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Daniel Ortega con la banda presidencial en mano tras su cuarta investidura consecutiva el 10 de enero reciente. TOMADA DE EL 19 DIGITAL

¿Puede ser el pueblo “presidente” en un país donde sus ciudadanos no pueden manifestarse ni votar libremente?

Daniel Ortega utiliza la frase de "pueblo presidente" desde 2007, pero analistas consideran que no es más que populismo

La repetida frase o eslogan “el pueblo presidente” del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, solo es retórica y populismo en un país en el que no se puede ni siquiera ondear la Bandera Nacional de Nicaragua, afirman críticos y opositores.

El actual preso político y exdiplomático Mauricio Díaz Dávila dijo en un artículo de opinión publicado en febrero del 2021 en LA PRENSA, que la frase de “el pueblo presidente” no era más que “demagogia clientelista”, y que el verdadero poder del pueblo está en las urnas y no en una persona.

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Díaz fue detenido el pasado 9 de agosto por ser opositor al régimen de Ortega y expresar constantemente su opinión. Como él, hay al menos 170 nicaragüenses encarcelados por manifestarse, por criticar, por oponerse al régimen orteguista e incluso por aspirar a ser candidato presidencial en las pasadas votaciones, del 7 de noviembre. Otros han tenido que huir del país para no ser encarcelados.

Ortega se volvió a declarar presidente en las votaciones de 2021, por cuarta vez consecutiva, tras un proceso electoral cuestionado, con escasa participación ciudadana, sin participación de los partidos opositores y con el Consejo Supremo Electoral (CSE) bajo su control total.

En la toma presidencial del 10 de enero último, Ortega volvió a repetir, levantando la banda presidencial, que “el pueblo es presidente”, aunque tenga encarcelados a campesinos, a estudiantes, a empresarios, a periodistas, a políticos, a exdiplomáticos solo por usar su derecho a la libertad de expresión.

Daniel Ortega durante la toma de posesión de este 10 de enero de 2022.

Ortega usó esa frase por primera vez en la investidura presidencial de 2007, tras las elecciones del año anterior.

“Esta banda pertenece a los campesinos, esta banda le pertenece a los trabajadores, esta banda le pertenece a la juventud, esta banda le pertenece a las mujeres, esta banda le pertenece a Nicaragua, a Nicaragua entera”, dijo un victorioso Ortega que regresaba al poder aquel 10 de enero de 2007, después de recibir la banda presidencial que le entregó esa vez el fallecido expresidente de la Asamblea Nacional, René Núñez.

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En ese discurso fue que Ortega adoptó la frase de “el pueblo presidente”, la misma que se escucha actualmente en actividades oficiales, la misma que pronuncia Rosario Murillo en sus alocuciones de medio día, la misma frase que se lee en papelería gubernamental, la misma que el oficialismo utiliza para casi todo.

Tras 11 años en el poder, en abril de 2018, surgieron protestas masivas en todo el país que originalmente exigían la derogación de una reforma al Seguro Social, pero después se convirtió en una demanda de cambio de gobierno.

Ortega aparentó negociar una salida pacífica a la crisis, sentándose en una mesa de diálogo con diferentes sectores sociales, económicos y políticos, pero a la vez aplastó las protestas civiles con una brutal represión armada que dejó al menos 355 muertos, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Managua, Nicaragua. 28/04/2018. Miles de feligreses Catolicos participaron de la Peregrinacion por la paz convocada por la Iglesia. Participaron tambien los estudiantes que estan en protestas por las reformas al INSS y la sociedad civil. LA PRENSA/Archivo

En septiembre de 2018, la Policía oficializó la criminalización de la protesta social, a través de una nota de prensa en la que advirtió que la organización o persona que convoque a “concentraciones y movilizaciones públicas ilegales… son responsables y responderán ante la justicia”.

Desde entonces el régimen orteguista no permite ningún tipo de manifestación crítica ni opositora en las calles del país, ni siquiera ondear la Bandera Nacional, ni gritar “viva Nicaragua”. Solo los simpatizantes de Ortega pueden salir a la calle con la bandera azul y blanco y con la bandera partidaria del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a defender su régimen.

Por eso los críticos y opositores que no han sido encerrados y todavía se atreven a expresarse, aseguran que la proclama “el pueblo presidente” es una frase vacía y falsa de Ortega.

