Desde hace un par de días, doña Lidia Herrera Flores llega desde muy temprano al mercado municipal de Jalapa, en Nueva Segovia, al norte de Nicaragua. Lleva consigo una silla de plástico, para sentarse entre los tramos, y una alcancía que tiene pegada la fotografía del rostro de su hijo Marlon Mairena Herrera.
Marlon, de 27 años, lleva alrededor de nueve días secuestrado, junto a su esposa y su niño de nueve años, por un cartel mexicano en la ciudad de Reynosa, cerca de la frontera entre México y Estados Unidos.
La meta de doña Lidia es recoger 25,500 dólares, puesto que los secuestrados están pidiendo para liberar a cada uno de ellos 8,500.
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“Nosotros estamos con alcancías pidiendo ayuda a la población jalapeña (de Jalapa), y tenemos la gran fe en Diosito que nos va a permitir recoger ese dinero para que ellos sean liberados”, manifiesta a LA PRENSA doña Lidia.
Según doña Lidia, los secuestradores no le han dado una fecha límite para pagar la cantidad de dinero, pero quieren recaudar la cifra lo más pronto posible para que su hijo y su familia no sigan pereciendo.
“Dicen que ya no aguantan, que están aguantando hambre y frío”, expresa la mamá de Marlon. Hasta ahora, doña Lidia no ha podido hablar con su hijo porque está muy enferma y no podría resistir sobrellevar esta situación; quien se comunica con los secuestradores y la familia de Marlon, es una cuñada de su hijo.
Apelan al corazón de los nicaragüenses
Doña Lidia señala que son varias alcancías que están distribuidas entre su familia: ella se va al mercado municipal de Jalapa, algunos están en tiendas particulares y otros van de casa en casa entre las comunidades.
Asimismo, están en conversación con Radio ABC Stéreo para acordar un hablatón a beneficio de la causa, detalla doña Lidia.
Por su parte, Belkis Elizabeth Benavidez, prima de Marlon quien se encuentra en España, dijo a la Radio Stéreo que el canal local Jalapa Visión también inició una colecta.
“La gente ha sido muy amable, se ha condolido y ha llegado a dejar su poquito de dinero, todo es bienvenido (…) Yo le pido al pueblo nicaragüense, tanto dentro como fuera de Nicaragua, que se pongan la mano en el corazón y aporten un granito de arena para recoger ese dinero que se está pidiendo”, dijo Belkis al medio local.
La familiar agregó que en España ella también distribuyó varias alcancías en negocios nicaragüenses.
Se fueron buscando “un futuro mejor”
Marlon y su familia salieron de Nicaragua el pasado 9 de mayo con el fin de tener un futuro mejor. Su pequeño negocio de autolavado ya no daba abasto para pagar los servicios básicos de la casa, comida, gastos personales, además de las deudas.
“Se fue por buscar una vida mejor, comprar su terrenito (casa), tener su negocio propio y pagar deudas que tenía, siempre buscando un futuro mejor”, dice doña Lidia.
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Marlon estaba consciente que las oportunidades de empleo en el país eran difíciles y que el costo de la vida encarecía cada vez más, por lo que junto a su familia decidió enrumbarse a Estados Unidos, donde se encuentran otros de sus familiares.
Durante el resto del mes de mayo, doña Lidia se comunicó con su hijo, incluso, Marlon y su nuera lograron felicitarla por el Día de la Madre nicaragüense, pero fue como el 2 de junio que su familia le informó que había sido secuestrado. Desde ese día, doña Lidia solo ha escuchado la voz de su hijo por las grabaciones que realiza la persona que mantiene contacto con Marlon y los secuestradores.
Para cualquier ayuda a la familia se pueden comunicar al teléfono 8727-1175.
Manejar la situación con bajo perfil
La organización sin fines de lucro Texas Nicaraguan Community señala que ante la ola de migración nicaragüense, las familias están cayendo en “el juego” de los carteles mexicanos, y advierte que este tipo de situación se debe manejar bajo perfil y con el acompañamiento de las autoridades correspondientes.
Texas Nicaraguan no dio una cifra exacta de cuántos casos de secuestro maneja, pero indica que son “muchos”.
La organización destaca que lo ideal es que las familias denuncien el secuestro antes las autoridades, pero estas no van porque temen que asesinen a sus parientes.
Debido a que la situación es muy complicada, ya que los secuestradores trabajan desde una red, la organización aconseja evitar brindar o circular información personal de más en las redes porque es cuando se aprovechan las personas.
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El organismo recordó que, en estos casos de secuestros, personas desconocidas también aprovechan la situación para estafar a las familias.
Estas personas, una vez que consiguen toda la información personal de la víctima, realizan un montaje con las fotos del implicado y hacen creer a las familias que ellos lo tienen secuestrado.
“Hay una familia que la estafaron tres veces, con unos siete, ocho mil dólares (…) Insistimos que no pongan información en las redes porque van a ser víctimas de estafa, esto aplica para la repatriación, secuestro o desaparición”, aconseja el organismo.
“Si esa familia que ahorita está secuestrada le pagan, por ejemplo, 10 mil, la van a soltar, pero el mismo cartel que la tenía lo va a reportar ante el otro cartel que van tres personas y le dieron 10 mil, y así… La temática del secuestro es durísima”, expone el organismo.