Oscar Danilo Obregón ha visitado unas 25 ciudades de Estados Unidos con su emprendimiento de comida rápida: hot dogs al estilo de Sonora, México. Lo hace junto a un amigo y aprovechan los eventos deportivos y conciertos para venderlos.
Obregón llegó a Estados Unidos hace tres años junto a su esposa. Su llegada, cuenta al diario LA PRENSA, se vio empujada por la situación económica que afecta al país. “Yo me acuerdo de que saqué un préstamo en una financiera bancaria como de 2,000 dólares para emprender un negocio de una carnicería, pero como la gente estaba abandonando el país, todas las ventas se bajaron”, relata Obregón, quien también trabajó en una tabacalera en el departamento de Estelí.
El nicaragüense no tiene un local para vender, si no que se trata de una venta itinerante. Él y su amigo inician los jueves y regresan los domingos tras vender su producto a las afueras de partidos de beisbol, basquetbol o conciertos de artistas como Carin León, Cristhian Nodal o Peso Pluma en diferentes estados del país.
“Nosotros salimos a ciudades donde miramos que está la oportunidad… Donde nos brinden la oportunidad y haya eventos grandes, nosotros nos movemos”, asegura. También explica que le pagan al organizador del evento para que les permita vender.
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El hot dog, detalla, cuesta 10 dólares y decidieron hacerlo al estilo sonorense por la cantidad de mexicanos que viven en los Estados Unidos. Lleva su salchicha envuelta en bacon, tres opciones de salsas, y chile habanero o serrano. También lo elaboran con chiltoma, cebolla, tomate, mostaza, mayonesa y salsa de tomate.
Obregón en realidad nunca ha estado en Sonora, cuenta, pero en su viaje hacia Estados Unidos le tocó pasar por México. Dice que fue un viaje tranquilo y durante su travesía como migrante, asegura, degustó la comida mexicana. También cuenta que recorrió ciudades como Chiapas, Villa Hermosa, Ciudad de México, San Luis Potosí, Monterrey y Reynosa.
“Cuando me miran vender en la calle, no creen que soy nicaragüense. Me preguntan, ¿por qué hace comida mexicana? Por muchas razones, la mayoría de gente que yo conozco aquí, que me he relacionado, son mexicanos”, comenta.
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Obregón, de 32 años, dice que nunca le ha dado pena vender en las calles y la escasez económica en su familia también lo empujaron a hacerlo. Cuenta que a los seis años vendió el periódico LA PRENSA en los buses de San Isidro, Matagalpa, de donde es originario, y también chancho con yuca, hasta que logró profesionalizarse y convertirse en ingeniero en sistemas.
El nicaragüense asegura que en un evento grande puede llegar a vender hasta 400 hot dog en una noche, es decir, unos 4,000 dólares.
Durmió un mes en la calle
El viaje de Obregón y esposa fueron nueve días de viaje y dos días permanecieron retenidos por las autoridades de migración. “La verdad fue una bendición de Dios que nosotros no estuvimos tanto tiempo como otras personas han pasado”, agradece.
Al llegar, cuenta la persona que los iba a recibir en el estado de California les negó el apoyo y cuenta que tuvieron que dormir en las calles por un mes. Luego consiguió empleó en un restaurante chino por dos meses, pero Obregón nunca se imaginó que, en la ciudad de San José, en California, donde reside actualmente, se encontraría a un amigo de la infancia, a quien conoció en Nicaragua. “Yo no sabía que él estaba por estos lados y pues con él empezó todo”, cuenta.
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Obregón dice que, junto a su amigo, y la esposa de este, se arriesgaron a sacar un crédito y decidieron emprender con la venta de comida rápida. Compraron dos carritos de comida y la primera venta fue en una playa de California. Vendieron hot dog, elotes preparados (elotes locos), chicharrones preparados, refrescos naturales, frutas y sombreros, llaveros y peluches. “Ya llevo dos años y ocho meses en lo que es en la venta de comida en la calle”, dice Obregón, a quien siempre le ha gustado cocinar.
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Pronto decidieron salir a vender a otros estados del país. Asegura que han visitado alrededor de nueve estados y se movilizan vía terrestre siempre y cuando el viaje, hospedaje y las ventas les sea rentable. “Fuimos al estado de Nevada y ahí fue donde encontramos otro lugar; y comenzamos a vender en las calles con los carritos pequeños y ahí solo vendíamos hot dogs afuera de las discos”, cuenta el nicaragüense, quien asegura que tienen un permiso para vender comida.
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Además de vender los hot dog, Obregón trabaja en el detallado de autos, que se enfoca en la limpieza y restauración de golpes estéticos. Lo hace en la ciudad donde reside, de lunes a miércoles.
Recientemente medios de comunicación como Univisión, Telemundo y El Imparcial entrevistaron a Obregón y asegura que eso le ha permitido aumentar sus ventas e incluso que lo contraten para eventos privados, como bautizos y bodas. “Me ha servido de mucho porque sí hemos tenido un rating con las personas, incluso a partir de esa entrevista han ido aumentado los eventos que tengo”, cuenta.