14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Este es el “gasolinazo” detrás de cada galón de combustible vendido en Nicaragua, según números de un reporte regional

Un reporte regional deja al descubierto el precio excesivo que pagan los nicaragüenses a las petroleras por los combustibles. El mayor golpe es a través de las gasolinas. Estos son los impresionantes números.

Contenido Exclusivo CONTENIDO EXCLUSIVO.

La brecha de precios de las gasolinas en Nicaragua con respecto al resto de Centroamérica está ensanchándose, en medio de una de las peores espirales de alza en los carburantes que la región está sufriendo como consecuencia de la rápida recuperación del precio del crudo y derivados a nivel internacional por la reactivación de la economía mundial.

Un reporte del Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHCA), que forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana, revela que si a los precios de los combustibles se les excluye el componente de impuestos, Nicaragua no solo tiene los precios al consumidor más altos de la región, sino que también la brecha entre el precio de las gasolinas con respecto a lo que pagan los demás centroamericanos es muy marcada.

Un ejemplo de esa distorsión quedó en evidencia en los precios que estuvieron vigentes en la semana del 18 al 24 de julio, que muestra que mientras en Nicaragua por galón las petroleras cobraban —sin incluir impuesto— 3.53 dólares, en El Salvador —el segundo más caro— eran tres dólares, es decir, una brecha de 0.53 dólar.

La diferencia  es más acentuada si se compara con Guatemala, donde cada galón las petroleras lo establecieron en 2.73 dólares (sin incluir impuesto), el más bajo de la región. Es decir, que en Nicaragua era 0.80 dólar más caro que en ese país y en El Salvador apenas lo separaba 0.27 dólar.

Lea además: Los nicaragüenses están consumiendo más combustibles y agua, pero menos energía eléctrica en plena recuperación económica

Esto ocurre a pesar de que Nicaragua tiene la tercera carga impositiva más baja de la región en el precio de los combustibles. Por ejemplo, mientras en Costa Rica el Gobierno les cobra a sus ciudadanos 1.61 dólares por cada galón de súper comprado en bomba, los nicaragüenses pagan 86 centavos de dólar y en El Salvador es 0.85 dólar.

Aun Honduras con una tasa impositiva más alta que Nicaragua, a los consumidores este producto se le vende a 2.90 dólares, al que se le incorporan 1.41 dólares en concepto de impuestos, para un total de 4.31 dólares el galón, por encima de lo que pagan los nicaragüenses de 4.39 dólares (ya incluyendo los impuestos), según muestra el reporte del CCHCA, divulgado por el Ministerio de Energía de Guatemala.  Ver gráficos

Igual situación en la regular

Esta misma situación se repite en la gasolina regular. Por ejemplo, la semana pasada cada galón de este carburante las petroleras lo establecieron en 3.36 dólares (sin impuesto), lejos de los 2.65 dólares (sin impuesto y el más barato de la región) en Guatemala y muy por encima de los 2.80 dólares en Costa Rica y Panamá, los segundos más altos después de Nicaragua.

Cabe mencionar que en Costa Rica y Panamá incluso la calidad de esta gasolina que se vende a los consumidores es de mayor calidad que la que compran los nicaragüenses y por la que pagan más caro que en esas economías.

Según el reporte regional, en Costa Rica y Panamá es de 91 octanos mínimo (de mayor calidad), en República
Dominicana es de 89 octanos mínimo y en el resto de los países es de 88 octanos mínimo, donde estaría incluida Nicaragua.

En los últimos años, el crecimiento del parque vehicular había propiciado que el consumo de gasolina aumentara, aunque el diésel sigue siendo el de mayor demanda a nivel nacional. Hasta marzo de este año, el consumo nacional de gasolina experimenta un crecimiento del 6.15 por ciento, al pasar de 744,000 barriles en los primeros tres meses de 2020 a 789,800 barriles, esto a pesar de que el carburante acumula más de veinte semanas de alzas en la primera mitad de este año y que se viene arrastrando desde noviembre del año pasado.

En concreto, según datos del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), hasta la trigésima semana del 2021, se han registrado 24 alzas y seis bajas en la gasolina regular; 25 alzas y cinco bajas en la gasolina súper,  21 alzas y nueve bajas en el diésel, “debido a las fluctuaciones en los precios de referencia internacional de estos productos”.

Los precios han alcanzado niveles récord este año, pese a que el petróleo aún no supera el máximo de los 100 dólares el barril a nivel internacional.

Lea también: El precio de los combustibles asfixia a los nicaragüenses. Transportistas toman medidas para amortiguar alza

El diésel más caro de la región

Atrás no se queda el precio del diésel, aunque la brecha es menos ensanchada con respecto a lo que se observa en las gasolinas y los precios en Centroamérica.

Según el reporte regional, la semana pasada cada galón de diésel en Nicaragua se ubicaba en 2.78 dólares (sin incluir impuesto), mientras que en Guatemala —el más bajo de la región— estaba en 2.45 dólares (sin impuesto), es decir, una brecha de 0.33 dólar.

Si se compara el precio de Guatemala con el de Costa Rica — el segundo más caro después de Nicaragua—, la diferencia es de 0.26 dólar, menor que el nicaragüense.

El precio de Costa Rica se vuelve como el más caro de Centroamérica —sin incluir República Dominicana—, porque la carga impositiva al diésel es la más alta de la región. En ese país a cada galón de diésel se le aplica un impuesto de 0.91 dólar, mientras que en Nicaragua es de 0.70 dólar; es cuarto más bajo del istmo.

Puede interesarle:Por qué duró tan poco el combustible barato y cuánto del alivio no llegó a los nicaragüenses

El especialista en hidrocarburos César Arévalo ha cuestionado que las petroleras, que controlan el mercado, aún mantienen un sobreprecio que se abultó  a raíz de la presencia de Albanisa en el mercado local, pero que ahora que esta ha salido del negocio —a raíz de las sanciones de Estados Unidos—, el mismo se mantiene.

Arévalo ha señalado que lo más cuestionable es que las petroleras que controlan el mercado nicaragüense también están en Centroamérica, donde venden los carburantes más baratos, pese a que Nicaragua es de los países más pobres de la región.

LA PRENSA intentó conocer la versión de Puma Energy, la principal importadora de carburantes en Nicaragua, pero al cierre de esta edición no había respondido a las consultas.

¿Regular el sector?

La consultora en temas energéticos y de hidrocarburos Patricia Rodríguez manifestó que la situación de los precios de los combustibles es un problema “de nunca acabar”, porque siempre el país ha tenido una tendencia de precios altos, y reconoce que lo único que queda es denunciar estos abusos del mercado.

“Ya se ha hablado que controlar los precios sería una buena medida, como se controlaban antes, por ejemplo, el gas licuado de petróleo se regula y nadie puede vender más allá del precio que dice el INE y si le aumentan más, podés ir a denunciar al distribuidor al ente regulador, entonces yo creo que debería hacerse lo mismo con los combustibles”, dijo Rodríguez.

Explicó que la otra opción es luchar “contra estos poderes económicos”, ya que estos “abusan de su posición dominante, como el caso de Nicaragua”. “En esta situación, Nicaragua debería de estar pensando en una transición energética a otra movilidad. Ya ve, en Centroamérica somos el país con los precios más caros sin impuestos y los otros países que tienen precios más bajos sin impuestos ya están trabajando en otro tipo de transporte, por ejemplo el eléctrico y con gas natural. Y es cierto, somos un mercado pequeño, pero por esa razón debemos pensar en estrategias”, expresó Rodríguez.

Señaló que está tendencia difícilmente cambie este año, porque no se ha mostrado voluntad de buscar una solución a un problema que afecta a todos los nicaragüenses. “Si duda alguna, los ajustes no son proporcionales, porque a veces baja el petróleo internacional pero acá no bajan los derivados y si no, las bajas son ínfimas, no hay una relación proporcional entre la disminución del precio del petróleo y la de los derivados acá y esa tendencia se va a mantener, a menos que en el contexto electoral quieran hacer algo”, agregó.

Distorsión daña a la canasta básica

El sociólogo Cirilo Otero señala que si bien detrás del aumento de los combustibles en Nicaragua está el aumento del petróleo a nivel internacional, también incide la distorsión que persiste en el mercado local, así como el monopolio, que evita que haya precios más competitivos y, peor aún, la falta de regulación.

“Esto no solo impacta en la canasta básica, sino que golpea la mal nutrición y eso daña el estado de salud de las personas, porque no solo es el costo, sino la calidad de los alimentos”, sostuvo Otero.

Añadió que la distorsión de los precios ha aumentado “porque los hidrocarburos que son explotados se están escaseando, porque son recursos no renovables. Un segundo aspecto son los conflictos internacionales y las crisis que provocan que estos sean susceptibles, y lo tercero es que en Nicaragua tenemos un monopolio y solo lo manejan muy pocas manos. Ahí tenemos un problema, porque si tuviéramos competencia estaríamos bien”.

De hecho, el economista Luis Murillo recordó que las variaciones de los precios de los combustibles tienen un efecto cascada en la economía, porque no solo sube el precio en las pizarras de las estaciones, sino también se deja sentir en toda la cadena productiva.

“Cuando aumentan los combustibles, inmediatamente suben los precios en bienes y servicios. Yo creo que hay dos justificaciones, la más débil es la que han dado ellos (las estaciones de combustibles), que Nicaragua es una economía relativamente pequeña; sin embargo, nosotros importamos cerca de 10 millones de barriles anuales y el hecho que se mantenga esa distorsión, se debe a la estructura de precios. Hay un mecanismo donde ellos agarran cuatro cotizaciones del barril del petróleo, las más caras, luego le suman los costos operativos, impuestos y como son un monopolio, hacen una negociación para garantizarse un margen de ganancia”, refirió Murillo.

El economista dijo que esa distorsión en los precios es notoria, puesto que cuando baja o sube el petróleo, el ajuste en los precios acá no se relaciona. “Nicaragua ha tenido uno de los combustibles más caros de la región y eso lo que hace es restarnos competitividad, puesto que como es uno de los elementos importantes de la estructura de costos, afecta todo. La única forma de cambiar eso es con una ley antimonopolio, se tendría que desmantelar ese mercado”, añadió.

Economía combustibles exclusivo INE premium archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí