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Daniel Ortega. Archivo/LA PRENSA

Ortega sin aliados en el vecindario. Relaciones entre gobiernos y mandatarios en Centroamérica están en punto “bajo”. ¿A qué responde?

LA PRENSA hace un recuento de los hechos acontecidos en el istmo, y comparte el análisis realizado por expertos en relaciones internacionales e integración regional

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La situación en Centroamérica en cuanto a las relaciones entre gobiernos y mandatarios “está en uno de los puntos históricos más bajos”, coinciden en asegurar expertos en relaciones internacionales y de integración regional consultados por LA PRENSA, ante un eventual escenario para el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua de que a corto plazo pueda contar con algún aliado centroamericano.

Los expertos sostienen que existen dos razones principales por las cuales las relaciones entre los países del istmo —Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá— se tornan “frías”: la primera obedece a los problemas internos que enfrentan por separado cada nación y la segunda la agudización de la crisis sociopolítica y de derechos humanos que atraviesa Nicaragua desde abril 2018.

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Como muestra de lo anterior, destacan que en los últimos cuatro años la crisis nicaragüense ha sido abordada en importantes foros internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA), de este último el régimen orteguista en noviembre de 2021 denunció la Carta de la OEA y solo cuatro meses después embistió en su contra: retiró a sus representantes de la OEA, la expulsó del país y expropió la sede del organismo en Managua.

¿Qué ha pasado en Centroamérica desde 2018?

En abril de 2018 dieron inicio las protestas antigubernamentales en Nicaragua que pedían la renuncia de la pareja presidencial Ortega y Murillo, pero estas demandas fueron aplacadas por la brutal represión que ejecutó el régimen, dejando como saldo a 355 nicaragüenses asesinados, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), miles de exiliados y decenas de presos políticos. A partir de esos hechos la comunidad internacional fijó su mirada en el país y en Centroamérica se vivieron diferentes procesos electorales.

En febrero de 2019 los salvadoreños eligieron a su nuevo gobernante, Nayib Bukele se alzó como presidente electo con el 66 por ciento de los votos. En agosto de ese mismo año, en Guatemala a través de los comicios fue electo presidente Alejandro Giammattei, con el 58 por ciento de los votos.

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De esa fecha hasta finales de 2021 e inicios de 2022 al menos tres países centroamericanos realizaron comicios: Nicaragua, Honduras y Costa Rica: El 7 de noviembre, Ortega y Murillo fueron designados por el Consejo Supremo Electoral (CSE) como presidente y vicepresidente del país, respectivamente, con el que iniciaron un segundo mandato consecutivo juntos, en medio de fuertes críticas por parte de la comunidad internacional, pero especialmente Estados Unidos quien calificó de “pantomima” las elecciones. Ortega asumió el cuarto período consecutivo.

Daniel Ortega con su esposa y vicepresidenta designada, Rosario Murillo y el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras. LA PRENSA

El 28 de noviembre, Xiomara Castro de Zelaya, esposa del expresidente Manuel Zelaya, se convirtió en la primera mujer en ser electa como presidenta de Honduras. Castro es la sucesora de Juan Orlando Hernández (JOH), expresidente de ese país que fue extraditado a Estados Unidos donde permanece en prisión por cargos de narcotráfico.

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El 6 de febrero de este año Costa Rica celebró las elecciones generales y ante la falta de que uno de los candidatos alcanzara el 40 por ciento requerido en la primera vuelta, el 3 de abril se realizó la segunda vuelta donde resultó electo como presidente Rodrigo Chaves, de 60 años, tras vencer a su rival José María Figueres.

Costa Rica, gobernada por Carlos Alvarado, expresidente de ese país, mantuvo una postura crítica en contra de la represión y violación a los derechos humanos en Nicaragua. Su gobierno desconoció los resultados de las votaciones de noviembre, la cuarta reelección de Ortega.

https://twitter.com/carlosalvq/status/1457534872529084420

En la misma línea se expresó el gobierno del panameño Laurentino Cortizo.

“Consecuente con la defensa del Estado de Derecho, la democracia, el respeto y promoción de los derechos humanos y la libertad de expresión, lamenta que las elecciones generales de Nicaragua, celebradas el 7 de noviembre de 2021, no cumplieran con las garantías mínimas requeridas para llevar a cabo elecciones libres, participativas, justas, transparentes e inclusivas”, indica el comunicado de la cancillería panameña del 8 de noviembre.

El presidente de Guatemala, Giammattei en junio pasado abogó por el cese de la represión y liberación de los opositores que fueron detenidos en ese momento cuando el régimen ejecutó una redada que alcanzó a aspirantes presidenciales. También se ha referido a los efectos en la integración regional.

Por su parte, Bukele ha criticado públicamente a Ortega.

¿Qué ha pasado con las relaciones?

A lectura de los especialistas consultados por este Diario, las relaciones entre los gobiernos y mandatarios se resumen en un dicho popular “entre bomberos no se mojan la manguera”.

Carlos Murillo Zamora, experto en derecho internacional, temas de integración y catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR), subraya que a pesar que no es la primera vez que las relaciones estén bajas entre los gobernantes y Estados, en Centroamérica pasa algo particular “se tiene a un régimen dictatorial en Nicaragua, un régimen autoritario en El Salvador, a un régimen que no sabe para dónde ir porque no tiene espacio para moverse con Castro en Honduras, a un presidente en Guatemala que mejor ni se asome porque le va mal; en Costa Rica viene un presidente autoritario; en Panamá ahí tiene que andarse cuidando igual que República Dominicana no se hablan entre ellos”.

