El espigado y angosto tirador derecho que emergió desde el bullpen de los Diamondbacks de Arizona el 29 de abril del 2008 para tratar de rescatar al abridor mexicano Edgar González, atacado por los Astros de Houston, no tardó en emitir destellos de la grandeza que le esperaba en las Ligas Mayores.
Aquella noche en el Chase Field, en Phoenix, Arizona, Max Scherzer lanzó 4.1 innings perfectos en relevo. Retiró a los 13 bateadores que enfrentó, con siete ponches, pero los Diamondbacks no pudieron revertir el marcador y la faena del nativo de San Luis pasó inadvertida, en un éxito de Houston 6-4.
Sin embargo, Scherzer no pudo ganar en aquella temporada, a pesar de lanzar en 16 partidos, siete de ellos como abridor. Terminó ese 2008 con 0-4 y 3.05 en 56 innings, con 48 hits permitidos, 21 bases y 66 ponches. El 2009 no fue tampoco de impacto: 9-11 y 4.12 y en 2010 fue enviado a Detroit.
Y en la ciudad de los motores vimos la irrupción de un verdadero astro del montículo, con temporadas de 20 victorias, ganando el premio Cy Young, participando en el Juego de Estrellas y toda una trayectoria brillante a la que este domingo logró agregarle un timbre más de distinción: su ponche número 3,000.
Scherzer (14-4 y 2.17) ahora de 37 años, pero toda una leyenda viviente, hizo abanicar un cambio de velocidad al zurdo Eric Hosmer en el quinto episodio, para llegar a los 3,000 “fusilados” en 2,519 innings de su carrera, mientras construía una victoria 8-0 ante los Padres de San Diego en el Dodger Stadium.
El veterano derecho, que sigue siendo un feroz competidor, derrochando intensidad en cada salida y manteniendo un fuego como pocos sobre el montículo, estuvo incluso flirteando como el juego perfecto este domingo ante los Padres, al retirar a los primeros 23 bateadores que enfrentó, en un alarde de dominio.
No obstante, Eric Hosmer, a quien ponchó para llegar a 3,000, le metió un doble en el octavo que acabó con la magia, pero al final, Scherzer trabajó ocho innings de un hit, nueve ponches, sin bases y sin carreras. Logró incluso un inning inmaculado, el segundo, cuando ponchó a Fernando Tatís Jr., Eric Hosmer y Tommy Phan con nueve disparos.
Scherzer es el lanzador número 19 de 3,000 ponches y el primero desde que lo consiguiera Justin Verlander de los Astros el 28 de septiembre del 2019, año en el que también lo logró CC Sabathia de los Yanquis. Zack Greinke de los Astros (2,799) y Clayton Kershaw de los Dodgers (2,653) son los próximos en la fila.
Este carabinero, que tiene la particularidad de tener algo que se llama heterocromía iridium (ojos de tonalidades distintas), es un seguro integrante del Salón de la Fama: ha ganado 189 juegos, con 3.14 en efectividad, pero además, suma dos no hitters, un partido de 20 ponches, tres premios Cy Young y ocho Juegos de Estrellas.
Ganó el Cy Young en 2013 con 21-3 y 2.90 con los Tigres, con 240 ponches en 214.1 innings. Repitió en 2016 con los Nacionales, al acumular 20-7 y 2.96, más 284 ponches en 228.1 innings. Al año siguiente, 2017, lo hizo de nuevo con 16-6 y 2.51, más 268 “fusilados” en 200.2 episodios, siempre con Washington.
Debió ganarlo en 2018, cuando registró 18-7 y 2.53, más 300 ponches en 220.2 innings, pero se lo dieron a Jacob deGrom que finalizó con 10-9 y 1.70 en 217 entradas con 269 ponches.
Ahora llega a 3,000 “abanicados”, una cifra que por lo general es pase directo al Salón de la Fama. De los 19 que lo han conseguido, 14 están en Cooperstown, con excepción de Roger Clemens, señalado de consumo de esteroides y Curt Schilling, que ha quedado a la orilla, más los todavía no elegibles: Verlander, Sabathia y desde luego, Scherzer.
Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR