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Las autoridades reportan 68 víctimas en el accidente de tránsito ocurrido en Condega, Estelí. Las víctimas mortales fueron 15 venezolanos y un nicaragüense. LA PRENSA/AFP

“No se vengan, el sueño americano puede ser la muerte”, advierte venezolano sobreviviente a la pesadilla de La Cucamonga

El migrante pide a sus paisanos quedarse en Venezuela. En su testimonio y el de otros sobrevivientes del accidente, relatan varias irregularidades en el trayecto

La miseria, la violencia y desesperanza en la que el chavismo ha sumido a Venezuela, a cargo del gobierno de Nicolás Maduro, empuja a miles de venezolanos a huir de su país. Los impulsa de ilusión de llegar a Estados Unidos para mejorar su nivel de vida; pero van conscientes de que la travesía les puede costar la misma. Para muchos, cruzar la selva que separa a Colombia de Panamá es el mayor desafío, una pesadilla o el horror donde muchos no sobreviven, pero el peligro no termina ahí.

Este miércoles 27 de julio, 15 venezolanos que libraron su vida atravesando la selva conocida como Tapón de Darién, la perdieron en un accidente vial en una carretera al norte de Nicaragua, en el tramo conocido como La Cucamonga. Ahora, uno de los sobrevivientes a esa tragedia vial le implora a sus paisanos que no emprendan ese viaje.

“A mis compatriotas venezolanos les digo, no es porque… no es por nada, pero no se vengan, no se metan en la selva. No se vengan, el sueño americano puede ser la muerte para muchos venezolanos, mis compañeros y yo estamos todos golpeados, hay gente muerta. Es difícil ver personas y niños llorando porque su mamá se murió”, dijo Luis Miguel Villamil Portillo, de 30 años, mientras es atendido en un centro asistencial de Condega, departamento de Estelí.

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Villamil asegura que nunca imaginó que le tocaría vivir esta pesadilla en la que 15 compatriotas murieron y quedaron hijos sin mamá, papá o familias ahora sin hijos. “Por cumplir un sueño se puede convertir en una pesadilla, entonces mi consejo es ese: que no se vengan. Es preferible pasar necesidad que perder la vida”, aseguró el migrante a medios de comunicación locales.

Cadáveres y heridos no dejaban de llegar al centro asistencial de Condega, Estelí, la fatídica noche del miércoles 27 de julio. Foto tomada de las redes sociales

El conductor del autobús iba a exceso de velocidad en dirección de sur a norte en el kilómetro 171.5 de la Carretera Panamericana Norte, Condega, departamento de Estelí. Primero impactó con un automóvil y después se pasó llevando a otro vehículo. Tras impactar con los dos carros, la unidad de transporte colectivo cayó al fondo de un abismo. Fueron 16 pasajeros muertos y 52 lesionados.

Fue como “una película” de terror

El venezolano Jean Carlos Espina Gutiérrez asegura que nunca olvidará los gritos de horror de los pasajeros mientras el bus rodaba hacia el abismo. Luego cuando se detuvo sostenido por un árbol, se desató la histeria: todos intentaban salir y encontrar a sus acompañantes. Fue como “una película, nada parecía real”, asegura el sobreviviente quien considera un milagro no haber perdido la vida en el accidente.

La Policía confirmó la responsabilidad del conductor del bus, Alfredo Antonio Palma, por manejar a exceso de velocidad. Pero además, los pasajeros sobrevivientes señalan otras anomalías; según Villamil desde que salieron de Managua, el bus comenzó a presentar desperfectos con la palanca de las velocidades que “no entraban” con facilidad. Además, la unidad iba sobrecargada: él fue uno de los últimos pasajeros en subir y llevaba el boleto número 89; calcula que el bus transportaba a unos 90 pasajeros y que casi la mitad iba de pie.

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Él iba con su esposa y sus dos hijos, por lo que les tocó viajar de pie. Su esposa e hijos lograron avanzar hacia el centro del bus, pusieron los bolsos en el suelo y se sentaron sobre ellos; a él le toco quedarse en la puerta por lo que al momento del accidente fue uno de los primeros en salir del bus.

Accidente del bus en La Cucamonga. Foto tomada de las redes sociales

“El autobús ya venía fallando y el señor intentó meterlo en la montaña y luego decidió meterse contra los carros que estaba estacionados… Luego cayó al precipicio, yo me golpeé en el parabrisas y fui de los primeros en salir, pero luego saqué a mi niña y mi esposa me ayudó a sacar a mi hijo y no recuerdo más”, relata Villamil.

Rescate fue difícil, “estaba muy oscuro”

Según los sobrevivientes fue muy difícil rescatar a las personas porque todo estaba muy oscuro y los bomberos tardaron en llegar. Pero una vez que se presentaron la acción no paró y comenzó la pesadilla de rescatar e identificar los cadáveres; mientras los sobrevivientes luchaban por comunicarse con sus familias en Venezuela para informarles sobre su estado.

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Esa noche, junto con los 15 venezolanos, también murió el nicaragüense Lorenzo Mejía Leiva, quien luego de años viviendo en Costa Rica decidió emigrar a Estados Unidos.

Entre los sobrevivientes además de venezolanos hay panameños, ecuatorianos y migrantes de otras nacionalidades.

Tres días después de la tragedia, la Embajada de Venezuela confirmó que se encargarán de la repatriación de los cadáveres de sus ciudadanos. La vocera oficial y primera dama del régimen de Nicaragua, Rosario Murillo, se limitó a decir que los cuerpos estarán en el Instituto de Medicina Legal en Managua en espera de completar la gestión para entregarlos y que viajen a su tierra natal. Por su parte, las autoridades locales no ofrecen ayuda a las familias migrantes que decidan continuar su viaje o regresar a sus países de origen.

Pero desde el momento de la tragedia, población de la zona no ha cesado en brindar todo lo que está a su alcance para apoyar con víveres, ropa o algo de dinero a los migrantes sobrevivientes y otros afectados en el accidente de La Cucamonga.

Parte de la ayuda llevada por los condeganos a los heridos en el accidente. LA PRENSA/Facebook Alcaldía de Condega

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