El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) está en “crisis institucional” por la exigencia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de otorgar a Rusia —gobernada por Vladímir Putin, quien mantiene una invasión en Ucrania— el estatus de país observador dentro del organismo regional, afirman expertos en el tema.
Recientemente, Ortega acusó públicamente a Belice y Guatemala de bloquear la incorporación de Rusia en el SICA, y en su lugar exigió que se expulsara a Taiwán por considerarla una “base militar de Estados Unidos”. Dos días después, tras una reunión virtual que sostuvieron los cancilleres de los Estados miembros del SICA, el canciller nicaragüense Denis Moncada dijo que Costa Rica y Guatemala plantearon a la Secretaría General del organismo posponer el proceso de la admisión de Rusia.
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LA PRENSA intentó conocer la postura de Costa Rica a través del canciller André Tinoco, sin embargo no respondió a nuestras llamadas ni mensajes, argumentando que se encontraba en una reunión. Por su parte, Guatemala, a través de un comunicado, indicó que el rechazo de que Rusia ingrese al organismo obedece a la invasión unilateral que mantiene desde hace 14 meses en Ucrania.
El gobierno de Alejandro Giammattei considera “lesiva” la participación de la nación que gobierna Putin, quien tiene una orden de captura girada por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra.
Dos expertos costarricenses valoran que la crisis obedece a la división geopolítica que se está experimentando en todo el mundo con relación a la guerra entre Moscú y Kiev, capital de Ucrania, gobernada por Volodímir Zelensky.
En crisis institucional
El experto en derecho internacional, temas de integración y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), Carlos Murillo Zamora, explica a LA PRENSA que el SICA está atravesando una crisis o problema institucional que en el organismo regional a diferencia de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) “se ha agravado por la falta del secretario general”.
Lo mencionado por Murillo Zamora fue el impasse que tuvo el organismo regional por más de un año ante la falta de consenso que había entre los Estados miembros para elegir a uno de los candidatos que en ese momento presentó Nicaragua, de acuerdo con la rotación establecida en un Acuerdo. Finalmente, se eligió en agosto de 2022, a Warner Vargas.
“Una vez que se resuelve eso (el impasse), llega un secretario con escasa legitimidad por haber sido prácticamente impuesto por Managua, entonces eso hace que la capacidad de liderazgo del actual secretario sea muy débil porque está sujeta a las decisiones de Managua”, valora Murillo Zamora.
En esa misma línea, Carlos Cascante Segura, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), opina que lo que ocurre en el SICA refleja la “división geopolítica que experimenta el mundo”, donde hay países que se han acercado a la postura estadounidense respecto a la guerra en Ucrania, y otros a la postura rusa o se mantienen en una posición neutra.
Falta de consenso entre los gobiernos
El artículo 14 del Protocolo de Tegucigalpa con el cual se rige el organismo regional establece que “sus decisiones se adoptarán por consenso”.
En ese sentido, Murillo Zamora comenta que en la actualidad la relación entre gobernantes en Centroamérica —aunque no es la primera vez que ocurre, ha sido así en algunos momentos de la historia de integración— pasa por “un plano de debilidad” debido a que “prácticamente no hay comunicación entre los gobernantes, incluso ni entre los cancilleres para tomar decisiones, entonces es un momento de crisis de la institucionalidad del SICA”.
Por ello no duda que la insistencia de Managua de incorporar a la fuerza a Rusia en el SICA “está provocando divisiones que no se manifiestan con claridad por parte de los gobernantes centroamericanos, pero sin duda en voz muy baja está claro que algunos países no están de acuerdo con incorporarlo porque entrarían en contradicción con las declaraciones que han dado con el rechazo de la invasión de Rusia a Ucrania”.
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Asimismo considera que en estos momentos, además de la crisis de diálogo y comunicación entre mandatarios “hay un período de división entre los gobiernos centroamericanos y la intensa presión que ejerce el régimen de Daniel Ortega para forzar a los países centroamericanos a aceptar las decisiones de Managua y si no amenazar con cierre de fronteras, o con otras medidas, hay un momento muy crítico”.
Cascante Segura expresa que en términos políticos “va a ser más difícil la cooperación entre ellos para avanzar, pero lo técnico no necesariamente tiene que verse afectado, porque hay un montón de agencias que seguirán funcionando más allá de la decisión puntual sobre si se admite o no a Rusia como observador o el otro gran punto si Taiwán debe dejar de ser observador en el SICA”.
Admisión de Rusia en espera
Según la información del SICA, la solicitud para que Rusia se convirtiera en un país observador en el organismo regional fue presentada el 13 de diciembre de 2018, junto con las solicitudes de Canadá, Chile, Suecia, que a diferencia de Moscú ya fueron admitidos.
Sobre qué pasa o pasaría con la admisión de Rusia como país observador del SICA, los expertos coinciden en remarcar que se mantiene en “espera”, no obstante, no avizoran una aprobación.
“Hay que recordar que todas las decisiones en el caso del SICA se toman por consenso, si no se manifiesta la aceptación no va a proceder la incorporación de Rusia y eso lo que va a venir a profundizar la división que hay en el caso centroamericano, es un momento muy complejo y no dudo que Ortega no va a ceder en esa situación porque prefiere tener paralizado al SICA y tener contento a su principal aliado que es Rusia”, dice Murillo Zamora.
Mientras que Cascante Segura sostiene que por el momento lo de Rusia “queda en un punto muerto, y creo que los Estados seguirán debatiendo el punto sin lograr llegar a un acuerdo consistente”.