Entre enero y febrero de 2022 el flujo migratorio de nicaragüenses con rumbo hacia Estados Unidos continuó de forma masiva y solo en ese periodo un total de 24,992 nacionales fueron detenidos en las fronteras norteamericanas, revelan datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
La CBP detalla que de ese total, en enero fueron detenidos 11,636 nicaragüenses que intentaron cruzar a suelo estadounidense. Posteriormente en febrero la cifra aumentó y se registraron 13,356 aprehensiones, lo que evidencia una cifra alarmante de migración masiva si se compara con las 1,323 detenciones que hubo entre enero y febrero de 2021.
Cabe destacar que estos datos solo son de nicaragüenses que lograron llegar a ese país de forma irregular, fueron detenidos y registrados por el sistema estadounidense, es decir que la cantidad de viajeros puede ser mucho mayor, tomando en cuenta que muchos no logran llegar hasta su destino por diferentes circunstancias. También está otro grupo que arriba a esa nación de forma regular o con toda la documentación en regla en busca de mejores oportunidades.
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Hasta ahora, los picos más altos registrados de aprehensiones por la CBP en el 2021 siguen siendo julio (13,509), noviembre (13,679) y diciembre (15,338), fechas que coincidieron con la ola de secuestros a opositores políticos y la realización de elecciones generales donde Ortega proclamó su cuarto mandato consecutivo.
Los que no entran en las estadísticas
Mientras un grupo de compatriotas logran llegar a suelo norteamericano de forma irregular, también hay otros que no pueden hacerlo; en el camino se encuentran con cárteles mexicanos que los secuestran, extorsionan y algunos, en el peor de los casos, en el trayecto encuentran la muerte.
Solo en este mes LA PRENSA reportó el fallecimiento de al menos cinco migrantes nicaragüenses en su intento por cruzar a Estados Unidos y cumplir el sueño americano, la mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
La tragedia más reciente fue la registrada este lunes 21 de marzo, donde la nicaragüense Gabriela Tatiana Espinoza, de 33 años, fue arrastrada por las aguas del río Bravo. Un video publicado en Facebook por La Voz de Coahuila refiere que un pescador intentó salvar a la mujer mientras era arrastrada por el río, pero no pudo llegar hasta donde estaba ella.
En ese mismo lugar también falleció ahogada, el pasado 16 de marzo, la señora Felícita Soza, de 49 años de edad, mientras intentaba cruzar el río. Soza era originaria de Chinandega y sus hijos refieren que el cuerpo de la mujer está en una morgue en Texas.
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A inicios de marzo se conoció que la migrante nicaragüense Colindra Alarcón, con 33 semanas de embarazo, murió después de permanecer encerrada en el interior de un furgón que fue abandonado en la ciudad de Monclova, Coahuila, al norte de México. Su esposo relató a este Diario las duras horas que vivió la joven antes de morir.
En ese mismo contenedor también viajaba el nicaragüense Jaime Moreno García, de 39 años, quien murió en un hospital de esa ciudad después de presentar complicaciones de salud. El hombre era originario del municipio de Santo Tomás del Norte, de Chinandega, donde sus familiares lo sepultaron tras ser repatriado.
El pasado 10 de marzo, agentes de la Patrulla Fronteriza asignados a la Unidad Marina de la Estación Sur de Eagle Pass recuperaron el cuerpo sin vida de la niña Angélica Mariel Silva Mendoza, de 4 años, de origen nicaragüense, quien también fue arrastrada por el río Bravo, el 4 de marzo. La menor iba con su mamá Angélica Mendoza.
“Un drama humano”
La socióloga y defensora de derechos humanos, Haydée Castillo, ve con preocupación el incremento sin precedentes de compatriotas intentando ingresar a Estados Unidos de forma irregular y urgió a la comunidad internacional y todos los actores a trabajar unidos para encontrar una solución a esta difícil situación.
«Vemos con muchísima preocupación el alto riesgo al que están sometidos los nicaragüenses que están saliendo del país, hemos visto en las últimas semanas la cantidad de muertes en condiciones realmente dramáticas, hemos estado alertando de esto desde hace mucho tiempo y vemos que ya es un drama humano. Queremos alertar a la comunidad internacional y a todos los actores, porque es urgente encontrar una solución a esta situación», indicó Castillo.
La socióloga reconoció que es muy difícil encontrar mecanismos que disminuyan el riesgo de las personas que salen del país de forma irregular, ya que estas no están al amparo de ninguna ley. Señaló que la solución es fortalecer la unidad como país para hacerle frente al régimen y no tener que exponerse en esos viajes.
«Aquí nos queda a que todos los nicaragüenses busquemos la manera de unirnos para poder poner un alto a la dictadura Ortega Murillo, que es una de las causas que están obligando a la población a dejar su país de forma forzosa, porque probablemente la mayoría salió por los altos niveles de represión y a partir de eso también tienen grandes limitantes para sobrevivir económicamente», finalizó la socióloga.
Por su parte, Astrid Montealegre, experta en temas migratorios y supervisora de Nicaraguan Human Rights Alliance (NAHRA), en principio aconsejó no tomar a la ligera la decisión de emigrar hacia Estados Unidos indocumentados y más bien alentó a buscar alternativas que permitan entrar a ese país de forma legal.
«Deberían de considerar todas la alternativas legales, incluyendo visas estudiantiles, visas de trabajo y lotería de visas. También considerar otros países como alternativas. Los riesgos a que se exponen son reales y ponen sus vidas en las manos de narcotraficantes o traficantes humanos», reflexionó la abogada.
«La realidad de la inmigración no es el sueño americano que publican en Facebook. Nadie pone foto de su grillete en el tobillo que le pone Inmigración para ubicarlo. Tampoco publican que ganan menos del salario mínimo y que los obligan a trabajar sin entrenamiento o equipos de seguridad», agregó.