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Caída del PIB

Ortega expulsa a los nicaragüenses y sobrevive por sus remesas

Análisis económico de Manuel Orozco, director de Migración y Remesas de Diálogo Interamericano, muestra cómo la dictadura se aprovecha de nicaragüenses aún después de que los ha obligado a salir del país

Cuando se corre el velo del discurso triunfalista con el que el régimen presenta un cuadro de bonanza económica, la realidad se muestra en cifras, en la desaceleración de algunas actividades y la caída de otras. La dictadura se ha visto forzada a recortar la meta de crecimiento. En sus propios pronósticos ya no espera que el PIB crezca entre 3 y 4 por ciento, sino entre 2.5 y 3.5 por ciento, pues dos de los tres motores ―las exportaciones y la inversión extranjera― se acercan al terreno negativo.

Todo esto agudiza la dependencia de las remesas para el crecimiento económico. El dinero que envían a sus familiares los nicaragüenses que la dictadura de Daniel Ortega ha empujado al exilio está, como un mal chiste, oxigenándola. Y aunque la economía todavía no está en crisis, la situación demuestra que la informalidad laboral sigue creciendo y que el incentivo para la inversión privada es prácticamente cero.

El director de Migración y Remesas de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, en el estudio Indicadores sobre la situación económica nicaragüense en 2023: factores de dependencia y opciones de presión, detalla que este año el monto total de las remesas rozará los 5 mil millones de dólares. Esto provocará que a nivel macroeconómico la dependencia de las remesas supere el 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Mientras que a nivel micro, un millón de hogares nicaragüenses recibiría estos recursos.

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Remesas oxigenan a Ortega

De acuerdo con los reportes del Banco Central de Nicaragua (BCN), en el primer cuatrimestre de 2023 llegaron al país 1,394.6 millones de dólares en remesas, 60.9 por ciento más que en el mismo período del año pasado. En todo el 2022 el país captó 3,224.9 millones de dólares en remesas, de los cuales, el 76.6 por ciento proviene de los nicaragüenses que han migrado a Estados Unidos.

Lamentablemente las remesas familiares están oxigenando económicamente a un régimen que mata, encarcela, amedrenta y expulsa a sus ciudadanos. Sin migración y remesas familiares, los otros indicadores son recesivos: no hay inversión privada, hay poco acceso al crédito, no hay aumento en el consumo, el trabajo informal aumenta, el endeudamiento y pagos de deuda aumentan, los impuestos crecen, pero el gasto no. Mientras tanto, el régimen sigue preservando su élite en el poder”, dice el estudio del analista de Diálogo Interamericano.

Según Orozco, en 2023 la economía de Nicaragua tendrá nuevamente un crecimiento mediocre del 3 por ciento, que de no ser por la migración masiva y el flujo creciente de remesas provocaría un estado visible de desprotección y desamparo para las grandes mayorías del país.

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Preservar el círculo de poder

A criterio de Orozco, esto refleja que la política económica del régimen está enfocada en preservar el círculo de poder mediante el gasto estatal austero, con inversión solo en seguridad y no en política social. Mientras tanto, crece la expulsión masiva de personas, la extorsión a las empresas y la exclusión social, como método rentista del Estado, sin invertir en el crecimiento económico. Esta política responde a un modelo económico que se basa en tres pilares:

1. Informalidad económica excluida del sistema.
2. Una economía de enclave oligopólico, con empresas de Zona Franca, exportación de oro y turismo, administrado por menos de trescientas empresas.
3. Un factor económico social invisible, la emigración, que sustenta a sus familias con remesas.

Orozco considera que Daniel Ortega y Rosario Murillo diseñaron un método económico para el resguardo del círculo de poder, orientado en la estabilidad del sector externo, el endeudamiento y el aumento en la recaudación tributaria sin inversión social.

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Exportaciones ralentizadas

“El sistema político fomenta la salida masiva de gente para que envíe remesas; y se aprovecha de forma ventajosa de los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos (DR-Cafta) y la Unión Europea (AdA), para generar actividad económica en enclaves poco ligados a las cadenas de valor al interior, generando una base mínima de trabajadores que devengan salarios y generan impuestos de renta al empleo, mientras viola los derechos laborales de estos mismos trabajadores”, señala Orozco.

El comercio exterior también está creciendo a menor ritmo que el año pasado. Orozco calcula que las exportaciones cerrarán en 2023 con un crecimiento por el orden del 8 por ciento. Es decir, la mitad de lo que crecieron en 2022 (ver gráfico C2). Mientras tanto, el presidente del BCN, Ovidio Reyes, se aferra a esperar que las exportaciones globales continúen creciendo, para que dinamicen las locales.

En finanzas públicas, el gasto del Gobierno central en educación o salud, como porcentaje del ingreso nacional creció de 11 por ciento a 15 por ciento del PIB entre 2018 y 2023 (ver gráfico C3). Pero durante el mismo periodo, la recolección de impuestos como proporción del PIB pasó de 16 por ciento a 24 por ciento. Y la inversión pública se duplicó, al pasar de 5 por ciento a 10 por ciento, financiada por impuestos y endeudamiento externo. El 70 por ciento de esta inversión va hacia obras públicas y seguridad para alimentar el clientelismo político de Ortega, detalla el estudio de Orozco.

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En cinco años ha salido el 11 por ciento de la población

“Si el gasto social no aumenta, la tributación explota a los empresarios y las exportaciones crecen poco. ¿Cómo se explica ese crecimiento del 3 por ciento? La respuesta está en el impacto de las remesas familiares producto de la expulsión masiva de nicaragüenses. Entre el 2018 y 2023 han salido del país 725 mil personas (ver gráfico C4). En cinco años el 11 por ciento de la población salió de Nicaragua, y básicamente el 22 por ciento de los nicaragüenses está en el exterior”, detalla el estudio de Orozco.

Asimismo señala que la razón fundamental del éxodo de los nicaragüenses no es secreto. Las razones fundamentales son: el miedo, las amenazas y la falta de oportunidades económicas sin libertad. “Dos tercios de los nicaragüenses tiene a un familiar viviendo afuera y hay cerca de un millón de hogares nicaragüenses recibiendo remesas”.

Durante el 2023 ese millón de hogares nicaragüenses recibirá al menos 5 mil millones de dólares en remesas. Es decir, prácticamente el 33 por ciento (un tercio) de la economía del país (ver gráfico C11).

“En un corto tiempo Nicaragua se convirtió en el país más dependiente de remesas (ver gráfico C12) en el continente americano. Los hogares receptores de remesas son los que consumen, los que pagan diariamente por la leche, el pan, las medicinas que uno necesita. Al menos 800 mil nicaragüenses mandan a sus familiares un promedio de 350 dólares mensuales si están en Estados Unidos y 100 dólares mensuales desde Costa Rica y Panamá”, detalla Orozco en su estudio.

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Seguirán llegando porque la familia es primero

Pero mientras a la dictadura las remesas le van a garantizar que la economía crezca, aunque sea tímidamente, del total de las familias que reciben estos recursos solo el 20 por ciento logra ahorrar unos pocos dólares. Ya que a la mayoría ese envío promedio de entre 100 y 350 dólares mensuales no les alcanza para cubrir el costo de la canasta básica que supera los 500 dólares mensuales. En junio, según el Instituto Nacional de Información al Desarrollo, su valor se ubicó en 19,503.61 córdobas.

“Los que no reciben remesas familiares la pasan peor y por eso piensan en emigrar. No sorprende que aún a pesar del limitado efecto del parole humanitario y las restricciones migratorias de Estados Unidos, la encuesta de CID-Gallup de junio 2023 mostró que el 35 por ciento de los consultados quiere irse del país. La perversidad de esta realidad se refleja en el hecho que las remesas pasaron de contribuir el seis por ciento de la renta tributaria en 2016 a 23 por ciento en 2023 (ver gráfico C1)”, dice Orozco.

Y concluye afirmando que los nicaragüenses que han migrado saben de esta perversidad, pero la familia es primero, por tanto, nadie va a sacrificar a sus hijos o padres exponiéndolos a que aguanten hambre para castigar al dictador. Por tanto las remesas seguirán llegando al país y oxigenando a la dictadura.

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COMENTARIOS

  1. Hace 10 meses

    ¿Y cual creen que es el objetivo de los gobiernos de extrema izquierda como Nicaragua, Cuba y Venezuela de crear este caos político en sus países? La respuesta es simplemente forzar a la gente a emigrar a países desarrollados para que les envíen las remesas de dinero. Matan dos pájaros de un solo tiro porque al mismo tiempo se ahorran en educación y salud pública. Los perjudicados son los pueblos de los países en los cuales esta gente emigra porque saturan las escuelas, la transportación pública y los hospitales. Estos criminales que gobiernan Nicaragua, Venezuela, Cuba y ahora Colombia se están saliendo con la suya.

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