El cruce de miles de cubanos por Nicaragua que buscaban llegar a Estados Unidos alteró de manera significativa las estadísticas de pasajeros del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, según muestran datos del Banco Central (BCN), que finalmente actualizó a diciembre dicha información y que daría una idea clara de cuántos ciudadanos de esa isla cruzaron el territorio nacional.
Por primera vez en décadas, el Aeropuerto de Managua reportó un aumento desproporcionado de pasajeros que desembarcaron, pero que no volvieron a tomar esa misma vía para salir del país, coincidiendo con el periodo en que el régimen de Daniel Ortega anunció en noviembre del 2021 suspender el requisito de pedir a los cubanos visa de tránsito.
En noviembre del 2021, el Gobierno anunció que los cubanos podían viajar a Nicaragua sin necesidad de pedir un visado, cuya medida se adoptó supuestamente para aumentar “el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria”. Sin embargo, en su momento opositores consideraron que la decisión buscaba generar un dolor de cabeza en materia migratoria a la administración de Joe Biden por las sanciones dirigidas al orteguismo.
Eso ocasionó que durante todo el 2022 el aeropuerto reportara un ingreso de 634,800 pasajeros, dos veces más respecto al 2021, cuando llegaron al país 235,100 viajeros, lo que significó un aumento de 170 por ciento.
Los números oficiales muestran que aunque ingresaron 634,800 pasajeros, solo la mitad volvió a tomar un avión para abandonar Nicaragua (312,400), mientras que 322,400 salieron por otra ruta aún no especificada y que se podrá confirmar con el anuario estadístico del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), sobre el movimiento migratorio terrestre en la frontera norte del país.
Desde diciembre, un mes después de anunciado el libre visado, el aeropuerto —que se ha visto golpeado por la caída de viajeros desde el 2018 poniéndole presión a las finanzas de la empresa estatal—, observó un inusual aumento de pasajeros entrando por esa terminal.
En ese mes, 33,800 pasajeros ingresaron por la terminal aérea, 10 mil más respecto a noviembre del 2021, cuando se contabilizaron 23,100. Y aunque entró esa cantidad de personas, al final solo salieron por esa misma terminal 24,500. O sea 9,300 no volvieron a tomar esa terminal.
Esa fuerte distorsión a partir de noviembre del 2021, entre el número de embarcados y desembarcados, se mantuvo constante en el resto del 2022, algo no observado en años anteriores.
“Acá lo que queda claro es que el movimiento migratorio cubano a raíz del libre visado está detrás de esa alteración que vemos en los números del Gobierno, porque no se trata de que nicaragüenses estén retornado al país a establecerse, porque por el contrario, la gente se está yendo, especialmente por tierra y eso es lo que vimos en la frontera de Estados Unidos con aumento récord en la detención de nicas ese ese país”, razona un economista, quien pide no ser citado por temor a represalias.
A criterio del especialista tampoco se trataría de una recuperación del turismo internacional en Nicaragua. “Un turista internacional, incluido aquel nacional que vive en el exterior, llega al país, hace turismo y luego utiliza esa misma terminal aérea para irse de nuevo, especialmente el estadounidense”, insiste.
De hecho, el pasado 11 de noviembre una fuente especializada en temas turísticos, bajo condición de anonimato, dijo que sería interesante conocer la cantidad de vuelos chárter (operados por empresas aéreas privadas) que llegan al país, además de las aerolíneas comerciales.
“Son varios vuelos chárter que han estado llegando de Aruba, Cuba… esos vuelos en su gran mayoría son de inmigrantes, en un porcentaje menor son los que llegan a comprar al mercado Oriental como lo vienen haciendo desde antes y se regresan con las compras”, indicó.
Respecto al uso de hoteles, la fuente consideró que los migrantes cubanos no hacen uso de este tipo de alojamiento. “El sector hotelero no se ha recuperado respecto a niveles a antes de la pandemia, los migrantes y los que llegan a comprar no se quedan en los hoteles, ellos mismos han armado una red de alojamientos, es parte del mismo negocio”, refirió.
“La industria hotelera no se está beneficiando con esto”, agregó.
El pasado 31 de octubre, la empresaria turística Lucy Valenti precisamente cuestionó en su cuenta de Twitter los números del Gobierno sobre el comportamiento del sector y su supuesta recuperación, pero sin precisar cuánto de ese desempeño se debe a la oleada de migrantes de la isla.
“Sería oportuno preguntarle a Intur cuántos de los 750 mil turistas que dicen han ingresado, son inmigrantes cubanos/venezolanos de paso hacia EE.UU. Esos datos pretenden engañar. Turismo no supera +40 % comparado año pandemia. Mucho peor comparado con 2017”, dijo Valenti.
Régimen forzado a cambiar de estrategia
Sin embargo, la estrategia del régimen de Ortega también de darle oxígeno a las finanzas de la Empresa Administradora de Aeropuertos Nacionales e Internacionales, mediante el desvisado a los cubanos estaría en jaque por la decisión del gobierno de Joe Biden de endurecer su política de liberación de migrantes en la frontera sur, especialmente cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos.
El régimen de Ortega se preparó y tras años de disputa con las aerolíneas de Estados Unidos, el pasado 5 de enero se normalizaron las operaciones de estas compañías, lo que volvería a confirmar que el aumento estrepitoso de pasajeros desembarcados el año pasado no se debió a más viajeros desde ese país.
El 5 de enero de este año, Estados Unidos anunció el fin de su política de puertas abiertas a migrantes cubanos y creó un programa conocido como parole humanitario, que ahora permite el ingreso legal de las personas. Si estas llegan por fronteras, son devueltos a México y pierden el derecho a aplicar al parole, por lo que habrá que esperar a ver si eso ocasionará una baja en el cruce de cubanos utilizando a Nicaragua como trampolín a través del aeropuerto de Managua.