Por años Nicaragua gozó de la imagen de ser una nación segura, la más segura de Centroamérica, decía el régimen de Daniel Ortega en casi todos sus discursos. Era la principal carta de presentación ante los inversionistas extranjeros. Y los que traían su capital destacaban esa particularidad del país, especialmente cuando miraban el espejo de Guatemala, Honduras y El Salvador, azotadas por grupos delincuenciales conocidos como mareros, que extorsionan no solo a civiles sino también a empresarios grandes y pequeños.
Pero todo apunta a que la inseguridad en Nicaragua se ha incrementado, al punto que al menos cuatro de cada 10 nicaragüenses en los últimos cuatro meses asegura haber sido víctima de robo, una de las tasas más altas en varios países de América Latina, que recoge la última encuesta de opinión pública realizada por la firma costarricense CID-Gallup.
“Guatemala, Nicaragua y Ecuador quienes mayor tasa de robo y asalto presentan” arrojó el estudio que consultó vía telefónica a 1,200 ciudadanos de cada país, entre el 10 y el 19 de mayo de este año.
Delante de Nicaragua solo se encuentra Guatemala, una de las 15 naciones más violentas e inseguras del mundo, según un informe presentado en septiembre del año pasado por la organización no gubernamental Centro de Investigaciones Económicas y Sociales (CIEN), citado por el medio alemán DW Español.
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En concreto, mientras en Guatemala el 53 por ciento de los consultados aseguró que en los últimos cuatro meses fue víctima de asalto, en Nicaragua el 45 por ciento dijo que también fue objetivo de este tipo de delito, seguido por Ecuador con un 43 por ciento.
Tal es el deterioro de la inseguridad en Nicaragua, que inclusive México y El Salvador salen mejor posicionados en la encuesta, pese a que en ambos países actúan bandas delictivas que incluyen el narcotráfico y pandillas juveniles violentas. Solo el 32 por ciento de los mexicanos fue víctima de robo y el 10 por ciento en el caso de los salvadoreños.
En Venezuela, que también está entre los países más violentos del mundo, solo el 30 por ciento fue objeto de asalto, lo que contrasta con los resultados en Nicaragua.
En el 2021, si bien según el Índice Global de Criminalidad, del organismo Global Initiative, Nicaragua se ubicaba entre los primeros 40 países más inseguros del mundo, su posición era mejor que países como Honduras, Guatemala, Panamá y México.
El incremento de la inseguridad ciudadana ha coincidido con la decisión del régimen de Ortega de liberar masivamente a reos comunes desde el 2018, lo que había ocasionado que hasta el 2020 al menos 20 mil presos habían sido puestos bajo el régimen de convivencia familiar.
Pero la cifra de liberaciones podría rebasar con facilidad los 30 mil delincuentes puestos en las calles hasta la fecha. Solo este 27 de julio, el régimen anunció la liberación de 1,300 nuevos reos comunes, que se sumarán a los liberados en años recientes.
Además en los últimos meses se han vuelto comunes los videos en redes sociales donde se muestra a personas siendo víctimas de robos por sujetos a bordo de motocicletas. La alarma se ha encendido este año por asaltos a tiendas de conveniencia de manera constante y hasta un local de Disnorte-Dissur, donde se observan hombres llevándose el dinero a plena luz del día.
La situación de Nicaragua contrasta con las mejoras que exhibe El Salvador, que en la encuesta se perfila como el país con menor tasa de robos en los últimos cuatro meses, los resultados coinciden con la “guerra” que el presidente de ese país, Nayib Bukele, ha emprendido contra las maras, ordenando la captura de casi 40 mil pandilleros, que se sumarán a los 30 mil que ya estaban en prisión.
“Paso a paso, después de ser el país más peligroso del mundo… Estamos en camino a ser el país más seguro de América Latina. Y seguimos…”, destacó Bukele en sus redes sociales.