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CONTENIDO EXCLUSIVO.A simple vista, el río Bravo parece tener aguas mansas y poco profundas. Por su anchura da la impresión de que su cruce no llevará mayor contratiempo, menos pensar en riesgo de muerte. Sin embargo, en su interior hay una resaca traicionera que, de forma sorpresiva, arrastra, envuelve y ahoga a quienes intentan pasar hacia Estados Unidos de forma irregular.
Este río es el camino que miles de inmigrantes —entre ellos nicaragüenses— han utilizado como trampolín hacia Estados Unidos. Las personas que entran por la frontera sureste de México vía terrestre deben atravesar todo ese país y llegar a una de las cuatro ciudades por donde pasa el río Bravo: Matamoros, Reynosa, Laredo y Piedras Negras, las cuales colindan con la frontera estadounidense en el sureste de Texas.
En los últimos meses este río se ha colado en los titulares de medios nacionales, después que solo en marzo de este año se reportara el fallecimiento de varios nicaragüenses, entre ellos una niña. Algunas de estas muertes han sido grabadas por medios mexicanos, donde se observa que en la mayoría de los casos las autoridades migratorias intentan persuadir a las personas para que no crucen.
¿Qué lo hace tan peligroso?
Aunque el cauce del río Bravo o río Grande, como es conocido en Estados Unidos, no parece ser profundo o peligroso, las muertes registradas se derivan precisamente de la aparente pasividad y tranquilidad de sus aguas. LA PRENSA recopiló algunos datos sobre este río y esto es lo que se sabe.
Se conoce que es el quinto río más largo de Norteamérica, ya que cuenta con una longitud de aproximadamente entre 3,051 y 3,060 kilómetros. Ubicado al sur de Estados Unidos y al norte de México, su longitud recorre tres estados norteamericanos: Colorado, Nuevo México y Texas; y cinco estados mexicanos: Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
Sin embargo, la peligrosidad del río no se define por su longitud, sino por la falsa seguridad que genera en los lugares donde los migrantes deciden cruzar.
Los reportes periodísticos señalan que, aunque el cauce tiene poca profundidad —el agua llega apenas a la cintura de un adulto promedio—, lo verdaderamente peligroso es que existen algunas partes donde la profundidad puede alcanzar los 2.5 metros.
Otro factor puede ser que las personas que deciden cruzar el río, pueden quedarse atrapadas entre basura, flotadores y neumáticos que otros migrantes utilizaron para poder pasar al otro lado.
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«Las aguas de la superficie aparentan estar en calma, pero son un gran peligro. Adentrarse al río, las corrientes profundas son demasiado fuertes, incluso para nadadores expertos, y si a esto le sumamos los remolinos que se forman y succionan a las personas hacia el fondo, el riesgo es mayor”, explicó en su momento a un medio mexicano Efrén Matamoros, director de Protección Civil de Ciudad Juárez.
La muerte más reciente que se conoció de un nicaragüense es la de Gabriela Tatiana Espinoza Pérez, quien murió ahogada al ser arrastrada por las aguas del río Bravo, el pasado 21 de marzo. Un pescador de la zona intentó rescatarla, pero las fuertes corrientes no le permitieron llegar a tiempo hasta donde estaba la mujer.
Aguas “traicioneras”
Aunque en muchos videos compartidos en redes sociales se aprecian personas cruzando con el agua hasta las rodillas o un poco arriba de la cintura, los reportes periodísticos señalan que el caudal del río puede cambiar y elevarse hasta un metro sobre su nivel acostumbrado, generando fuertes corrientes que desestabilizan aún más a los migrantes que deciden cruzarlo en grandes grupos.
Esta crecida en el río es provocada por la apertura de la presa La Amistad, ubicada entre los límites de Texas, EE. UU. y Coahuila, México. El río proporciona agua para unas 850 mil hectáreas de tierras de cultivo; pero además es generador de energía eléctrica.
El martes 5 de abril un grupo de 12 cubanos, entre ellos un niño de 3 años, fueron rescatados por las autoridades migratorias después de que fueron arrastrados por las corrientes del río Bravo, en la localidad de Piedras Negras. La cadena que habían formado los migrantes para cruzar fue disuelta rápidamente por las fuertes corrientes que los arrastró por varios metros.
Sumado a estos peligros, reportes periodísticos de 2019 señalan que las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, México, confirmaron la presencia de cocodrilos y hasta caimanes en el río Bravo. Hasta ahora no se han conocido casos de muertes de migrantes provocadas por ataques de este tipo de reptiles.
¿Cómo cruzan?
De acuerdo con testimonios recopilados por LA PRENSA, los “coyotes” —que cobran hasta 5 mil dólares para dirigir a grandes grupos de migrantes hacia Estados Unidos— en algunos casos proveen medios para cruzar de una manera “más segura” el río, entre ellos están pequeñas balsas, chalecos salvavidas, cuerdas y hasta flotadores.
Si el caudal del río está bajo, los migrantes optan por cruzar caminando sin ninguna medida de seguridad, aún cuando son advertidos de las trampas del río. El trayecto para cruzar puede durar unos diez minutos máximo si son condiciones favorables.
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En los videos publicados en redes sociales se puede observar que las autoridades mexicanas intentan persuadir a los migrantes para que no crucen, sin embargo, los que deciden hacerlo en ocasiones son vigilados por los miembros del Grupo Beta con el objetivo de socorrerlos en caso de que sean arrastrados por las corrientes. Estos son llevados en aerobotes al lado mexicano.
Muertes en la frontera entre EE. UU. y México
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), en el año fiscal 2021 se registraron un total de 557 muertes en la frontera suroeste estadounidense. De acuerdo con la agencia, estos datos son superiores a los registrados en los años fiscales 2019 y 2020, cuando hubo 300 y 254 muertes respectivamente.
Aunque la agencia no especifica las causas de muerte, medios internacionales reportan que la mayoría de estas están relacionadas con personas que perecen en el desierto por deshidratación.
A pesar de este riesgo y el aumento de muertes de migrantes en los últimos meses, por el río Bravo a diario siguen cruzando decenas de migrantes en grandes grupo —sobre todo nicaragüenses, cubanos, venezolanos y hondureños— que intentan alcanzar el anhelado sueño americano.