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¿Por qué CxL y PRD no lograron firmar la alianza?

“Escuchar la voz del fanático”, era una de las recomendaciones que nos hacían cuando pisamos Grandes Ligas, porque son ellos quienes pagan los boletos, miran los partidos por televisión, compran suvenires y generan el salario de cada pelotero. Por eso siempre ha sido importante la percepción del fanático para un pelotero. Abro con ese ejemplo porque estábamos en una situación similar en Nicaragua: millones de nicaragüenses viendo la tele, leyendo periódicos, reportes en redes sociales y cualquier otra vía. Se tenía en vilo a un pueblo para la firma de la unidad y la conformación de una gran alianza para conseguir la democratización del país, rompiendo las cadenas de la represión, corrupción y violaciones constantes de los derechos humanos. Era importante dar ese primer paso, algo que nunca llegó.

Cuando estaba cada nicaragüense en las manifestaciones en 2018 era un pueblo unido, a nadie le preguntaban de dónde era o qué ideología tenía, el pueblo entendía que juntos eran un volcán. Más bien hubo una escena curiosa cuando los políticos se acercaron a una marcha de jóvenes y estos los expulsaron. No querían que llegaran los políticos a manchar la historia. Decidí servir como un ciudadano más por Nicaragua y ser testigo facilitador, prácticamente ser un puente entre el PRD y CxL. En total, estuve en tres reuniones y cargado de optimismo que la unidad se concretaría. La primera fue más protocolaria, en la cual cada quien puso los puntos sobre la mesa. En la segunda vi mucha tensión, más flexible el PRD y un CxL extremadamente intransigente, la postura de esto o nada. En ese momento comencé a captar que todo se perfilaba en show mediático, queriendo extender la agonía del pueblo para luego buscar culpables del fracaso de la unidad. Durante todas las sesiones estuve con Óscar Sobalvarro de CxL y Julio González del PRD.

CxL se convertía cada vez más en un muro y el PRD alimentaba su inconsistente actuar, por un lado se decía una cosa y luego otra. Siempre el tema que ninguno estaba dispuesto a ceder era la representación legal. No hubo voluntad de ninguno. El domingo 9 de mayo decidí publicar un comunicado en donde solicitaba conversar con los presidentes de cada partido: Kitty Monterrey y Saturnino Cerrato. El PRD accedió, pero CxL informó que su presidente no podía atender por su estado de salud. Me sorprendió cuando la vi brindando una conferencia de prensa con mucha vitalidad y luego inscribiendo su alianza; me alegré por su rápida recuperación.

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Durante la última reunión del lunes 10 de mayo con González y Sobalvarro, al ver que no se avanzaban en los puntos claves decidí pasar a los más flexibles como la conformación de un cuerpo de tres personas para la elaboración de un plan de gobierno, entre otros. Se regresó al principio con la representación legal y CxL volvió a dejar claro que necesitaban convocar a una convención en 15 días para acceder a ese tema, pero el tiempo se agotaba y el PRD quedó de brindar respuesta el siguiente día (martes 11 de mayo). Aseguró que lo hablaría con la junta directiva y así zanjar el tema. Cuando respondió, hasta miércoles 12 de mayo, un día más tarde de lo estipulado, fue contra reloj.

Reitero mi agradecimiento por haber confiado en este servidor como testigo facilitador, pero considero que ambos partidos tenían claro que la unidad no se iba a dar, no querían anteponer los egos, escuchar al soberano pueblo. El pueblo es quien premia y castiga actitudes de los políticos y aquí ambos actuaron en contra de los nicaragüenses que quieren un cambio de sistema, traicionaron a sus votantes, desoyeron las peticiones de las Madres de Abril, la de los presos políticos, la de los desempleados, los perseguidos y los exiliados. Queda una vez más claro no confiar en los políticos.  Es evidente que CxL y PRD son los grandes culpables.

Sigo cargado de optimismo y con la fe en Dios y la Virgen que veremos esa luz, aún no podemos tirar la toalla. El beisbol me enseñó que  faltando un strike para el último out se puede revertir un duelo. A los jóvenes y demás nicaragüenses les digo que sigan luchando desde sus trincheras, lo peor que nos puede pasar es darnos por vencidos porque pondríamos en bandeja las llaves del país a un gobierno con un futuro oscuro. El pueblo sigue unido, como esos fanáticos que hacen rugir los estadios de pelota.

Y a los políticos solo tengo un consejo que darles: “Escuchen la voz de la gente”.

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