi hija se llama Jessica Danielle Reichler, sí y es nombrado por el primer Daniel Ortega. El Daniel Ortega del año de su nacimiento, 1984, ahora es una mujer, es una increíble persona, Nica ciento por ciento, y estamos sumamente orgullosos de ella.

Es sandinista también, pero sandinista del estilo de los ochenta.

¿Tiene algún mensaje para los funcionarios de la Administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo?

No creo que sería correcto para mí promover nada entre los que trabajan en el sector público de Nicaragua. Lo único que puedo decir es que cada persona debe decidir por él o ella misma, lo que su conciencia moral requiere.

Estas son decisiones individuales, cada día tenemos que enfrentarnos al espejo y es importante que cuando uno se vea en el espejo la reacción no sea una reacción de disgusto, es decir, yo tengo que vivir con las decisiones que tome como cualquier otra persona, y cada persona tiene que preguntarse, ¿puedo vivir cómodamente con la decisión de servir o no servir a estos señores? Es una decisión individual, yo he tomado la designación mía.

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