Samantha Jirón estaba sorprendida cuando sus custodias le llevaron el libro El prisionero del cielo, del autor Carlos Ruiz Zafón. La trama de este libro es la historia de un preso político en las mazmorras del régimen dictatorial español de Francisco Franco (1939-1975). En el libro se narran brutales vulneraciones a los derechos de los disidentes del franquismo.
“Dejaron pasar El prisionero del cielo porque era un libro delgado, y no dejaron pasar el otro porque era un libro grande. Esto porque yo sufría por los libros, sabía que el pequeño lo podía leer rápido… porque así podía pasar más horas leyendo. Este libro habla de la cárcel de Montjuïc, Barcelona, donde estaban los presos políticos. Yo estaba sorprendida, porque el odio les nublaba la vista”, recordó Jirón.
Samantha Jirón y Evelyn Pinto son ex presas políticas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Ambas fueron detenidas previo a las elecciones presidenciales de 2021, y permanecieron más de un año en las celdas de la Cárcel para Mujeres La Esperanza, ubicada en Tipitapa. Ellas forman parte del grupo de 222 presos políticos que fueron expatriados y desterrados el pasado mes de febrero.
Su mayor placer de cuando estuvieron en la cárcel fue haber leído. Son unas apasionadas por la literatura y la lectura, por lo que tener libros entre sus manos en las condiciones de vulneración que se encontraban les ayudaba a sobrellevar la situación.
A ellas les supervisaban los libros que leerían, pero al menos podían leer. Pero en el caso de quienes estuvieron y están en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote, no les permiten ni una Biblia y cuando empezaron a leer las etiquetas de la paquetería, como las que vienen en las botellas de agua y jugos, se las quitaban antes de entregárselas.
“Se mantiene la política de no ingreso de material de lectura y escritura, llegando al extremo, en algunos casos, de quitar las etiquetas de los alimentos para que no puedan leer absolutamente nada”, denunciaron los familiares de los privados de libertad en julio de 2022.
Restricciones
En La Esperanza, luego de más de medio año de lucha por parte de los familiares de las privadas de libertad, consiguieron el acceso a dos libros por mes para cada una de las prisioneras.
“Pasé ocho meses peleando para que me prestaran un libro de la biblioteca. Luego nos dijeron que nuestras familias podían llevarnos dos libros por mes, los cuales no tenían que hablar ni de política ni de psicología, además que ellos los tenían que aprobar”, relató Jirón.
Se suponía que estos libros tenían que pasar por las autoridades del penal para que determinaran que no contenía material que ofendiera a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo; que los libros no llevaran dedicatorias ni notas. Los libros les eran entregados entre 15 o 20 días posteriores a haber sido llevados al centro penitenciario porque eran examinados por la reeducadora de las ex reas y por el alcaide de la prisión.
Jirón relató que fácilmente identificaron que este era el punto débil de las reas porque no les entregaban los dos libros, los tenían más del tiempo necesario en revisión, eran regresados a la familia y alguno de ellos se perdieron en el penal.
“Es muy difícil que un libro no te hable de algo social o político. Todas las historias tienen en cierto modo un componente político, incluso que sea de fantasía. Mi mamá no sabía qué podía llevarme para que no se ofendieran”, afirmó Samantha Jirón. Además, no permitieron la entrada de algunos de los libros porque tenían breves dedicatorias.
Lista de libros que no dejaron pasar. Compartida por Evelyn Pinto
- La bailarina de Auschwitz, de Edith Eger
- Los miserables, de Víctor Hugo
- Arráncame la vida, de Ángeles Mastretta
- Violeta, de Isabel Allende
- La isla bajo el mar, de Isabel Allende
- Los pacientes del Dr. García, de Almudena Grandes
- El laberinto de los espíritus, Carlos Ruiz Zafón
Tiempo después, las reas tuvieron acceso a la biblioteca que se encontraba en el penal, aunque tenían que ser supervisadas para que no escogieran libros “peligrosos” para ellas. Samantha Jirón no podría creer que la carcelera le escogiera los temas de los libros a los que podía tener acceso, “no importa lo que ustedes me manden a leer, mi pensamiento no va a cambiar. Yo voy a seguir siendo la misma Samantha”, encaró al ex rea.
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Pasión por la lectura
La defensora de derechos humanos, Evelyn Pinto, es una mujer apasionada por la lectura desde su juventud. Señaló que uno debe sacar lecciones positivas de las experiencias negativas, recordó que mientras estuvo detenida se repetía en su mente la palabra resiliencia, para poder sobrevivir a esa etapa.
Aprovechó su tiempo en las cárceles del régimen para volver a conectar con su pasión; Pinto tenía un diario donde anotaba los títulos de los libros que había podido leer, además de extraer fragmentos y citas de estos.
Libros leídos durante la prisión en La Esperanza. Compartida por Evelyn Pinto
- De amor y de sombra, de Isabel Allende
- La ciudad de las bestias, de Isabel Allende
- El reino del dragón de oro, de Isabel Allende
- El bosque de los pigmeos, que es parte de la Trilogía El águila y el jaguar, de Isabel Allende.
- Camino a Macondo, Gabriel García Márquez
- Vivir para contarlo, Gabriel García Márquez
- Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
- El patio de los círculos, Jaime Homar
- Retrato en sepia, de Isabel Allende
- Delirio, de Laura Restrepo
- La sombra de la sirena, de Camilla Läckberg
- El juego del ángel, de Carlos Ruiz Zafón
- La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón
- La princesa de hielo, de Camilla Läckberg
- El prisionero del cielo, de Carlos Ruiz Zafón
- Las hijas del frío, de Camilla Läckberg
- La trilogía de la niebla, de Carlos Ruiz Zafón
- Los pilares de la tierra, de Ken Follett
- La ladrona de libros, de Markus Zusak
- La máscara del zorro, de Isabel Allende
- El año que te conocí, de Xecilia Ahern
- Compendio: Historias de mis libros Rubén Darío, El viaje a Nicaragua, Intermezzo Tropical.
- Ángeles y demonios, de Dan Brown
- Azul y Cantos de vida y esperanza, de Rubén Darío
- El símbolo perdido, de Dan Brown
- Magdalena, el último tabú del cristianismo, de Juan Arias
- El reino animal, de Sergio Ramírez
- El Tercer gemelo, de Kent Follett
- El Anatomista, de Federico Andahazi
- Un baile de máscaras, de Sergio Ramírez
- Largo pétalo de mar, de Isabel Allende
- Las 24 horas de La Pasión de Cristo, de Luisa Piccarreta
- La casa de las siete urracas, de Victoria Holt
- Escándalo de miel, de Gioconda Belli
- Mujeres que cuentan, de varias autoras.
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Huelgas de hambre por libros
En agosto de 2022 algunos de los privados de libertad iniciaron una huelga de hambre para demandar, entre otras cosas, el acceso a material de lectura. Desde el inicio de la crisis sociopolítica el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo impidió acceso a material a lectura a sus mazmorras con el fin de impedir algún tipo de recreación para los privados de libertad.
Mónica Baltodano, ex rea política en los tiempos del somocismo, afirmó que “este régimen es más brutal que la dictadura de Somoza”, agregando que este nunca impidió que recibieran comida ni libros.
Los disidentes del régimen dicen que este comportamiento es estrategia para quebrantar la voluntad de los reos de conciencia que mantienen en las celdas. Esto es una violación directa a las reglas mínimas para el tratamiento de reclusos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), conocidas como “reglas Nelson Mandela”. En estas se indican que el recluso debe informarse periódicamente, además que su derecho a tener acceso a una biblioteca con libros “instrusivos y recreativos”.