Aunque el régimen de Daniel Ortega opte por sacar a Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA), no podrá hacerlo al menos hasta 2023 y tendría que cumplir con todas las obligaciones que tiene como Estado ante el organismo, explicó el exdiplomático Edgard Parrales.
Este martes, la Asamblea Nacional, controlada por Daniel Ortega, instó al mismo dictador a que denuncie la carta de la OEA, con lo cual se iniciaría el proceso para que el país salga del organismo, pero eso tardaría dos años.
Ortega podría denunciar la carta en lo que queda de este 2021, pero esa denuncia tendría efecto hasta finales de 2023, por lo cual, a criterio del analista político Eliseo Núñez, esta podría ser una acción del dictador en la que busque ganar tiempo. Ortega “se gana dos años y después ve qué pasa. Su estrategia es ser táctico, es decir va día a día”, mencionó Núñez por Twitter.
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Recientemente, la Asamblea General de la OEA rechazó los resultados de las elecciones en las que Daniel Ortega se recetó un cuarto periodo consecutivo, con el 75.87 por ciento de los votos, sin competencia política y con siete precandidatos presidenciales detenidos.
El organismo también mandó a su Consejo Permanente a que haga una evaluación colectiva inmediata de la situación de Nicaragua, a más tardar el 30 de noviembre, y que tome las acciones apropiadas de conformidad con la carta de la OEA y la Carta Democrática Interamericana.
Es por ello que se prevé que la OEA convocará a una Asamblea General extraordinaria de cancilleres y suspenda a Nicaragua conforme a lo establecido en el el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana. Aunque Nicaragua opte por salir del organismo, eso no impediría que la OEA proceda con la suspensión del régimen antes, explicó Parrales.
¿Qué implica que Nicaragua salga de la OEA?
Edgar Parrales, quien fue embajador de Nicaragua ante la OEA entre 1982 y 1986, indicó que, para que un Estado salga del organismo a través de una denuncia a la carta, debe cumplir primero con todas sus obligaciones pendientes como las económicas, técnicas y diplomáticas.
Para cumplir con esas obligaciones, Nicaragua tendría los dos años a partir de que transcurra la denuncia. “En dos años pueden pasar muchas cosas antes de que la denuncia tenga efecto”, aseveró Parrales.
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Además, si se concreta la salida de Nicaragua, el país se convertiría en “un paria”, justo en el centro del continente, y quedaría aislado diplomáticamente del resto de naciones, explicó el exdiplomático.
Por otro lado, el exembajador explicó que Nicaragua tendrá limitaciones económicas.
“Ya no va a haber préstamos, ni donaciones”, afirmó Parrales, ni siquiera de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que han sido las principales instituciones financieras que han desembolsado fondos al régimen de Daniel Ortega a pesar del aumento de la represión en los últimos meses.
Ese golpe económico también lo sentirán los nicaragüenses, especialmente por el aumento del desempleo, ya que este aislamiento provocaría el cierre de empresas y el retiro de más inversión extranjera, prevé Parrales.
“El 90 por ciento de nuestra economía está en intercambio con los países de Centroamérica y con los Estados Unidos”, mientras que el 10 por ciento restante es con Europa, Corea del Sur, Taiwán y Japón, señaló el exembajador, “pero Europa está amenazando con sacar a Nicaragua del ADA”, es decir, que ese porcentaje también está en riesgo.
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De igual manera, Parrales dijo que habrá un estancamiento tecnológico, “como le ha pasado a Cuba, que hasta ahora empieza a tener cierto acceso a la tecnología moderna”.
Países que han salido de la OEA
Nicolás Maduro hizo lo que pretende hacer el régimen de Daniel Ortega. Denunció la carta de la OEA para sacar a Venezuela del organismo. El proceso de dos años inició el 27 de abril de 2017, pero no se completó ese período, porque poco antes de llegar al 27 de abril de 2019, el nuevo mandato de Maduro fue desconocido por la OEA.
En su lugar, la OEA reconoció como presidente interino a Juan Guaidó, quien nombró un nuevo embajador y dijo que Venezuela no saldría del organismo regional.
Cuba es el único país del continente que no es parte de la OEA, desde que fue expulsado en 1962, tres años después del triunfo de la revolución cubana y de que Fidel Castro tomara el poder.
Hasta hoy, Cuba sigue sin mostrar interés de formar parte del organismo regional al cual ha acusado de estar bajo el control y al servicio de los intereses de Estados Unidos, el mismo discurso que ha adoptado Daniel Ortega desde que la OEA empezó a condenar la represión contra opositores.
Honduras fue suspendido tras el golpe de estado que depuso al gobernante Manuel Zelaya. El método fue similar al que la OEA podría aplicar con Nicaragua, es decir, con el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, por considerar “que se ha producido la ruptura del orden democrático”.
La suspensión de Honduras se dio de manera inmediata, con 33 votos a favor, en una Asamblea General extraordinaria celebrada en Washington, Estados Unidos, y fue hasta en el 2011, cuando la crisis hondureña se había superado, que regresó al organismo. A pesar de estar suspendido, Honduras aún estaba obligada a cumplir con sus obligaciones como Estado, “en particular en materia de derechos humanos”, como establece la Carta.