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CONTENIDO EXCLUSIVO.A casi un año de que el régimen congeló el precio de los combustibles y del gas butano para cocinar, y estableció una política de subsidio que financió el BCIE, los nicaragüenses siguen pagando el segundo precio más alto de la región por las gasolinas y el diésel.
Y aunque a criterio de especialistas, en aquel momento congelar los precios fue positivo, actualmente eso provoca que tengan un sobreprecio de entre cuatro y veinte centavos de dólar por galón. Esto afecta particularmente a las gasolinas y es resultado de una decisión de Daniel Ortega, que de momento no muestra indicios de cambio, pese a que en sus repetitivos comunicados de los viernes aduce que está preocupado por el bienestar del bolsillo de los nicaragüenses.
“Ese sobreprecio es técnicamente demostrable, las gasolinas tienen sobreprecio y puede estar provocado por varias razones. Una puede ser la inflación, pero también puede ser que están preparando una previsión para los próximos meses”, dice el especialista que por razones de seguridad solicita no revelar su nombre.
Es decir, que el sobreprecio estaría sirviendo para crear un colchón con el que puedan compensar futuros incrementos. Pero también puede usarse para beneficiar a determinados sectores. Por ejemplo, exonerar a un inversionista el impuesto del combustible y tener cómo compensar ese beneficio. También beneficiar a las instituciones del Estado.
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Consumidores de gasolina subsidian a los de diésel
El especialista descarta que el sobreprecio esté relacionado con la deuda que generó el crédito que recibió el país de parte del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para subsidiar el precio de los combustibles. Deuda de la que hasta ahora no se conoce cuál es el monto que se ha ido abonando y lo entregado hasta lo que va del 2023. Únicamente se dieron detalles de los primeros desembolsos.
Esta política podría incluso explicar por qué el precio del diésel está más apegado a los precios internacionales, ya que es el combustible de mayor uso en el país, incluso por las instituciones estatales. En cambio, las gasolinas las consume la clase media y alta, que se ubicarían como los mayores perdedores por la política de Ortega.
“De alguna manera se puede decir que los consumidores de gasolina están subsidiando a los de diésel y a las instituciones estatales”, señala el especialista.
El crédito del BCIE
También explica que en los primeros meses de 2023, el precio internacional del diésel bajó, entonces ya no requiere subsidio. Pero al momento de hacer las comparaciones el precio local del diésel está muy cercano al nivel del internacional. Ya que solo registra un sobreprecio de cuatro centavos de dólar por galón.
El pasado 20 de enero, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) informó que de los 200 millones de dólares que se le aprobó al gobierno de Daniel Ortega para el Programa Temporal de Apoyo ante la Crisis de los Combustibles, 45 millones de dólares ya fueron desembolsados al 31 de diciembre.
Y aunque el BCIE asegura que solo se han desembolsado 45 millones de dólares, en el proyecto de reforma al Presupuesto General de la República que Hacienda envió en diciembre pasado a la Asamblea Nacional se menciona que el subsidio a los combustibles (gasolina y diésel) tiene un costo de 3,942.7 millones de córdobas, que cubren desde marzo hasta la fecha. Estos equivalen a un poco más de 109 millones de dólares y provenían de recursos propios, es decir de los impuestos.
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En su momento fue bueno congelar el precio
La situación de las gasolinas es opuesta a la del diésel. El año pasado las rebajas que registró el precio de la gasolina súper y regular provocó que desde agosto ya no necesitaran del subsidio. Desde entonces se comenzaron a vender al precio real de mercado y actualmente ya registran un sobreprecio de hasta veinte centavos de dólar por galón.
En 2022, cuando congelaron el precio de los combustibles, el precio del petróleo West Texas Intermediate (WIT), que sirve de referencia para Nicaragua, rondaba los 96.05 dólares por barril. Mientras que el precio internacional Golfo del diésel estaba en 3.45 dólares por galón y la gasolina regular en 3.02 por galón. El 22 de marzo el precio de WTI cerró en 70.90 dólares por barril, un producto que también se ha movido la semana pasada a menos de ese precio de ayer.
Según el especialista, la decisión de congelar el precio de los combustibles y aplicar la política de subsidio en su momento fue buena. En marzo del 2022, antes de que el Instituto Nicaragüense de Energía (INE) interviniera para regular los precios, “el país tenía los precios promedio de venta más altos de Centroamérica para la gasolina súper, la regular y el diésel”, señala.
Sobreprecio de la gasolina ahora es superior
En ese momento al comparar los precios de Nicaragua con los de El Salvador, país que tiene logística y calidad similares a la local, el precio promedio de venta de la gasolina regular era de 55 centavos de dólar por galón, más caro que en el vecino país y el diésel 34 centavos más caro.
Pero actualmente, cuando los precios internacionales se han movido y en Nicaragua sigue congelado, el precio promedio de la gasolina regular es 83 centavos de dólar por galón, más alto que en El Salvador. Y el del diésel es 11 centavos más caro. Es decir, que el sobreprecio para la gasolina regular ahora es mayor que en 2022.
Producto de esta política que ya no tiene razón de ser, entre enero y marzo de 2023 Nicaragua mantuvo los precios promedio de venta más altos de Centroamérica para la gasolina súper y la regular. Mientras que Honduras, que es el único país que sigue subsidiando los precios, registró los más bajos para la gasolina regular y el diésel”, dice el especialista.