CONTENIDO EXCLUSIVO.
Casi dos años después de anunciar que la planta instalada en Puerto Sandino estaba en etapa de prueba y lista para generar energía con gas natural, el proyecto entró en un receso que algunos temen lo mande a la lista de fracasos de Daniel Ortega. Hasta ahora, la empresa New Fortress Energy no justificó el retraso, solo lo alargó hasta 2024.
Mientras tanto, a nivel local algunos empresarios lo atribuyen a la volatilidad del precio del gas natural provocada por la invasión rusa a Ucrania, pero también lo relacionan con las sanciones que Estados Unidos impuso a funcionarios del sector eléctrico que eran contraparte local del proyecto.
“En el mes de septiembre empezamos las pruebas de las turbinas… Nosotros esperamos empezar operaciones ahora a finales de octubre o principios de noviembre de este año”, aseguró el 5 de octubre de 2021 el gerente del proyecto Winnie Irizarry. Estas declaraciones las brindó a un grupo de periodistas oficialistas que visitaron el proyecto, que en ese momento tenía el 85 por ciento de avance.
Cuarenta días después que Irizarry ofreció estas declaraciones, el 15 de noviembre de 2021, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a nueve funcionarios nicaragüenses, entre ellos tres que figuraban como contraparte local del proyecto. Los sancionados fueron: el titular del Ministerio de Energía y Minas (MEM), Salvador Mansell; el director del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), José Antonio Castañeda, y el gerente del Despacho de Carga de la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), Rodolfo López.
Lea también: ¿Afectarán las sanciones internacionales los negocios de Ortega en el sector de energía?
¿Sanciones paralizaron proyecto?
A criterio de empresarios vinculados al sector, que piden anonimato, estas sanciones podrían haber paralizado el proyecto, ya que incluso supieron que la empresa retiró equipos que ya había instalado. Esto habría provocado que la instalación de la planta no se concretara y con ello, el retraso en el inicio de sus operaciones. “Creo que esa planta no va a trabajar nunca. La planta nunca se terminó de instalar”, asegura un empresario que solicita anonimato.
Por ser una empresa que cotiza en la Bolsa de Valores, New Fortress Energy entrega informes periódicos. En uno de los más recientes, sin explicar el motivo de la demora en el inicio de sus operaciones en Nicaragua, anuncia que esperan “optimizar sus operaciones en Nicaragua en 2024”.
Este, volvió a expresar su inquietud por las sanciones que Estados Unidos y Europa impusieron a funcionarios de Nicaragua, y explica que si alguna de sus contrapartes es sancionada, pueden enfrentar, desde la suspensión temporal o definitiva del proyecto, hasta la pérdida de la inversión, que en Nicaragua es de 700 millones de dólares.
En el documento explica que están desarrollando una infraestructura en altamar que incluye tuberías y otras accesiones. Esta infraestructura garantizaría el suministro de gas necesario para que la planta instalada en Puerto Sandino pueda cumplir con el acuerdo de compra de energía por 25 años que firmaron con las autoridades nicaragüenses. “Estamos evaluando soluciones para optimizar la eficiencia de generación de energía y permitir capacidad eléctrica adicional en un mercado desatendido. Esperamos completar esta optimización en 2024”, dice el informe.
Puede leer también: New Fortress, la planta de gas que promueve Ortega, teme que las sanciones de EE. UU. dañen sus operaciones en Nicaragua
Sanciones a la contraparte tiene consecuencias
También explica que la empresa debe cumplir con las leyes de sanciones comerciales y económicas, incluidas las Regulaciones de la Administración de Exportaciones del Departamento de Comercio de Estados Unidos y las regulaciones de sanciones económicas y comerciales de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Y menciona, entre varios ejemplos, que en 2018 Estados Unidos aprobó una ley para restringir la ayuda a Nicaragua, y entre 2018 y 2022 Estados Unidos y Europa impusieron una serie de sanciones contra entidades e individuos vinculados con el Gobierno de Nicaragua. “Aunque tomamos precauciones para cumplir con todas esas leyes y reglamentos, las violaciones de las leyes y reglamentos gubernamentales de control de exportaciones y sanciones económicas podrían tener consecuencias negativas para nosotros”, señala el documento.
