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Se “secan en silencio” los córdobas de los trabajadores formales en Nicaragua, mientras el Gobierno no hace nada

Los números que confirman la caída de los salarios en Nicaragua frente a una canasta básica que en mayo se mantuvo por encima de los 19,200 córdobas

Los trabajadores con empleos formales en Nicaragua cada día tienen menos capacidad para comprar los 53 productos de la canasta básica. El salario de un asegurado en abril de este año solo tenía el poder de adquirir el 75 por ciento de estos bienes y servicios contemplados en la cesta, que contiene alimentos, bienes de uso del hogar y vestuario.

Hasta abril, el salario promedio de los casi 800 mil asegurados (14,349 córdobas) era capaz de comprar el 75 por ciento de los bienes de la cesta, que a mayo se ubicó en 19,214.41 córdobas, según datos del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).

En igual periodo del año pasado, la cobertura del salario promedio de los afiliados al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) era de 77 por ciento y en el 2021 cubría el 81 por ciento del costo de la cesta, lo que refleja el rápido deterioro salarial.

En el 2022, hasta el cuarto mes del año, el salario promedio de los afiliados ascendía a 13,424 córdobas y en el 2021, en similar lapso, este último ascendió a 12,087 córdobas. En tanto la canasta básica en el lapso de referencia se situó en 17,332 córdobas el año pasado y 14,957 córdobas en el año anterior, respectivamente.

La caída en la cobertura del salario del empleo formal se debe principalmente a la espiral alcista de precios que aún azota a los nicaragüenses, pese a que en el mundo esta ha dado un cierto respiro a los consumidores, mientras que el mercado local sigue sin dar tregua.

Un análisis publicado por el economista Néstor Avendaño señala: “La presión inflacionaria continúa siendo fuerte. En el país se tiene una inflación interanual bastante alta, de casi 13 por ciento de los precios de los alimentos; sin embargo, según una nota informativa de Perspectivas Alimentarias de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) del 2 de junio de 2023, su índice de precios internacionales de los alimentos disminuyó 22.1 por ciento por debajo del máximo histórico que alcanzó en marzo de 2022”.

La inflación en mayo se elevó 0.59 por ciento en Nicaragua, la segunda tasa más alta en los primeros cinco meses del año. Esto ocasionó que la inflación promedio de los últimos 12 meses se ubicara en 9.47 por ciento, bastante similar al 10.61 por ciento observado en igual periodo del año pasado, cuando la tasa inflacionaria en el mundo estaba disparada.

A criterio de Avendaño es la tasa de inflación interanual subyacente de 8.48 por ciento, “la que el Banco Central de Nicaragua (BCN) tiene que aplacar para garantizar y fortalecer la estabilidad macroeconómica, que ahora solo descansa en la estabilidad del tipo de cambio. Estimo que pasará más tiempo antes de que la tasa de inflación interanual de 8.48 por ciento se encuentre controlada”.

Indica que “la tasa de inflación ‘importada’ se ha incrustado en las estructuras de costos de producción de las actividades económicas del país, por lo cual ahora la inflación de los precios al consumidor es de base amplia y es probable que las expectativas inflacionarias subyacentes de corto plazo de los consumidores y de los productores se hayan desanclado y aumentado. Todo esto hace que el trabajo de la política monetaria sea más difícil”.

Asimismo propone que se realicen “encuestas para determinar, estabilizar y reducir las expectativas inflacionarias de corto y largo plazo de los consumidores y de los productores, cada una de ellas afectada por su experiencia recién pasada, con el propósito de orientar la política monetaria”.

Otros economistas han criticado que el régimen de Ortega continúe con su política de mantener los precios de los combustibles congelados, los cuales fueron fijados con base en un petróleo de 100 dólares en el 2022.

El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este martes con una fuerte subida del 3.4 por ciento y se situó en 69.42 dólares el barril, recuperándose de las fuertes pérdidas de la sesión anterior, informó EFE. El pasado el lunes el oro negro cerró con una fuerte caída de un 4.4 por ciento por las perspectivas negativas de la demanda.

La decisión del régimen de mantener invariables los precios de los combustibles impide que el alivio que se está recibiendo de los precios internacionales sea trasladado al transporte y por tanto a los precios de los bienes y servicios, lo que ha ocasionado que los nicaragüenses vuelvan a pagar los segundos carburantes más caros de Centroamérica.

El salario estatal se lleva la peor parte

Pero más allá de la ola inflacionaria, los salarios de los trabajadores del Estado se llevan la peor parte de esta caída gradual en la cobertura de la canasta básica.

En abril, por ejemplo, el salario de los trabajadores públicos era de 13,498 córdobas, lo que representaba en 70.25 por ciento del costo total de la canasta básica en mayo de este año. Esto comparado con el año pasado, hay una reducción, porque antes esa tasa ascendía a 73.51 por ciento.

En tanto, en el 2021 el salario del sector público era en promedio en abril de 11,814 córdobas, mientras que la canasta básica en mayo de ese año era de 14,957 córdobas, lo que equivalía a una cobertura de 79 por ciento, lo que muestra la caída drástica este año.

“En el último episodio de la inflación, como se observa en la gráfica de la página anterior, se ha mantenido alta desde el cuarto trimestre de 2021, y si las expectativas inflacionarias de corto plazo de los agentes económicos se mantuviesen elevadas, la inflación continuaría alta y afectaría a los salarios y los precios. Esto dificultaría regresar al nivel de la tasa de inflación ‘natural’ de la economía del país”, advirtió el economista Avendaño en su análisis divulgado en su blog personal.

La pérdida de cobertura de la cesta la sienten los trabajadores de empresas medianas, donde el salario promedio a marzo —el dato más actualizado del BCN— se ubicó en 11,710 córdobas, lejos de los 19,214 córdobas de la canasta registrados en mayo.

De hecho, el retroceso en la cobertura del salario se ve reflejado en los salarios reales, que muestran la verdadera capacidad de compra de estos. Hasta abril, este salario se ubicó en 4,685.1 para los asegurados, mientras que igual mes del año pasado era de 4,800.7 córdobas.

Y finalmente, el salario real de los trabajadores públicos era de 4,557 córdobas el año pasado hasta el cierre del primer cuatrimestre, pero este año cayó a 4,407.1 córdobas.

Igual situación ocurre con los trabajadores de empresas medianas encuestadas por el Ministerio del Trabajo. En el 2022 este salario real ascendía a 4,028.6 a marzo, mientras que en igual mes de este año retrocedió a 3,840 córdobas.

Cabe mencionar que los mayores golpes de esta caída en la cobertura salarial de la canasta básica se están sintiendo en los empleos informales, donde los salarios son más bajos, incluso inferiores al salario mínimo, lo que refleja el nivel de asfixia de la ola alcista, que hasta ahora no ha podido ser amortiguada por el régimen de Ortega.

Economía canasta básica archivo

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