A pocos días de cumplirse dos años de la ruptura oficial de Nicaragua con Taiwán para reconocer el principio de una sola China, la dictadura de Daniel Ortega sigue afianzando las relaciones políticas con el gigante asiático, a través de la representación de su hijo, Laureano Ortega Murillo, que cada vez más asume protagonismo en eventos partidarios y gubernamentales. Esta vez con el Partido Comunista Chino.
Este sábado 2 de diciembre, el hijo del dictador actuó como representante especial del secretario general del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es decir de su papá, para suscribir un “Memorándum sobre el intercambio y cooperación” entre el partido sandinista y el Partido Comunista Chino, uno de los más radicales, poderosos y autoritarios del mundo.
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El FSLN es el partido gobernante en Nicaragua, encabezado por el dictador Ortega y su esposa y vicepresidenta del país, Rosario Murillo, que es la mamá de Laureano.
Del lado de China, el Memorándum fue firmado por el viceministro del Departamento Internacional del Comité Central del Partido Comunista Chino, Li Mingxiang, que encabezó una numerosa delegación de visita en Nicaragua.
La reunión por la suscripción del Memorándum se llevó a cabo en el despacho del hijo de Ortega, donde también estuvieron presentes el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, el magistrado electoral, Lumberto Campbell, y el secretario general de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno.
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Laureano manifestó que “la relación entre ambos partidos es la piedra angular del desarrollo continuo de las relaciones entre ambos países”, según las publicaciones de los medios oficiales de Nicaragua.
“Trabajamos para establecer programas de cooperación e intercambios interpartidarios, sobre la base de los principios de independencia y autodeterminación, igualdad completa, respeto mutuo y no intervención en los asuntos internos de uno, por parte del otro”, dijo Ortega Murillo.
Compromisos entre el FSLN y el Partido Comunista Chino
Los compromisos que se adoptaron entre el FSLN y el partido chino son “el fortalecimiento del intercambio y la cooperación; además, profundizarán la comunicación estratégica y la confianza política mutua; impulsarán activamente el desarrollo constante y estable de las relaciones entre Nicaragua y China”.
También se llevará a cabo intercambio de delegaciones; fomentar oportunamente el intercambio de opiniones sobre temas relevantes de la situación regional e internacional; se fortalecerá el intercambio y la cooperación en los departamentos, áreas de estudio e investigación de políticas, entre otros.
Se propiciará y promoverá el intercambio amistoso, entre las organizaciones de masas, sindicales, juveniles y de mujeres; intercambio sobre experiencias de gobernación, del partido y del Estado, especialmente, sobre los temas de construcción del partido, desarrollo económico, alivio de la pobreza, gestión social, protección del medio ambiente, con el fin de elevar la capacidad y el nivel de la gobernación y administración de los respectivos partidos y estados.
Ambos partidos se comprometieron en que cada año la parte china invitará a cuadros dirigentes del FSLN a visitar China y, “nosotros el FSLN, invitará a China para que mande también delegaciones a visitar nuestro país”, dijo Laureano.
Relación ideológica
Este intercambio entre el Frente Sandinista y el Partido Comunista Chino, refuerza los planteamientos de opositores y analistas nicaragüenses, que han señalado que el interés de Ortega de estrechar sus relaciones con China, se debe a una decisión ideológica y de provocación a Estados Unidos.
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Los opositores constantemente señalan que el régimen orteguista busca alianzas con países socialistas, con los que comparte prácticas autoritarias, que no aportan ninguna inversión importante para Nicaragua, mientras ataca a su principal socio comercial que es Estados Unidos.
En noviembre pasado, la Asamblea Nacional de Nicaragua ratificó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, que entrará en vigencia en 2024.
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En los últimos meses, el régimen Ortega Murillo ha destacado la llegada de buses chinos a Nicaragua, que está comprando a una empresa china en el marco de sus relaciones comerciales.
En 2022, China donó casi un millón de vacunas contra la Covid-19 a Nicaragua, y entregó equipos de protección a la Policía, el brazo opresor del régimen. También han firmado acuerdos entre sus medios de comunicación.
Otro acuerdo firmado al inicio de las relaciones es el programa de construcción de viviendas que Pekín impulsará y que se espera beneficie a pobladores de 84 municipios del país.