Analista internacional Carlos Murillo Zamora. LA PRENSA / CORTESÍA
Analista internacional Carlos Murillo Zamora. LA PRENSA / CORTESÍA

Refiere que “en este momentos yo creo que no solo la relación de los gobiernos centroamericanos con Ortega es de muy bajo perfil, es el vecino al que no quieren, pero sigue siendo vecino, no hay como echarlo”, y valora que esto responde a la posición geográfica de Nicaragua que “le permite controlar el paso de las mercancías por Centroamérica desde Panamá y Costa Rica al Triángulo Norte, eso le da cierto potencial a Nicaragua”.

Un nicaragüense experto en relaciones internacionales, quien demandó la condición de anonimato por temor a represalias, coincidió con Murillo Zamora e indicó que en realidad la mayor parte son “relaciones frías, distantes a partir de abril de 2018 y las subsiguientes violaciones a los derechos humanos y libertades del pueblo nicaragüense, además de nacionales de esos países. También por la inexplicable violación a las más entendibles y necesarias normas de diplomacia, derecho internacional, relaciones bilaterales y multilaterales y por la constante violación al derecho internacional y derecho comunitario”.

Cabe destacar que, a lectura de los mismos expertos, ante las escasas de relaciones en Centroamérica y el aislamiento por parte de los países latinoamericanos, el régimen ha fijado su mirada en países como China y Rusia, algunos de los pocos aliados en el hemisferio. Y en los últimos meses ha fortalecido esas relaciones, muestra de ellos es que en diciembre de 2021, Ortega rompió sus relaciones con Taiwán para restablecer con la China Continental.

¿Quiénes podrían ser aliados?

Murillo Zamora se muestra escéptico al asegurar que al estar frente a una “relación compleja y fría” no se puede ver en estos momentos o esperar en un futuro la construcción de consenso. Pero, no descarta que pocos de los aliados que pueda tener el régimen sean “Bukele en El Salvador y particularmente, Castro en Honduras por la posición delicada que tiene porque tiene aliados muy cercanos de ella y de Zelaya (esposo de Castro) viniendo de Managua”.

En esa misma línea, un experto que solicitó el anonimato, comparte esa opinión al precisar que “posiblemente el único país cercano al régimen es Honduras con el expresidente Juan Orlando Hernández (JOH), hoy preso en Estados Unidos, y que al parecer con la nueva presidenta se van a replantear”.

JOH fue el único mandatario del istmo que asistió a la toma de posesión de Ortega en noviembre.

Carlos Cascante Segura, experto costarricense. LA PRENSA / TOMADA DE INTERNET

Carlos Cascante Segura, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), opina y prevé algo similar “Honduras tiene una oposición de no adversar al gobierno de Ortega para mantener relaciones estables”, y añade que “Costa Rica todavía no sabemos a partir del nuevo gobierno la posición que va a tener, y Panamá ha tenido una posición adversa al gobierno de Ortega, la línea que tome el nuevo gobierno de Costa Rica será fundamental para comprender los cambios en el balance de poder en Centroamérica”.

Desde la integración regional

Murillo Zamora considera que la situación que atraviesa Centroamérica vista desde la integración es “crítica, y yo no veo cómo en los próximos meses y años puedan restablecerse el punto alto de la integración centroamericana y con las acciones y decisiones de Ortega esto se hará cada vez más crítico”.

Otro especialista en temas de integración regional, quien también solicitó la condición de anonimato, subraya que lo dicho por Murillo Zamora se evidencia en el “impasse” en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) con los intentos fallidos de Ortega para que los Estados elijan a uno de sus candidatos como secretario general. “Parece que ningún gobierno centroamericano, con la posible excepción de Honduras, tenga cercanía con el actual Gobierno de Nicaragua. A la toma de posesión el 10 de enero, solo el expresidente hondureño asistió”, mencionó.

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Además reconoce que “todos los países de la región tienen crisis internas que resolver. Eso provoca cierto ensimismamiento que impide estrategias coordinadas en las relaciones con otros países”, por lo que las alianzas a corto plazo, a su lectura, “parecen más bien escasas” y lamenta que “cuesta creer que el bicentenario de la independencia pasó sin pena ni gloria”.

Cuál ha sido el papel de la OEA

El estallido y el recrudecimiento de la crisis sociopolítica de Nicaragua, que inició en abril de 2018, ha hecho que las instancias de la OEA sesionen 32 veces, por medio de su Consejo Permanente (27) y la Asamblea General (5), para abordar, analizar y condenar la situación en el país.

El organismo regional ha aprobado un total de nueve resoluciones: seis del Consejo Permanente y tres de la Asamblea General, en contra de las afectaciones a la democracia, las acciones represivas y la violación de los derechos humanos. También han reiterado la liberación de todos los presos políticos en el país.

En las votaciones de las resoluciones sobre Nicaragua aprobadas en la OEA, Costa Rica, Panamá y El Salvador han votado a favor, mientras que Honduras y Guatemala han variado su voto, muchas veces se han abstenido y en pocas ocasiones el último país ha votado a favor.

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Daniel Ortega renunció en noviembre de 2021 a su participación dentro de la OEA e inició su proceso de salida, en respuesta a la resolución “La situación de Nicaragua” que aprobó la Asamblea General en la que declaró ilegítimas las elecciones generales de noviembre de 2021 y mandó a una evaluación por parte del Consejo Permanente de la crisis del país.

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