¡No corrás en una relación! 

En algún momento de mi proceso terapéutico, mi psicóloga me hizo darme cuenta que yo constantemente estaba corriendo en mis relaciones, en algunas ocasiones hasta perseguía a los hombres con quienes salía o tenía una relación. Recuerdo cuando me di cuenta que entregaba todo de una manera desmedida, que me enfocaba únicamente en la relación y muchas veces eso hacía que la otra persona se alejara de mí y yo me abandonara a mí misma.  

Es normal que cuando nos gusta alguien nosotros queramos pasar tiempo con esa persona, deseemos compartir nuestros espacios, nuestros hobbies, y, además, es esperado que tengamos un cóctel de hormonas haciéndonos sentir llenos de energía, de vida y adrenalina. Nosotros estamos respondiendo a esas emociones que nos provocan bienestar y felicidad. 

Sin embargo, cuando estamos conociendo a alguien, a quien nosotros sentimos que puede ser nuestra potencial pareja, es importante detenernos y observar, detenernos y hacernos muchas preguntas para saber lo que necesitamos y cómo lo necesitamos. 

En algunas ocasiones le damos nuestro corazón a alguien a quien no conocemos, es como si le estamos dando en bandeja de plata nuestros sentimientos y emociones, básicamente le estamos comunicando a la otra persona: “Tomá, aquí te doy lo más valioso que tengo, hacé lo que querrás con eso”. Sin antes preguntarnos si esta persona merece estar dentro de nuestras vidas. 

Exclusividad afectiva y sexual

Me gustaría que se pongan a pensar las veces que le han regalado su exclusividad afectiva y sexual a alguien a quien apenas están conociendo, a mí me parece que nuestro corazón y nuestra exclusividad sexual, emocional y de inversión de tiempo, no es algo que se deba dar a cualquier persona o alguien a quien apenas estoy conociendo. Necesitamos tomarnos el tiempo para decidir a quién dejamos entrar y de qué manera. 

He escuchado de mis pacientes decir “ni siquiera lo conozco bien, pero siento que llevamos toda la vida juntos”. Es común tener esta sensación cuando hay mucha química con la otra persona, pero eso no es suficiente para tener una relación de pareja. 

Cuestiónense 

Háganse las siguientes preguntas cuando estén decidiendo iniciar una nueva relación: ¿qué tiene de especial esta persona que no ha tenido otra persona/pareja? ¿Creés que esta persona satisface tus necesidades? ¿Estás siendo honesta con vos y con la otra persona respecto a lo que te gusta y esperás en una relación? He conocido personas que omiten información al inicio de una relación: sobre sus hijos, rupturas pasadas, sentimientos hacia él o la exnovia.

¿Estás listo para comprometerte con otra persona? ¿Estás disponible emocionalmente para dar y recibir? ¿Estás disponible a tener discusiones y momentos de conflicto y querer resolverlo? 

Valor propio 

Piensen en el poco valor propio que se están dando cuando conocen a una persona y ustedes le entregan todo lo que tienen, es como si creyeran que no va a existir otra persona mejor, como si fueran corriendo a agarrar lo primero que ustedes creen les va a servir. Esta actitud habla de ustedes mismos. 

Tómense un tiempo para conocer a la persona y ver si realmente es lo que están buscando y fantaseando. Uno no está con una persona solamente porque te atrae físicamente o porque tienen buena química, también necesitamos evaluar otras áreas de vida. También observar si lo que la otra persona me dice es congruente con lo que dice y hace. 

 No se olviden de seguirme en mis redes sociales de Instagram y Facebook como @telocuentamanda. ¡Hasta la próxima! 

Vida amanda maltez archivo
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí