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Imagen referencial. Archivo/LA PRENSA

¡El gallo pinto está garantizado! Habrá suficientes lluvias para la siembra de postrera en Nicaragua

El director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena) indicó que para la segunda etapa del invierno se esperan numerosas condiciones de precipitaciones que podrían beneficiar la siembra de postrera.

Luego de la entrada tardía del invierno en Nicaragua, que provocó retrasos y altos costos en el primer subperiodo  del ciclo agrícola 2020-2021, los productores gozarán de un buen clima en el segundo tramo del periodo cosechero, conocido como postrera, con abundantes precipitaciones, según pronósticos del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena). La esperanza es que esta segunda etapa del invierno no sea dañina, especialmente en los meses con mayor agitación ciclónica.

Históricamente, la siembra de primera inicia en mayo, el segundo periodo del ciclo agrícola conocido como postrera ocurre a mediados de agosto, después de la canícula y luego, en los últimos 15 días de noviembre, se realiza la siembra de apante, que se extiende hasta el siguiente año y debe cubrir hasta el inicio del siguiente periodo productivo del 2022.

Una fuente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) explicó a LA PRENSA que la cosecha de primera aún no ha finalizado, está avanzando y por el momento no cuentan con cifras preliminares sobre cuánto se produjo.

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“Avanza la cosecha de frijol de época de primera en las diversas zonas productoras del país. Las precipitaciones hasta el momento han permitido una cosecha segura aprovechando el periodo canicular”, se lee en la página de Facebook de la entidad.

Agustín Moreira, agrometeorólogo y director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), indicó que para la segunda etapa del invierno se esperan numerosas condiciones de precipitaciones con la llegada de formaciones ciclónicas, como tormentas, ondas tropicales y huracanes cercanos a las costas del Caribe de Nicaragua y del territorio centroamericano.

“Estamos ya en una de las mayores fases de precipitaciones en el istmo, por lo cual esperamos tener muy buenas condiciones de lluvias que podrán estarse presentando para beneficiar a la siembra de postrera”, expresó.

Además Moreira señaló que es probable que los fenómenos antes mencionados se presenten hasta el final del periodo lluvioso de este año, es decir en noviembre. “Se esperan formaciones de posibles tormentas tropicales, huracanes, ondas tropicales, sistemas de bajas presiones que podrán estar afectando tanto en el litoral del Pacifico, cerca del Caribe y dentro del territorio, van a estarse originando con posibilidades de lluvias”, especificó.

Históricamente, la siembra de primera inicia en mayo y el segundo periodo del ciclo agrícola conocido como postrera ocurre a mediados de agosto. Archivo/LA PRENSA

“Vamos a tener un fuerte periodo de lluvia, esperamos que no sea tan dañino, pero sí tenemos condiciones muy favorables para las precipitaciones que se necesitan para los cultivos”, mencionó al respecto.

¿El pronóstico de la FAO podría ser una realidad en Nicaragua?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) incluyeron a Nicaragua como uno de los tres países de Centroamérica en riesgo de sufrir hambruna en los próximos cuatro meses.

Según datos del PMA, en Centroamérica hay casi ocho millones de personas en situación de inseguridad alimentaria y Nicaragua conforma la lista de los 14 países a nivel mundial que se encuentran en riesgo de sufrir hambre.

“La inmensa mayoría de quienes están al borde del hambre son agricultores. Además de prestar asistencia alimentaria, debemos hacer todo lo posible para ayudarlos a reanudar la producción de alimentos por sí mismos, a fin de que las familias y las comunidades puedan volver a ser autosuficientes y no solo dependan de la ayuda para sobrevivir”, señaló la FAO.

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Al respecto, Moreira considera que “sería muy exagerado decir que tendríamos hambruna en Nicaragua, sencillamente lo que podemos decir es que tuvimos afectaciones en las cosechas de primera, pero eso no significa que no tuvimos cosechas, es decir, internamente podemos tener bastante abastecimiento de granos básicos en nuestros territorios”, indicó.

Recalcó que lo que hubo en Nicaragua fue una pérdida parcial de los cultivos, debido principalmente a las condiciones climáticas que se presentaron en los primeros meses del año, como la ausencia de lluvias.

“Pero no es que estemos totalmente perdidos en relación a que tengamos déficit de recursos como es el caso del frijol, del maíz, etcétera. Ahorita con la siembra de postrera y posteriormente, la de apante, vamos a irnos recuperando poco a poco”, agregó.

El agrometeorólogo sostiene que con las reservas de consumo existentes no es necesario que se registre un incremento de precios de los productos, puesto que “tenemos suficiente inventario de granos básicos. Existen condiciones de almacenamiento y no se perdió totalmente la cosecha”, aseveró.

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No obstante, explicó que en algunos sectores como el Corredor Seco, que incluye los departamentos de León, Chinandega, Estelí, Madriz, Matagalpa y Nueva Segovia, sí puede haber afectaciones en las cosechas, debido a que en algunos municipios de estos departamentos las precipitaciones son mínimas y afectan la producción de alimentos.

Comercio de frijoles  cae

El frijol es uno de los productos que históricamente es muy demandado nacional e internacionalmente. Las estadísticas del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) indican que hasta julio de este año, las exportaciones de este grano en valor disminuyeron un 25.6 por ciento, al totalizar 56.03 millones de dólares, frente a los 75.36 millones de 2020.

Y es que, el volumen exportado también registró una caída equivalente al 18.3 por ciento, puesto que en los primeros siete meses de 2021 se enviaron 51.17 millones de kilogramos de frijoles, mientras que en el mismo periodo de 2020 esta cifra se ubicó en 62.68 millones de kilogramos.

Por otro lado, este grano no corrió con la misma suerte de otros productos cuyas caídas en volumen fueron amortiguadas por incrementos en sus precios en los mercados internacionales. El valor del frijol en el exterior también disminuyó 9.16 por ciento, pasando de 1.20 dólares en los primeros siete meses de 2020 a 1.09 dólares en igual lapso de este año.

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Representantes de este sector han explicado anteriormente a LA PRENSA que la caída de las exportaciones de frijol responde al impacto del cambio climático, lo que ha afectado a muchos productores y familias nicaragüenses.

También han mencionado que los principales obstáculos para la producción nacional de este grano han sido los precios de los insumos, la reforma a la Ley de Concertación Tributaria aprobada en 2019, y la entrada tardía del invierno.

En 2020, el frijol se ubicó como el quinto producto de exportación de Nicaragua, con un incremento significativo con relación a 2019, “atribuido en gran medida a las ‘compras de pánico’ realizadas por nuestros países vecinos a raíz de la pandemia de Covid-19”, señaló un análisis compartido por la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).

En concreto, en todo el año pasado se exportaron 97.31 millones de kilogramos de frijoles, lo que generó una ganancia de 115.61 millones de dólares. En tanto, el precio promedio rondaba los 1.2 dólares, según el Cetrex.

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Por otro lado, las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN) reflejan que hasta mayo de 2021 las importaciones de arroz totalizaron 15.73 millones de dólares, 168.4 por ciento más que lo facturado en el mismo lapso de 2020 (5.86 millones).

Se trae más arroz del exterior

En el periodo de referencia se compraron 35,387.6 toneladas del grano, frente a las 15,804.5 adquiridas en los primeros cinco meses de 2020, es decir se registró un incremento equivalente al 123.9 por ciento.

Los datos del máximo emisor bancario exponen que en todo el 2020, Nicaragua pagó 53.77 millones de dólares por este producto y se importaron un total de 132,385.5 toneladas durante ese año.

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