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Nicaragua también necesita atraer inversión extranjera para impulsar la transformación productiva.

¿Por qué en manos de Ortega está el futuro del DR-Cafta y la economía? Sus decisiones antes de noviembre serán claves

El gerente general de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), Mario Arana, plantea varios escenarios y advierte de potenciales riesgos que implicaría una solución a la crisis política en Nicaragua.

El único remedio que encuentra el gerente general de la Asociación  de Productores  y Exportadores de Nicaragua (APEN), Mario Arana, para que se potencie el  futuro  económico de Nicaragua es la legitimidad y transparencia  dentro del  proceso de elecciones presidenciales en noviembre de este año.  “Este hito de la  democracia será la clave para la potencial mejora de la  economía”, advirtió  durante la presentación denominada “Oportunidades y desafíos de la economía y el sector externo en 2021 y más allá”, efectuada esta semana.

De ahí es que entonces quedaría claro que el futuro de Nicaragua dentro del DR-Cafta y la recuperación de la economía tras tres años de recesión estarían en manos del gobierno de Daniel Ortega, porque según Arana, por ejemplo, si se quiere que Nicaragua permanezca dentro del acuerdo comercial con esa economía, dependerá de si hay o no reformas electorales de cara a las elecciones en noviembre próximo.

En 2021 la economía de Nicaragua dejará de declinar y se espera un  crecimiento  económico  con  tasas de uno por ciento, aunque el Gobierno está planteando que podría crecer entre 2.5 y 3.5 por ciento, dijo  Arana,  tomando  en cuenta las proyecciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico  y  Social (Funides). Las tendencias de crecimiento para los próximos cinco años son modestas e inaceptables luego de tres años de recesión, que han profundizado la pobreza y la desigualdad.

“El punto fundamental que se necesita solucionar  es la crisis  política para establecer las condiciones para que el  país  dé un salto  en sus perspectivas de crecimiento e invertir de  forma audaz,  tiempo y  energía en desarrollar un modelo de transformación  productiva exportadora. Ese modelo  debería añadir complejidad y   diversificación en las exportaciones, para  obtener  los beneficios  y  aumentos en productividad  y competitividad”, precisó.

El futuro de la economía de Nicaragua no  luce prometedor porque no se ha resuelto la situación política del país y eso es algo que preocupa a Mario Arana. Advierte que lo peor que  puede ocurrir son  elecciones ilegítimas. “Tal y  como  se están viendo ahorita las cosas, la economía y el  futuro de Nicaragua no lucen prometedores,  y  el  reto  está en  cómo  hacer  para dar un  salto y eso  es en lo que debemos estar  pensando y ya lo  dije al   principio: la situación  política debe resolverse,  porque si la situación  política no se resuelve,  las esperanzas del país son muy  pocas”.

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DR-Cafta preocupa

De hecho, un punto de preocupación es el riesgo de que  Nicaragua quede fuera del DR-Cafta por violaciones de los derechos humanos en el país y la inestabilidad institucional. “Este país es un riesgo de la seguridad nacional de Estados Unidos y por una orden ejecutiva se podría sacar a Nicaragua del Cafta. Se acabaría el negocio de los arneses y de textil confección. Sería una pésima desventaja para el país porque más de cien mil  personas dependen  de esto,  y confío en que se hará necesaria la reforma (electoral e institucional) y no tendremos que llegar a eso”, manifestó.

Y agregó:  “Tiendo a pensar que habrá reformas electorales, entonces las probabilidades de que el Cafta desaparezca se reducirían, pero si hay inestabilidad en el país, entonces las probabilidades aumentarían”.

Esta semana especialistas internacionales en una reunión con senadores del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de  Estados Unidos recomendaron  reconsiderar la participación de Nicaragua dentro del DR-Cafta por las violaciones de derechos humanos, que van contra los principios del tratado comercial.

“Estados Unidos debería reconsiderar la participación de países considerados no libres en el informe de libertad mundial que anualmente elabora Freedom House, eso significa que se debe reconsiderar la participación de Nicaragua en el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (DR-Cafta)”, sostuvo Ryan C. Berg, investigador de gobernanza del American Entreprise Institute (AEI, siglas en inglés), en reunión con los legisladores.

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“Los acuerdos comerciales brindan una influencia significativa para obtener concesiones tanto de los líderes autoritarios como de las democracias en retroceso. Sencillamente, Estados Unidos no tiene ningún interés en permitir que sus acuerdos de libre comercio refuercen los aparatos de seguridad de los Estados autoritarios”, sostuvo Berg.

Pero más allá de eso, Arana dice que la inversión extranjera directa,  el turismo,  la cooperación internacional,  las exportaciones y las remesas  marcan  el  desempeño de la economía y de estos elementos, las  remesas  y las exportaciones  son las  que mejor  figuran  para el  país, el resto dependerá de la solución a la crisis política.

Las exportaciones de mercancías en valor —sin incorporar zona franca— aumentaron en 2020 en 5.2 por ciento, impulsadas  por mejores precios y el dinamismo en los envíos de oro en bruto, según cifras recién actualizadas del Banco Central de Nicaragua. Estas también seguirían en crecimiento este año.

De hecho, según el Banco Central de Nicaragua, se espera que este año la economía se expanda entre 2.5 y 3.5 por ciento, impulsada por la recuperación de la economía mundial, lo que repercutiría “positivamente sobre las exportaciones, las remesas y el turismo, el incremento en el Programa de Inversión Pública, producto de la ejecución de desembolsos para atender la pandemia y de la reconstrucción de la infraestructura dañada por los huracanes, así como la reactivación del crédito que dinamizará las actividades productivas”.

El cacao, el café, el aceite de palma, la carne de res, la carne de pollo, las naranjas,  los camarones, la caña de azúcar, el  tabaco y el oro  son rubros de exportación con  tendencias positivas, de acuerdo con  proyecciones de  precio del  Banco Mundial.

Las exportaciones superarán este año los US$3,000 millones

Un elemento que marca el  desempeño de las exportaciones es el precio del  combustible, el que se  considera deberá estabilizarse en las próximas semanas porque el alza actual se debe  a la estacionalidad del  invierno, señaló.  No obstante, la  visión  de APEN es que las exportaciones aumentarán de 2,900 millones de dólares el año pasado a 3,100 millones  de dólares este año, y  en términos porcentuales eso equivale a 5.4 por ciento. Ese  aumento  de  divisas viene porque se  exportará mayores volúmenes y también incidirían los mejores precios.

Actualmente el  país exporta más de cien productos, de los cuales 61 son  con  valor agregado y  la diferencia es sin valor agregado. De 2015 a 2020 se exportaron 5,844  millones de kilogramos y 3,834 millones de dólares en productos con valor agregado; lo que representa el 46 por ciento en  kilogramos y 24 por ciento en dólares del total de las exportaciones en ese periodo. Partiendo  de esa premisa, el  empresario  señaló que Nicaragua debe  moverse hacia la transformación productiva.

Para  ello,  Arana propuso  identificar los productos potenciales,  depurar el listado con análisis más detallados de factibilidad, crear una comisión permanente encabezada por APEN e integrada por otras cámaras y organizaciones, para la prospección de productos y ejecución de acciones concretas. Asimismo,  incidir con propuestas específicas, a fin de eliminar barreras para el desarrollo de nuevos productos, así como incidir para atraer agresivamente inversión extranjera en productos puntuales.

Otros indicadores a mejorar

Nicaragua también necesita atraer inversión extranjera para impulsar la transformación productiva. Arana recordó que durante varios años el país estuvo  arriba de los mil  millones de dólares en inversión extranjera directa, sin  embargo  hasta septiembre de 2020 estaba en  165 millones de  dólares, es decir hubo un  colapso. Al final quedó en 250 millones de dólares, lo que demuestra un  cambio radical. Esos son  niveles que se tenían antes del 2007.

Los depósitos del Sistema Financiero Nacional envían  noticias positivas, a criterio de Arana, porque  ya están  en  4,292 millones de dólares, mientras  en  2019 habían estado  en 3,629 debido a la fuga de  los  depósitos. Los bancos ya han comenzado a dar créditos, pese a que la incertidumbre política persiste, admite el gerente de APEN.

El destrabe en el Sistema Financiero se verá hasta que se estabilice la situación política en  Nicaragua, aclaró. “El financiamiento de la banca no puede crecer tan rápido, no porque los bancos no quieran, pero  es que a lo  mejor  no  hay la demanda del  crédito  que se quisiera,  porque la  cartera en riesgo  de andar como en  el 3 por ciento ha subido  como  al 17 por ciento, entonces el sistema  financiero está en un proceso gradual de reajuste; por un  lado, buscando cómo  mejorar  su rentabilidad  y,  por otro  lado, volviendo a  prestar,  pero eso va despacio”,  dijo.

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La inversión privada y el consumo privado no está claro en  Nicaragua cuándo despegará, porque depende del empleo y  no se tiene  claro  cómo se hará la reactivación del mercado del trabajo ni  en  cuáles sectores empezarán a contratar con mayor celeridad,  manifestó.

En resumen, el  gerente general de APEN considera que es  demasiado temprano para dar proyecciones sobre la economía de  Nicaragua. Lo que sí observó es  que no está claro el  comportamiento del consumo y la inversión privada. “El Gobierno está tratando de crear expectativas positivas, pero eso depende de cómo se siente la gente en la práctica. La velocidad de recuperación del empleo tendrá mucho que ver con el crecimiento. Hay mucha incertidumbre como para proyectar con confianza el desarrollo económico”,  apuntó.

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