En medio de denuncias realizadas por organizaciones naciones e internacionales de tratos crueles y torturas hacia los presos políticos, sus familiares lanzan una campaña “que les pasen una cobija”, con publicaciones en redes sociales que usan la etiquetan #QueLesPasenUnaCobija porque los mantienen detenidos en celdas que solo tienen colchonetas y como ellos mismos han relatado “los días son calientes y las noches frías”.
“Poder tener las condiciones para resguardar la salud de una persona presa política es parte del respeto de sus derechos humanos. Es por eso que los familiares de personas presas políticas demandamos para que puedan tener acceso a una frazada, a una cobija, algo con qué abrigarse. Actualmente nuestros familiares no tienen con qué cubrirse, sabemos que han bajado la temperatura. Algunos de ellos ya están sufriendo secuelas como resfriados, algunos se han quejado que el frío les causa incomodidad al dormir, no pueden dormir bien. Incluso la pérdida de peso que ellos tienen también les expone a sentir más frío”, detalló Berta Valle, esposa de Félix Maradiaga, detenido desde el 8 de junio.
Añadió que consideran que “someter a personas por períodos prolongados a este sufrimiento de frío se convierte en una forma de tortura y una forma en la que se están violentando sus derechos humanos”, dijo.
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Las condiciones en las que se encuentran los detenidos en los últimos meses en las cárceles de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el nuevo Chipote, violentan las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos, conocidas como Reglas Nelson Mandela.
En celdas pequeñas, con la luz las 24 horas o sin luz en todo el día, pocas horas para tomar el sol, interrogatorios diarios, sin acceso a material de lectura o artículos como almohadas o cobijas, entre otros son algunas de las denuncias realizadas por los familiares. Además de casos extremos como los que fueron puestos en celdas de castigo.
En total son 122 normas las incluidas en las Reglas Nelson Mandela, muchas de ellas violentadas por el Estado de Nicaragua en el trato a los presos políticos.
Además de violentar estas normas en el trato a los reclusos se violenta el debido proceso, los detenidos se encuentran con juicios suspendidos por “carga laboral” y el sistema judicial asegura que esta es una razón de “fuerza mayor”.
Desde sus detenciones, no ha podido tener entrevistas privadas con sus abogados y de acuerdo a familiares de algunos de ellos no han podio ser valorados por médicos y se desconoce cuál es la condición de salud que presentan, entre ellos el líder estudiantil, Lésther Alemán.
Asimismo, entre los detenidos hay personas con padecimientos crónicos, recién operados en el momento de su captura o con citas u operaciones pendientes. Además de adultos mayores como el caso de Edgard Parrales quien había cumplido los 79 años poco antes de su captura.
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