Las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queer (LGBTIQ+) en 2023 fueron víctimas de 41 situaciones de “discriminación y violencia”, revela el informe anual del Observatorio de Violaciones a Derechos Humanos de Personas LGBTIQ+ de Nicaragua, de la Asociación Feminista La Corriente.
Dichas situaciones de discriminación y violencia incluyeron 35 agresiones, 2 crímenes de odio, 2 agresiones sexuales, 1 asesinato y 1 suicidio, que ocurrieron una en enero, dos en febrero, en marzo 5, siete en abril, cuatro en mayo, una en junio, 5 en julio, tres en agosto, ocho en septiembre, una en octubre, cuatro en noviembre y en diciembre tres.
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El informe anual del Observatorio detalla que las personas sexualmente diversas sufrieron violencias de tipo físico, verbal, psicológico, sexual, laboral, política, institucional, discriminación, acoso, extorsión y robos.
Las víctimas de dichas situaciones tienen edades de entre 15 y 24 años (5), 20 y 24 años (5), 25 y 29 años (11), 30 y 34 (9) y de 35 años a más (12).
Tres víctimas de crímenes de odio en 2023
Entre las víctimas de crímenes de odio y asesinato por motivos de orientación sexual y género documentados por el Observatorio, incluyeron los casos de Juana Mena Hernández, mujer trans que falleció el 7 de marzo del 2023, tras ser golpeada brutalmente por su pareja Sidar Murillo, capturado posteriormente por la Policía en Masaya; y el de “La Mendoza”, “mujer trans de 36 años, cuyo nombre impuesto es Ariel José Mendoza Espinoza, asesinada el 7 de abril, ocho días después de ser reportada como desaparecida”.
“La Mendoza”, detalla el informe del Observatorio, era habitante del barrio Villa Canadá, Managua, y se ganaba la vida vendiendo dulces en el mercado Mayoreo. Su cuerpo fue encontrado en un predio baldío con signos de violencia y “semiquemada”.
Asimismo, registraron el caso de un adolescente de 16 años, que fue asesinado por su padre en la comunidad de El Aguacate, Jinotepe, Carazo, resaltando que “la víctima intentó salvar a su madre de la brutal agresión de Juan Ramón García Martínez, siendo atacado con un arma blanca que le provocó heridas de gravedad” y que “algunos vecinos del lugar señalaron que el agresor lo rechazaba abiertamente por tener ‘otras preferencias sexuales’ y que lo había amenazado en reiteradas ocasiones”.
Viviendas y calles, los lugares más peligrosos
El Observatorio de Violaciones a Derechos Humanos de Personas LGBTIQ+, en su informe detalla que los lugares donde ocurrieron la mayor cantidad de situaciones de violencia y discriminación contra las personas sexualmente diversas fueron, en primer lugar, las viviendas o casas de habitación (12) y, en segundo, las calles (10).
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Otros lugares donde también ocurrieron situaciones de violencia y discriminación contra las personas LGBTIQ+ fueron mercados (3), bares y restaurantes (3), zona franca (empresa textil) (2), centro de salud (1), centro de trabajo (1), universidad (1), parque municipal (1), motel (1), transporte público (1), callejón (1), hospital (1), predio baldío (1), Iglesia católica (1), instituto técnico (1), frontera terrestre (1), y redes sociales (1).
Los principales agresores de las personas LGBTIQ+ en 2023 fueron 20 desconocidos, también familiares o parientes, entre estos: parejas (3), padre (1), madre (1), hermano (1) y familiar cercano (1).
También perpetraron acciones violentas y discriminatorias militares vecinos (2), profesoras (2), paramilitares (2), militar (1), responsable de restaurante (1), usuario de redes sociales (1), policía (1), enfermero (1), supervisor de zona franca (2), médica (1) y coordinador de colectivo (1).
“Impunidad y cultura de silencio” en Nicaragua
Las defensoras reiteraron que toda esta situación de violencia y discriminación que vive la comunidad LGBTIQ+ está vinculada al “peso de una cultura conservadora, discriminatoria y profundamente machista está en la base de la violencia que sufren las mujeres y cuerpos disidentes”, remarcando que “la impunidad y la cultura del silencio son una clara evidencia de la normalización social de la violencia, que como sabemos desempeña una función de vigilancia y castigo hacia aquellos cuerpos que desafían los mandatos impuestos desde una comprensión binaria, esencialista y jerarquizada de los cuerpos”.
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Resaltaron que “las instituciones públicas también forman parte de ese entramado cultural opresivo, castigador y violento que, actuando al margen de los marcos nacionales e internacionales de derechos humanos, los coloca no solo como cómplices, sino como perpetradores de la violencia.
El Observatorio apuntó que el esfuerzo de documentación que realizan “enfrenta a múltiples obstáculos incluyendo la censura, la represión y el miedo que prevalece en Nicaragua”, aunque, afirmó que continuará “documentando porque es la única manera que tenemos por ahora para sensibilizar a la sociedad nicaragüense y defender la vigencia de los derechos humanos”.
Las personas LGBTIQ+ que desean reportar casos de violencia y discriminación que han sufrido en Nicaragua pueden hacerlo al siguiente correo: [email protected]