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Ortega obliga a los nicaragüenses a pagar combustibles caros, con un petróleo a US$75

Reporte regional confirma que el régimen de Ortega ya no subsidia los precios de los combustibles. Además se revela una asignación poco clara sobre el fondo del BCIE

El régimen de Daniel Ortega continúa obligando a los nicaragüenses a pagar uno de los combustibles más caros de Centroamérica, pese a que a nivel regional estos han experimentado reducción en sus precios, en línea con la caída del petróleo desde abril de este año y pese a que apenas se ha tocado el préstamo de 200 millones de dólares que otorgó el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para este fin.

El informe de ejecución presupuestaria del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) refleja que hasta septiembre, de los 200 millones de dólares que el BCIE aprobó a Nicaragua, solo se habían desembolsado 2.2 millones de córdobas, es decir, alrededor de 61,000 dólares.

Dicho monto forma parte de los 6,279.3 millones de córdobas en desembolsos que se obtuvieron a septiembre de este año. Del total de esos recursos, 2,296.6 millones de córdobas se le dieron a Hacienda para la ejecución.

En el informe presupuestario se menciona que de los fondos destinados a Hacienda, 1,205.1 millones provienen del Banco Centroamericano de Integración Económica, de los que “1,202.9 millones tienen su origen en el contrato No. 2263, Programa Multisectorial para la reactivación económica y la protección social (NIC-SOLIDARIA) y 2.2 millones del convenio No. 2298, Programa Temporal de Apoyo ante la Crisis de los combustibles en Nicaragua”.

No obstante, en el proyecto de reforma al Presupuesto General de la República que Hacienda envió la semana pasada a la Asamblea Nacional, se menciona que el subsidio a los combustibles (gasolina y diésel) tiene un costo de 3,942.7 millones de córdobas, que cubren desde marzo hasta la fecha. Estos equivalen a un poco más de 109 millones de dólares.

Sin embargo, en el aumento de las asignaciones por ministerios se muestra que a Hacienda no se le dieron esos 3,900 millones de córdobas de ejecución del programa de subsidio a los combustibles, pero aparece una partida de 5,754 millones de córdobas para el Ministerio de Energía y Minas en concepto de “subsidios originados por políticas de Gobierno”, pero tiene como fuente de financiamiento “Rentas del Tesoro”, que suelen ser fondos propios: impuestos.

Los números muestran que tampoco el régimen está compensando las semanas congeladas de los combustibles vía alivio de impuesto, porque los ingresos por Impuesto Específico Conglobado a los Combustibles (IECC) están aumentando.

Entre enero y septiembre el IECC ha aportado 5,182.1 millones de córdobas, por encima de los 4,747.2 millones de córdobas que se tenían planificado inicialmente. En el proyecto presupuestario, la meta se elevó a 6,304.6 millones de córdobas.

Reporte regional: Nicaragua no da más subsidios

Y mientras no hay claridad de qué entidad está ejecutando los fondos del BCIE para el subsidio de los combustibles, el régimen se ha empecinado en mantener los combustibles congelados, a pesar que desde junio estos han dado un cierto respiro a nivel internacional pero que no ha sido transferido a los consumidores finales. Mientras que en Centroamérica, donde también hay política de subsidio, los gobiernos han decidido trasladar las bajas a los precios finales.

Por ejemplo, el informe semanal del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC), correspondiente a la primera semana de diciembre, muestra que a nivel de la región entre el 4 y 10 de diciembre se observó “una tendencia a la baja en la mayoría de los países”.

Una tendencia que incluso se observó esta semana donde se anunciaron bajas de precios en Honduras, Guatemala y El Salvador. La reducción de precios de los combustibles en estos países ocurre en consonancia con la caída del precio del petróleo WTI en Nueva York, que es la referencia de Nicaragua.

El principal argumento del régimen de Ortega de mantener congelados los precios desde abril hasta la fecha es la aplicación de un supuesto subsidio, sin embargo, el reporte del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC), que es parte del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), indica en su reporte que actualmente solo Panamá y El Salvador aplican algún tipo de subsidio a las gasolinas.

En abril, cuando en Nicaragua el régimen de Ortega anunció el congelamiento de los precios de los combustibles, el WTI llegó a alcanzar un máximo de 108 dólares el barril, cuyo precio empezó a descender gradualmente a medida que los mercados ganaron certidumbre, al punto que el mismo, en todo noviembre y lo que va de diciembre, no ha superado los 90 dólares.

Este martes, el WTI cerró en 75.20 dólares, 30.37 por ciento más barato que en abril, mientras los consumidores nicaragüenses siguen pagando precios de los combustibles equivalentes a un petróleo de 100 dólares.

La política de subsidio del régimen había permitido a los nicaragüenses un cierto respiro que incluso implicó que los precios, tras años de distorsión, se acercaran a los de El Salvador, donde actualmente se mantienen como uno de los más baratos de Centroamérica.

Sin embargo, cuando los precios internacionales empezaron a bajar, Ortega decidió mantenerlos invariables, al punto que nuevamente son los segundos más caros de Centroamérica y se ensanchó la brecha con relación a los precios salvadoreños, que comparten similar logística, según especialista en hidrocarburos.

La gasolina regular más cara de CA

Por ejemplo, mientras en El Salvador el galón de gasolina súper, incluyendo impuestos, en la semana del 4 al 10 de diciembre se vendía en promedio en 4.28 dólares, en Nicaragua Ortega obligaba a los consumidores a pagar 5.12 dólares por galón.

Apenas unos centavos separaron los precios locales con los costarricenses, que son los más caros del istmo. En ese país la gasolina súper se cotizaba en la semana de referencia en 5.17 dólares, cinco centavos más que en Nicaragua, la nación más pobre de Centroamérica.

En tanto, los hondureños pagaban 4.52 dólares y los guatemaltecos 4.36 dólares. Si se incluye Panamá, ahí se vendía en 3.25 dólares.

Situación similar ocurría con la gasolina regular. Mientras en Nicaragua un galón se compra en cinco dólares, el más costoso de Centroamérica, en El Salvador se vende en 4.12 dólares, donde el Estado subsidia 0.18 dólares.

En Costa Rica, que por años ha vendido los combustibles más caros de la región, en la semana del 4 al 10 de diciembre la regular se vendía en 4.93 dólares; en Honduras 4.02 dólares; Guatemala 4.16 dólares. Si se incorpora a Panamá ahí se cotiza en 3.25 dólares.

El diésel también

Al igual que las gasolinas, los nicaragüenses están siendo obligados a pagar por el diésel más caro de Centroamérica, lo que significa un golpe para el costo de la canasta básica, cuyos productos son movidos por el transporte de carga, que consume principalmente este carburante y por tanto debe transferir ese costo a los precios del comerciante y por tanto al consumidor final.

En El Salvador un galón de diésel de cotiza en 4.11 dólares, incluyendo impuestos. En Nicaragua este producto se cotiza en 4.52 dólares, cuya carga impositiva es una de las más altas con 0.70 dólares.

En tanto, en Costa Rica se comercializa en 5.33 dólares; en Honduras y Guatemala se vende a 4.50 dólares, y en Panamá en 3.25 dólares.

Al respecto, el organismo regional aclaró que Panamá, República Dominicana y El Salvador han fijado precios topes al diésel, e indica que solo Panamá y Honduras están aplicando subsidio en este carburante.

Economía Centroamérica combustibles Nicaragua precios archivo

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