La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el brutal ataque que perpetraron colonos a la comunidad Wilu, en el territorio Mayangna Sauni As, en Bonanza, Caribe Norte de Nicaragua, y que dejó como resultado la muerte de cinco personas, incluidos mujeres y niños; y varios heridos.
El brutal ataque también alcanzó las viviendas de los indígenas, casi todas las casas del pueblo fueron quemadas, solo quedaron en pie la escuela, la iglesia y la casa pastoral, por lo que estas familias también huyeron del lugar.
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El organismo internacional demandó que el Estado de Nicaragua “debe investigar y sancionar a los responsables“; asimismo, le llamó a “adoptar medidas urgentes de atención y reparación, en consulta con la comunidad Wilu, y conforme las medidas cautelares otorgadas por la CIDH“.
Policía sin pronunciarse
El Gobierno Territorial Autónomo Mayangna Sauni As informó a través de un comunicado que había realizado “las coordinaciones pertinentes” con la Policía para la intervención, investigación y esclarecimiento del hecho, sin embargo, la institución no se ha pronunciado sobre este crimen.
De acuerdo con el reporte de un líder comunitario, las autoridades policiales mostraron escepticismo sobre si verdaderamente hubo personas fallecidas en el ataque, por las “experiencias de los hechos anteriores, cuando decían (denunciaban) eso (asesinatos) y era otra cosa”. Además, los agentes cuestionaron por qué este tipo de situación lo manejaban primeramente “otras instancias” y no ellos.
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El relato de un sobreviviente de la masacre, compartido por los líderes indígenas, señala que los atacantes llegaron al lugar y sin mediar palabras empezaron a disparar en contra de los comunitarios y a degollar a un poblador que estaba durmiendo en una hamaca. El grupo delincuencial estaba “bien equipado” con armas de guerra.
El Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indigenas (Calpi) declaró que el Estado de Nicaragua “niega” que estos actos violentos y crímenes pasen en el territorio indígena, por lo que no hay justicia para las comunidades indígenas. Por el contrario, arrestan a líderes territoriales, como ocurrió en la masacre en la comunidad Kiwakumbaih —en agosto de 2021—, donde la Policía apresó a cuatro indígenas, defensores de sus territorios, pese a que los testigos manifestaron que los culpables eran los colonos y no ellos, refirió la organización.