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Tomado de Facebook/Azteca Noticias

México la pesadilla para los migrantes: con engaños son detenidos y deportados

Miles de migrantes buscan llegar a la frontera con Estados Unidos, a sabiendas de que, los retenes de Migración evitarán su tránsito por ese país

Es una cárcel disfrazada de centro de detención migratorio. Tiene todas las características para que la persona que es llevada a ese lugar se sienta como un verdadero prisionero que está pagando una condena, y no como un migrante que realmente necesita ayuda humanitaria.

En México, miles de migrantes llegan diario a ese país con el objetivo de transitarlo hasta alcanzar la frontera norte con Estados Unidos, a sabiendas de que, primeramente, deberán burlar las decenas de retenes policiales o de lo contrario serán engañados y trasladados a una estación migratoria.

“Carlos” —nombre ficticio para resguardar su seguridad—, había escuchado o leído en redes sociales la situación que están viviendo los migrantes en el país azteca, sobre todo en San Pedro Tapanatepec, estado de Oaxaca, donde miles de personas llegan en busca de un supuesto “permiso” para transitar “legalmente” por el país mexicano.

De cierta manera, reconoce, que iba “consciente” de ello, sin embargo, nunca imaginó que parte de esa pesadilla era también ser apresado por agentes federales del Instituto Nacional de Migración (INM) bajo engaño.

Los engañan, detienen y devuelven

El nicaragüense cuenta que transitando por Chiapas se topó con tres retenes policiales, a los cuales pudo superar sin ningún problema. Sin embargo, al llegar al cuarto no se percató que había un microbús del INM con varios oficiales a la espera de que cruzara. Fue allí cuando las autoridades lo detuvieron a base de mentiras. Carlos es parte de un grupo de 10 nicaragüenses que hace una semana emprendieron la travesía.

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“Nos detienen y nos pidieron la identificación, luego preguntaron si teníamos papeles para transitar libremente (en el país), dijimos que no, entonces nos dijeron ‘nosotros vamos a ayudarles a sacarlos para que puedan transitar y seguir su camino. Vamos a llevarlos, vénganse con nosotros´, nos dijeron, pero todo fue un engaño”, relata el migrante con tono molesto.

El periodista mexicano Otoniel Martínez, quien dio cobertura especial a la situación migratoria desde el terreno, confirmó dicha situación y añadió que los migrantes después de ser detenidos por varios días, son regresados a la frontera con Guatemala, muchos de ellos sin dinero y sin un lugar dónde quedarse.

Un día dentro de la cárcel

Carlos, quien recientemente fue detenido por cuatro días en una estación migratoria ubicada en Tapachula, en Chiapas, relata que ese centro de detención prácticamente es como una cárcel: “No tenés derecho a tu teléfono, todas tus cosas te las quitan y las resguardan”.

Dentro del centro, el trato al migrante puede variar según el oficial que está a cargo. “Es de suerte”, dice el nicaragüense. “Hay días que era atendido por policías odiosos y otros por personas amables”, reconoce. Sin embargo, en términos generales, el ambiente adentro es como estar en una prisión.

El día dentro de ese centro de detención migratorio comienza entre las 6:00 y 7:00 de la mañana, tiempo en que los migrantes deben “levantarse” para ir al área de comedor a desayunar. El menú puede variar, por ejemplo, un día puede ser una torta de huevo con pan o tortilla, acompañado de una porción de fruta, ya sea banano, sandía o melón. El tiempo para desayunar es apenas de cinco minutos.

“En el comedor andaban policías de Protección Federal, después que pasan los cinco minutos para comer, te decían ‘va para afuera’. Uno tenía que, prácticamente tragarse la comida, y eso que no es gran cantidad la que dan, la porción es como para un niño de 3 o 4 años, eso igual te sirven en el almuerzo y la cena”, comparte Carlos.

Una vez que acaba el tiempo para desayunar, los migrantes son trasladados a un “área recreativa”, que en teoría, está en las afueras de las celdas, pero en las mismas instalaciones, “todo está blindado, prácticamente bien asegurado para que nadie se escape”.

En ese espacio hay un televisor y un área donde se puede jugar futbol. También hay baños y un tipo de lavandero en el que se puede lavar ropa e incluso, bañarse. “Todo el mundo permanece allí todo el día, en el área recreativa”, narra el nicaragüense.

Cuando son las 2:00 o 3:00 de la tarde los migrantes son llevados nuevamente al área del comedor. Es el único tiempo que los trasladan a ese lugar. La rutina es la misma: comen en un tiempo récord de cinco minutos para luego sacarlos al área recreativa.

“Ya con la cena, terminando de comer, y para adentro, esta vez, a las celdas nuevamente hasta el día siguiente”, agrega.

Pasan días detenidos

Por lo general, los migrantes pueden pasar entre tres y siete día detenidos en los centros, aunque en los peores casos, cumplen hasta 15 días. Según Carlos, él duró cuatro días porque dentro del centro se “armó un motín” entre los mismos migrantes, ya que las celdas y el lugar en sí está sobrepoblado.

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“Yo creo que eran como mil personas y cada día llegaban más, eso estaba sobrepoblado y la gente se hartó. Había unos que tenían más de una semana de estar ahí, entonces la gente se comenzó a unir hasta que armaron prácticamente un motín”, comparte el joven.

“La gente gritaba ‘¡libertad, libertad!, y que no iban a cenar, que no iban a entrar a las cárceles donde los meten. Y así fue que llegaron personas de Gobernación, de Migración, a hablar con toda la gente, que iban a hacer lo posible para sacarnos al día siguiente, y gracias a Dios así fue”, agrega Carlos.

El grupo de migrantes con el que viaja Carlos sigue su camino por México, confiando que más pronto que tarde llegarán a Estados Unidos. Sin embargo, están conscientes de que la travesía, por ahora, no termina. “La verdadera pesadilla comienza en México”, advierte.

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