Además, detalla que las consecuencias que pueden enfrentar son investigaciones, sanciones, multas o sanciones penales o civiles, requisitos de cumplimiento más onerosos, pérdida de autorizaciones, daños a la reputación y otras consecuencias adversas. “Si alguna de nuestras contrapartes está sujeta a sanciones como resultado de estas leyes y reglamentos, cambios a los mismos o de otro modo, podemos enfrentar una variedad de problemas, que incluyen, entre otros: tener que suspender nuestro desarrollo u operaciones en forma temporal o permanente; no poder recuperar el tiempo y el capital invertidos anteriormente; o estar sujeto a juicios, o investigaciones o regulaciones”.
Otro tema relacionado: ¿Se pagará el gas natural de New Fortress Energy como si generación es a base de fuel oil? Así afectaría a los nicaragüenses
El MEM tiene otra versión
Por su parte, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) publicó recientemente en su sitio web un informe en el que no se refiere al retraso en el inicio de las operaciones de la planta que anunciaron como uno de los mayores éxitos en el campo de la atracción de inversiones. El informe solamente detalla que “en el año 2023 entrará en operación la planta Central Puerto Sandino de 300 MW de potencia utilizando gas natural como combustible”.
Por su parte, otro empresario vinculado al sector eléctrico que también pide anonimato considera que la principal razón del retraso es el alza del precio del gas que se registró entre 2021 y 2022, y considera prematuro dar por cancelado el proyecto. “Lo que entiendo es que con el precio del gas (en ese momento) no resultaba generar a la tarifa que asumo que estaba negociada”, dice el empresario.
Además explica que el principal giro de la empresa New Fortress Energy es vender gas y con los precios tan altos le resultaba más rentable venderlo. “Su primera inversión en generación de energía entiendo que era Nicaragua. El precio del gas se disparó internacionalmente en el 2022 con la guerra de Ucrania y si bien ha bajado con la desaceleración de la economía mundial, se espera que vuelva a subir. La empresa podía hacer mucho más utilidades vendiendo gas internacionalmente que es su negocio principal, que generando en Nicaragua posiblemente con pérdidas”, explica el empresario.
Él considera que el problema del precio estuvo detrás de la decisión de no iniciar operaciones y desconoce que si ante el nuevo panorama del precio del gas, la empresa completó la instalación de la planta.
También puede leer: Aspectos que preocupan de la Ley Especial para la generación de energía eléctrica a base de gas natural en Nicaragua
Volatilidad del precio del gas
Esta semana la Administración de la Información de Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), informó durante el primer semestre de 2023 en ese país que los precios del gas natural se redujeron en 62 por ciento, con respecto al mismo lapso de 2022. El descenso fue provocado por “el clima invernal templado, la producción récord y los inventarios superiores al promedio”. El clima más cálido provocó un menor uso de la calefacción, además la producción se incrementó.
Mientras tanto, en Europa reportan que el precio del gas natural volvió a caer a su nivel más bajo desde julio de 2021. Pasó de “máximo de 340 euros por megavatio hora en contratos TTF a un mes el 26 de agosto a una media de 36 euros en los últimos días”. Atribuyen esta caída a una combinación de factores, entre los que destacan el descenso significativo de la demanda en Europa y el alto nivel de reservas.
No obstante, admiten que la situación del clima y de la invasión rusa a Ucrania pueden incidir en otra alza. “La Agencia Internacional de la Energía considera que la mejora de las perspectivas de los mercados del gas en 2023 no es una garantía contra la volatilidad futura. Una disminución de la oferta global de gas natural, factores meteorológicos desfavorables (un verano seco, un cuarto trimestre de 2023 más frío que la media) o una nueva disminución de las entregas de los gasoductos rusos podrían ejercer una mayor presión sobre el equilibrio energético europeo”, anunció la agencia.