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Fachada de la sede de la Embajada de Taiwán en Managua. LA PRENSA/Archivo

¿Qué busca Ortega al confiscarle a la Iglesia Católica la donación que le hizo Taiwán y entregársela a China?

El régimen de Daniel Ortega acelera su acercamiento con China y aumenta el distanciamiento con la Iglesia Católica. Tres analistas plantean las razones

La confiscación de la sede diplomática de Taiwán en Managua —donada a la Iglesia Católica— ejecutada por el régimen de Daniel Ortega para entregársela a la China Continental, es vista por analistas políticos y expertos en Derecho y Relaciones Internacionales como una “acción servil” de Ortega para congraciarse con la potencia mundial considerada su gran aliado.

El pasado 9 de diciembre, el régimen orteguista rompió las relaciones diplomáticas con el gobierno de Taiwán y anunció que dejó de tener “cualquier contacto y relación oficial” con la isla, para mostrar su lealtad a China al restablecer sus relaciones. Laureano Ortega Murillo, hijo de Ortega y Rosario Murillo y asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, de Rusia apareció en Tianjin para firmar el documento de restablecimiento con el vicecanciller de China, Ma Zhaoxu.

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Taiwán en ese momento reaccionó y lamentó la decisión y señaló que el gobierno de Ortega ignora la cooperación que beneficia a la gente: “Es con gran pesar que terminamos las relaciones diplomáticas con Nicaragua. La amistad de larga data y la cooperación exitosa que beneficia a la gente de ambos países fueron ignoradas por el gobierno de Ortega. Taiwán permanece firme y continuará como una fuerza para el bien en el mundo”.

De la misma manera la isla a través de un comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores (MOFA, por sus siglas en inglés) protestó de inmediato, a la confiscación de su antigua sede diplomática ubicada en los Planes de Altamira, una zona de alta plusvalía, de Managua, y denunció la “ocupación ilegal” de su propiedad. Además hizo un llamado a la comunidad internacional para condenar conjuntamente las “acciones malévolas de los gobiernos de Nicaragua y China“.

China o República Popular China es gobernada por el Partido Comunista desde 1949 y es el país más poblado del planeta. En tanto, Taiwán, conocido como República de China (ROC por sus siglas en inglés), se ha comportado como república independiente desde el mismo 1949 y tiene a Estados Unidos como un aliado.

¿Un regalo de bienvenida para congraciar a China?

A lectura del analista político y sociólogo, Óscar René Vargas, China no influyó en la decisión que tomó el régimen de Ortega y refiere que en ningún otro país se ha visto este tipo de acto. “Pienso que China nada tuvo que ver con la decisión de Ortega de expropiar las propiedades de Taiwán. Hay que interpretarlo cómo acción servil para congraciarse con China. Prueba de ello es una acción que no ha sucedido en ninguno de los países que han roto sus relaciones diplomáticas con Taiwán”, señala.

En esa misma línea, el analista político y exdiputado liberal, Eliseo Núñez, asevera que ese acto ilegal de Ortega es visto como “un reconocimiento implícito de que China comunista es el sucesor sin disolución de continuidad de Taiwán lo cual no es así, de cara a la comunidad internacional tiene una cantidad de problemas porque puede dar el mensaje de cualquier país está expuesto dentro de Nicaragua sino hace lo que el régimen quiere”.

Ambas opiniones son compartidas por Pedro Salvador Fonseca, experto en relaciones internacionales y analista político nicaragüense, quien refiere que “Ortega tiene una voluntad absoluta por complacer al gobierno chino sin importar, de hecho lo que prescriben las normativas y el derecho diplomático y consular en la Convección de Viena”.

El portavoz de Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, durante una conferencia de prensa brindada este 28 de diciembre, aseguró que “no existe un Ministerio de Relaciones Exteriores en Taiwán, solo autoridades provinciales a cargo de las relaciones exteriores. Solo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable del territorio de China”.

Portavoz de Ministerio de Relaciones Exteriores Zhao Lijian. LA PRENSA / TOMADA DE INTERNET

Y de la misma manera dejó por sentado que Taiwán le pertenece a China y avaló la confiscación de Ortega a la antigua embajada de la isla en Managua: “El Gobierno de la República Popular China ha sido el único gobierno legal que representa a toda China, incluido Taiwán. Este es un hecho histórico y legal inquebrantable. De acuerdo con los principios básicos del derecho internacional, incluido el respeto por la soberanía nacional y la integridad territorial, todos los activos estatales de China, ya sea en China o en el extranjero, son propiedad del gobierno de la República Popular China. Esto ha sido ampliamente reconocido a lo largo de muchos años de práctica diplomática”.

Lijian catalogó la decisión del régimen orteguista como un “acto de justicia de Nicaragua que muestra respeto por la soberanía de China y su compromiso con el principio de una sola China“.

“China aprecia mucho el acto de justicia de Nicaragua que muestra respeto por la soberanía de China y su compromiso con el principio de una sola China. Las autoridades de Taiwán intentan lograr su siniestro programa jugando el truco de regalar los activos estatales de China, que es ilegal, nulo y sin valor y nunca funcionará”, agrega la nota de prensa de la cancillería nicaragüense.

Las declaraciones fueron reproducidas el ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua, mediante una nota de prensa publicada por los medios oficialistas.

¿Expropiación o confiscación?

A la luz de las leyes vigentes en Nicaragua, los analistas políticos aseguran que la decisión del régimen ha “violado las leyes”, por lo que el acto es “ilegal”. También explican que lo cometido por Ortega es sin duda alguna confiscación, una acción a raíz de 2018 ejecutó el régimen con medios de comunicación tal es el caso de las instalaciones de Confidencial, 100% Noticias, y asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

En total son 57 de las cuales 51 son nacionales y seis internacionales originarias de Estados Unidos y Europa. A las que se suman nueve de 2018 y una de 2020, para un total de 67.

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El sociólogo e historiador Vargas refiere que es una “un acto de confiscación de la propiedad privada. Es decir, ha violado las propias leyes vigentes en Nicaragua. Lo que demuestra que en Nicaragua pesa más la voluntad de Ortega que las leyes. Es decir, Ortega no respeta los acuerdos ni las leyes. Esto debiera de ser un mensaje para los que quieren ir a un ‘diálogo’ con Ortega”.

Con esta opinión coincide el analista político Núñez y explica que no es expropiación propiamente dicha, realmente “estamos frente a una confiscación porque no hay pago de vuelta, la expropiación conlleva un proceso mediante el cual se le paga al afectado”.

Analista político y exdiputado liberal, Eliseo Núñez. LA PRENSA/Archivo

En ese sentido, Fonseca indica que se puede interpretar como “un agravio para el gobierno de Taiwán porque le pertenecían a esta isla. Es un acto ilegal”.

¿Cuál es el mensaje?

A criterio de Núñez el acto cometido por Ortega envía un mal mensaje y señal a la comunidad internacional pero, primordialmente manda “un mensaje muy claro al Vaticano y a la Iglesia Católica de que hay una guerra abierta en contra de ellos, lo cual tiene consecuencia, uno de los mediadores más fuertes que hay en el mundo es el Vaticano en caso de conflicto como el que se está dando en Nicaragua”.

Con lo anterior coincide Vargas y añade que en medio del creciente aislamiento internacional, Ortega no duda ni dudará en emplear cualquier acción, sea legal e ilegal para “asegurar su supremacía en el poder. La protesta de Taiwán era lo mínimo que podía hacer, no podía quedarse callado”.

Oscar Rene Vargas, Nicaragua, Daniel Ortega, protestas
Oscar Rene Vargas, sociólogo y economista. LA PRENSA/Archivo

Agrega que “a nivel internacional, Ortega manda el mensaje que él va actuar de acuerdo a sus intereses no respetando ni leyes ni acuerdos. Por lo tanto, mientras Ortega considere que las sanciones no le hacen mella a su régimen va a seguir actuando de esa forma para conservar el poder”.

Este año el régimen de Ortega ha realizado cinco cambios en la embajada de Nicaragua en el Vaticano, dos de los cuales han sido para retirar a embajadores que estuvieron por corto tiempo.

El ex subdirector general de la Policía, Francisco Javier Bautista Lara, fue embajador por cinco meses; nombrado en septiembre de 2020, y separado del cargo el 3 de febrero de 2021. El 2 de marzo de 2021, fue nombrada Eliette Ortega Sotomayor como nueva embajadora de Nicaragua ante la Santa Sede, pero duró seis meses.

Finalmente el analista y exdiputado liberal, Núñez insiste en dejar por sentado que la decisión de Ortega es “ilegal” porque asevera que “lo que hizo Ortega en este caso porque para constituir a China comunista como el ente que recibe lo que Taiwán tenía primero, tenía que tener bien claro que tipo de convenio son los que se tenían antes y después, luego tendría que pasar a manos de la Asamblea y está reformar los convenios que se tienen con China, y adicionalmente tendría que ver si realmente hay un tercero, en este caso es la Iglesia”.

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