En sus primeros dos meses, las exportaciones de café de la cosecha 2022-2023, que arrancó el pasado 1 de octubre, registran —con respecto al ciclo anterior—, un incremento de 40 por ciento en el volumen. Mientras que el valor de estas ventas creció en casi 80 por ciento. Sin embargo, las amenazas internas y externas que ya afectaban al sector se acentuaron con el retiro de la personería jurídica a las cámaras empresariales. Y esto podría obstaculizar las ventas del resto del ciclo que concluye el 30 de septiembre.
Las Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan) fundada en 1976 y la Asociación Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) fundada en 1991 son dos de las 19 organizaciones empresariales a las que el pasado 6 de marzo el régimen de Daniel Ortega les despojó la personería jurídica. El cierre de Excan afecta a los exportadores de café, producto estrella de la cesta de productos que el país ofrece al mercado internacional. Mientras que el de Upanic desarticula a los grandes y medianos productores agropecuarios, incluidos los de café.
“Estos cierres crean incertidumbre entre los compradores internacionales. Ya muchos están diciendo ‘no hay que traer nada de Nicaragua porque allí los empresarios están pasando una situación muy difícil’. Eso puede provocar que en cualquier momento nos corten los embarques. Afuera temen que pueda ocurrir algo con las exportaciones de Nicaragua. Y ese temor no se limita a los compradores de Estados Unidos. También lo que se manda a Europa está en riesgo”, dice un exportador que por temor a represalias no se identifica.
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Migración masiva agudizó escasez de mano de obra
Mientras entre los compradores el cierre de estas organizaciones ha generado temor, para los exportadores y productores esto significa más trabajo y afectaciones económicas, ya que la promoción y el establecimiento de las relaciones internacionales que realizaba Excan ahora se tendrán que empujar de manera individual. “Excan era como un pivote para conseguir información y distribuirla entre los exportadores. Ahora cada exportador tendrá que hacer este trabajo”, dice un representante del gremio.
A estas dificultades que genera el cierre de las cámaras empresariales y del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) que servía como paraguas para aglutinarlas, se suma la escasez de mano de obra para cortar la cosecha. Este fenómeno se enfrenta desde hace varios años. Sin embargo, el éxodo de nicaragüenses que se registró en 2022 agudizó la dificultad para conseguir cortadores.
“Parece que la cosecha no va a estar muy buena porque hace falta mano de obra para cortarla. Además, ya se debería estar terminando de cortar la cosecha, pero en algunas zonas todavía hay café que no ha madurado. En esas zonas pareciera que apenas están comenzando a cortar la cosecha. Y el peligro es que a medida en que el verano eleve la temperatura ese café que está verde se puede dañar”, explica un productor.
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Sombrío panorama para el ciclo 2022-2023
A partir de este panorama se estima que la cosecha 2022-2023 no será tan buena como la anterior. Según datos del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) en el ciclo anterior se colocaron en el mercado externo 3.27 millones de quintales. Estas ventas generaron 711.04 millones de dólares en ingresos. El incremento en el precio promedio de venta, que alcanzó los 214.50 dólares por quintal, contribuyó a alcanzar esta cifra récord en las exportaciones del llamado grano de oro.
Después de varios años marcados por la caída en el precio internacional, el precio promedio de venta superó los 200 dólares por quintal. Y aunque actualmente oscila entre 180 y 200 dólares la cosecha récord que esperan los productores brasileños podría provocar una nueva caída.
“Ahorita el precio está bueno, pero en Colombia hay temor porque la cosecha de Brasil viene enorme, dicen que será una de las cosechas más grandes que ha tenido. Eso afectará a Colombia y a Centroamérica y ese será otro problema. Hay que tomar previsiones porque en Brasil comienzan a cortar la cosecha entre mayo y junio. Entonces si ellos saturan el mercado lo más seguro es que el precio se caiga por la sobreoferta”, advierte un exportador que también pide anonimato.
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Buen arranque de las exportaciones
A pesar de estas dificultades, en los primeros dos meses de la cosecha 2022-2023, que empezó el 1 de octubre, los envíos de café al mercado internacional, con respecto al ciclo anterior, registraron un repunte de 40 por ciento en el volumen y de 78 por ciento en el valor. En octubre y noviembre del 2022 Nicaragua envió al exterior 205,086 quintales del grano de oro.
En promedio, el país obtuvo 186.70 dólares por cada quintal, por lo que estas exportaciones generaron 38.21 millones de dólares. Este monto es superior en 78 por ciento a los 21.42 millones de dólares que generaron estas ventas en octubre y noviembre de 2021, es decir, en el ciclo 2021-2022.
Tal como ha ocurrido tradicionalmente, en los primeros dos meses del ciclo 2022-2023 que concluye el 30 de septiembre, Estados Unidos fue el principal mercado para el café nicaragüense. Más de la mitad del volumen total exportado se colocó en ese mercado. Los 108,994 quintales que compró representan el 54 por ciento del volumen total colocado en el mercado internacional. Además, los 18.43 millones de dólares que pagó por ellos equivalen al 48 por ciento de los ingresos generados por el total de las ventas.