“Es un acto populista que no tiene ningún contenido ni político, ni social ni nada en realidad”, dice un analista político que pide el anonimato, porque: “ya sabemos cómo acaba todo el que habla”, se excusa. Se refiere a que puede ser encarcelado por emitir su opinión al igual que algunos de los actuales reos políticos.

Entre esos presos políticos, y también entre las más de 300 víctimas mortales que dejó la represión a las protestas sociales de 2018, se encuentran campesinos, trabajadores, jóvenes, mujeres y demás nicaragüenses que forman parte de los distintos grupos de la sociedad y de los que Daniel Ortega dijo que les pertenecía la banda.

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Un editorial del Diario LA PRENSA del 9 de mayo de 2007, el mismo año en que Ortega pronunció esa frase, advertía que “solo a personas con mentalidad autocrática, totalitaria, fascista, se les puede ocurrir que ellos encarnan en el pueblo y que el pueblo se personifica en ellos. De modo que esto no se debe mirar como un disparate sin importancia, sino como la manifestación de una voluntad política autocrática y absolutista”.

Sandinistas saben que es retórica

A criterio del analista político consultado, entre la misma militancia del Frente Sandinista se sabe que la frase de “pueblo presidente” no es más que retórica y propaganda de Daniel Ortega.

“Ellos saben que el poder está concentrado en El Carmen y que no tienen verdadero poder de decisión”, explica el analista.

Agrega que toda acción que se haga en nombre del gobierno de Nicaragua o del partido rojo y negro debe tener la autorización de Ortega y Murillo, y que ni siquiera los viejos cuadros pueden actuar por su cuenta.

Este 2022, durante el acto de toma de posesión, Daniel Ortega se quitó la banda presidencial y la volvió a ofrecer ante la muchedumbre. En lo que muchos pensaron que fue un descuido, Ortega dejó la banda al lado de Miguel Díaz-Canel, el presidente de Cuba, pero para el analista esto no fue un descuido, si no que fue “pensado. A propósito. Él no es idiota. Es zagas”, opinó.

La teoría del analista es que Ortega buscaba dejar la banda presidencial al lado de Díaz-Canel para enviar una señal. “Nosotros vamos a hacer lo que se está haciendo en Cuba o vamos a hacerle caso a los cubanos. Y ya sabemos que los cubanos ponen la pimienta a Venezuela y Nicaragua en su campaña de buscar conflicto y empobreciendo a la gente”, considera el analista.

Daniel Ortega junto al presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel el pasado 10 de enero. TOMADA DE EL 19 DIGITAL

Discurso viejo

Ortega ha dicho lo mismo en 2012, 2017 y recientemente, el pasado 10 de enero de 2022. Dijo que la banda presidencial, la que simboliza al Estado y la población nicaragüense, le pertenecía al pueblo, porque es “El Pueblo Presidente”.

En estos 15 años de gobierno, Ortega ha usado esta y otras frases para impulsar programas asistencialistas que financiaba con la cooperación venezolana. Sin embargo, el nicaragüense que no demostrara su militancia o su simpatía por el Frente Sandinista no podía ser beneficiario de estos proyectos.

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Los medios oficialistas, personeros del Frente Sandinista y Rosario Murillo también han asumido ese mismo discurso. “Este cambio que va llevando Nicaragua lo protagonizamos todos los nicaragüenses. Por eso el pueblo es presidente, porque el pueblo va caminando para ir cambiando Nicaragua”, dijo Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional.

“Seguimos siendo pueblo presidente y seguimos cultivando, consolidando y fortaleciendo la paz, esa paz que nos interrumpieron, esa paz que nos costó mucho entender que quienes más hablaban contra la paz era aquel que supuestamente deben o deberían proteger, defender y promover la paz”, dijo Rosario Murillo en su alocución del martes cuatro de enero, en la que también atacó a obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica.

Mientras tanto, los 170 presos políticos permanecen en la cárcel, más de 100,000 nicaragüenses han salido del país, el asesinato de 355 personas, según la CIDH, continúa en la impunidad y todos ellos, son parte de ese pueblo al que Daniel Ortega alguna vez llamó “pueblo presidente”.

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